Entre las grandes contradicciones del ser humano -señalaba Marx- se da la contradicción del hombre consigo mismo y del hombre con la naturaleza. Diversos fenómenos naturales y conflictos sociales así confirman esta verdad ineludible. Ecuador es un territorio propicio, por su naturaleza geofísica y social, a la existencia de circunstancias devastadoras de gran impacto humano, económico y ambiental.
En estos días el majestuoso volcán Sangay, ubicado en la provincia amazónica de Morona Santiago se activó en una erupción de diversa intensidad que afecta a seis provincias por la emisión y caída de material piroclástico y ceniza. Según la literatura técnica, “las erupciones volcánicas son el paso del material (magma), cenizas y gases del interior de la tierra a la superficie, que constituyen un desastre natural que se presenta con diferentes episodios, en un lapso indeterminado de tiempo, con magnitudes variables y con diversos impactos generados al ambiente de la zona de su influencia como: alteración de la calidad del aire, impactos en las cuencas hidrográficas, alteraciones en el suelo, efectos en la agricultura y ganadería, entre otros; existen alrededor de 1500 volcanes a nivel mundial, su actividad es imprevisible, pero también es impresionante su belleza paisajística y la vida que se genera a su alrededor”.
El Sangay es un volcán milenario del tipo estratovolcán, similar a otros de la zona de los Andes como el Tungurahua o Reventador. Mide 5.230 metros de altitud y tiene un diámetro de entre 10 y 12 kilómetros. Antes de que se activara en el año 2019, había tenido procesos eruptivos en el 2016, 2017 y 2018. En esos periodos tuvo erupciones que duraron pocas semanas o meses. El actual proceso es el más largo después del 2000.
Un informe del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional indica que el volcán Sangay continúa con su actual proceso eruptivo iniciado el 7 de mayo del 2019. En los últimos días se ha registrado caída de ceniza en zonas alejadas del volcán debido a fuertes vientos que dirigieron la ceniza hacia las provincias de Chimborazo, Cañar, Bolívar, Guayas, Santa Elena, Tungurahua y Cotopaxi., alcanzando entre 1,5 y 2,8 km sobre el nivel del cráter, un aumento del alcance de la nube de ceniza hacia el occidente y suroccidente, llegando hasta más de 600 km del volcán. Existe aumento de la cantidad de anomalías térmicas localizadas sobre el flanco suroriental del volcán, asociado a una mayor emisión de lava. Por lo tanto, “la actividad superficial está caracterizada como alta con tendencia ascendente y el escenario más probable a corto plazo es que la actividad se mantenga con los mismos fenómenos observados hasta la fecha”.
El imponente Sangay ha causado enormes daños a la agricultura y ganadería de seis provincias afectadas por la emisión y caída de ceniza sobre extensas zonas de cultivos y pastoreo de animales. Debido a la abundante caída de ceniza del volcán Sangay varios cantones quedaron totalmente cubiertos de material volcánico, incluso algunas carreteras y vías debieron ser cerradas. El aeropuerto de Guayaquil suspendió temporalmente sus operaciones por presencia de ceniza volcánica en el ambiente. Los habitantes de las ciudades afectadas permanecen sacando la ceniza de sus tejados, casas, negocios, patios y calles en las zonas urbanas.
Existen 80 mil hectáreas afectadas en las provincias de Guayas, Los Ríos, Santa Elena Chimborazo, Manabí y Bolívar. En estas jurisdicciones se activó la Central de Atención Emergente con médicos veterinarios y zootecnistas para brindar apoyo profesional a los agricultores y ganaderos. Hay registros comprobados de la destrucción de 15 mil hectáreas de sembríos de arroz, maíz, cacao y banano, según el Ministerio de Agricultura y Ganadería. Se contabilizan 21 mil animales en peligro de intoxicación por comer en pastizales saturados de ceniza. El escenario es devastador en las zonas agrícolas, donde cultivos quedaron enterrados por capas gruesas de la ceniza del volcán Sangay.
El agua, cultivos y producción de leche se han perdido por la caída de ceniza. Se registra un total de 330 ganaderos afectados, de los cuales 280 están ubicados en el cantón Baba y el resto está repartido entre Babahoyo y Montalvo. Cientos de familias de agricultores han perdido todas sus cosechas, mientras los ganaderos temen por la vida de sus reces de pastoreo, ganado lechero y cárnico destinado a la comercialización que les permite la sobrevivencia de sus familias. Existen 55 mil hectáreas de banano afectadas que ya no se podrán exportar de las provincias de Guayas y Los Ríos. Jurisdicciones bananeras como Naranjito, El Triunfo, en Guayas, y Mata de Cacao en Babahoyo, son las más afectadas.
El hombre es la naturaleza que toma conciencia de sí misma, no obstante el hombre suele no tomar conciencia de su propia condición, de su misión social. Si bien los fenómenos naturales no se los puede predecir ni controlar, al menos es una didáctica que debe enseñarnos a precautelarnos mejor. Ecuador es un país que actúa a la zaga de los desastres naturales, sin sentido de previsión ni precaución estatal ante fenómenos naturales que han cobrado ingentes pérdidas humanas y económicas, a través de una atribulada historia.
Si bien el ser humano poco puede contra las fuerzas poderosas de la naturaleza, si puede con su propia voluntad, corregir su respuesta social ante estos fenómenos. El hombre se plantea metas posibles. Una de ellas es aprender a minimizar las contradicciones consigo mismo y con la naturaleza.
Fotografía: parrinimagen.blogspot.com