Uno de los sectores más golpeados por la crisis sanitaria, sin duda, es el de la cultura en sus diversas manifestaciones que han tenido que asumir el paro. La inactividad de artistas de diversos géneros ha significado una situación insostenible para miles de actores culturales. Más de 125 artistas que militan y trabajan en las filas de Fundación Teatro Nacional Sucre, Banda Sinfónica Metropolitana de Quito, Orquesta de Instrumentos Andinos, Coro Mixto Ciudad de Quito, Ensamble de Guitarras de Quito, Escuela Lírica, Grupo Yavirac, Coro Infantil y Coro Juvenil, las direcciones Ejecutiva, Musical, Producción, Comunicación, Administración, Técnica, Jurídico y Financiero, corren el riesgo de parar sus actividades “por la falta de atención de las autoridades corresponsables de su funcionamiento”.
Frente a esta realidad, el staff de profesionales, técnicos, tramoyas, sonidistas, productores, realizadores audiovisuales, comunicadores, diseñadores, administrativos etc., que acompañan y hacen posible la realización de las actividades culturales y la programación sostenida, convocan a la “activación musical, en expresión de resistencia”, que se realizará hoy martes 6 de octubre en el Centro Histórico de Quito, “para visibilizar nuestro derecho a la existencia y abrir el debate en torno a la emergencia cultural que atraviesa nuestra sociedad”, según manifiesta un comunicado.
El drama social de este importante contingente cultural no es una metáfora, sino una crisis real. La Fundación Teatro Nacional Sucre no ha podido pagar desde hace meses a su personal, que nunca se ha detenido; y se ha visto obligada a cancelar contratos que han afectado a más de 250 artistas ecuatorianos. Los trabajadores de la Fundación cuestionan “el interés y atención de las autoridades competentes, con respecto a los actores del sector cultural, y demandan su pronunciamiento sobre el estado y la continuidad de las instituciones que ejecutan políticas culturales”.
El colectivo reflexiona en tormo al rol de la cultura cuando el sentido del futuro está en disputa, y manifiesta que “el arte nos salva y vuelve a levantarnos”. Una sociedad desprovista de cultura es una sociedad sin identidad, más aun en la emergencia sanitaria, el arte y sus gestores demuestran ser “un soporte más, que ha llevado un mensaje de solidaridad y belleza a todas las personas”.
No obstante las adversidades, la Fundación sigue activa cumpliendo con su razón de ser, “producir, ejecutar y difundir las artes escénicas y musicales en Ecuador”. En tiempo de cuarentena ha realizado alrededor de 70 eventos artísticos, conciertos, obras de danza y teatro que han sido transmitidas en redes sociales. Conversatorios y eventos culturales diversos fueron vistos en más de 250 mil visitas recibidas en sus plataformas. De manera presencial en territorio la Fundación apoya el proyecto Asómate Ve, de la Alcaldía de Quito, con participación de sus elencos musicales en más de treinta presentaciones en espacios abiertos, compartiendo el mensaje musical en los más difíciles momentos.
La Fundación Teatro Nacional Sucre reitera su voluntad de “ofrecer más conciertos al pie de la ventana, en barrios y desde las pantallas”. El propósito es que se abran los espacios “para el debate y apoyar la reactivación del sector cultural y la renovación de la sociedad”. El colectivo consciente de que el arte es un motor que nos impulsa y que no es posible vivir en un mundo sin cultura, exhorta al Municipio que “no permita que una de las instituciones culturales con más trayectoria, relevancia, visibilización, prestigio y experiencia se fracture y se quiebre así, desde el silencio”. Porque los teatros de la FTNS sigan siendo fuente inagotable y sostenible de creación y lugar de encuentro entre artistas y audiencias, y el arte sea ese recurso imprescindible para crear un mejor futuro y la cultura un derecho irrenunciable.