Uno de los rasgos dictatoriales más despreciables es la intolerancia, producto del temor a ser superado en argumentos, descubierto en la sinrazón, denunciado con valentía. Esa intolerancia, que es fruto de la cobardía, se expresa en el desprecio a los derechos del otro, en el atropello a la libertad de ser y de expresarse que tienen los demás. Incluidos aquellos que no comulgan uno, que no piensan ni sienten igual. La democracia en libertad consiste en dejar fluir las ideas de todos los que convivimos en ella. Pero ya hemos dicho que este régimen es discapacitado para el ejercicio democrático, este gobierno ha convertido a la democracia representativa en pura representación, en simulacro. Y la más vil de las expresiones de esa representación descompuesta de una sociedad simulada de demócrata, es la coerción a la libertad de expresión.
El acoso y persecución constante a la emisora de la capital Pichincha Universal por el simple hecho de disentir, de pensar y decir distinto a los designios de los termocéfalos que tiene el gobierno de asesores, es fehaciente demostración de la debilidad de un régimen repudiado por el pueblo que pretende convertir a la comunicación en un latrocinio. No bastándole secuestrar a los medios públicos para usarlos como caja de resonancia de su discurso neoliberal y antipopular, donde excreta sus peores humores, y a los que no se doblegan les aplica la mordaza.
Solidarizamos con emisora Pichincha Universal y nos sumamos a la convocatoria que hace Pablo Salgado, promotor cultural director del programa La noche bocarriba, transmitido por Pichincha Universal: “El respeto a la libertad de expresión es un elemento esencial en una democracia, pues no se concibe un ejercicio democrático sin la vigencia plena de la libertad de expresión y pensamiento. Por ello, rechazamos la vulneración de los derechos y libertades que sufre Pichincha Universal. Así mismo, la existencia de medios públicos, en donde se exprese la pluralidad de voces y la diversidad de pensamientos, es un elemento necesario no solo para la consolidación democrática sino para la convivencia ciudadana. Pichincha Universal ha acogido siempre a los artistas y gestores culturales y sus programas han sido espacios, amplios y plurales, para la promoción y difusión del arte y la cultura nacionales».