Se decanta el panorama electoral con la ratificación de diversos binomios conformados, luego de cumplido el requisito de someter a los postulantes a primarias internas en cada movimiento o partido facultado para participar en los comicios de febrero del 2021. Las candidaturas representativas de las principales fuerza políticas ya están definidas: Arauz-Correa por UNES; Lasso-Borrero por CREO; Pérez-Marangoni por Pachakutik. Otros binomios con menores opciones electorales como Peña-Barriga, Montufar-Villacreses, Celi-Sevilla, Romero-Merino; Almeida-Villafuerte; Larrea-Peralta y Carrasco-Vargas, también fueron designados por sus respectivas tiendas políticas.
Sin duda, ausencias notorias son las de Jaime Nebot y Otto Sonnenholzner lo que permite colegir que la estrategia en marcha de la derecha política es aglutinarse en una eventual segunda vuelta en torno a uno de los postulantes designados ayer en la primarias. Analistas coinciden en avizorar en el horizontes político una tendencia de derecha que se comienza a reagrupar, en silencio, en apoyo a una posible candidatura de Guillermo Lasso en segunda vuelta, como una estrategia para vencer al candidato del progresismo que estaría representado por Andrés Arauz, cuyo voto duro de la tendencia correísta, más amplios sectores de centro izquierda, lo pondría eventualmente en la segunda etapa de los comicios del 2021.
Para nadie es un misterio de que Lasso durante el régimen de Moreno ha sido el consejero sin cargo, el asesor sin sueldo, quien le viene soplando en la oreja al régimen dictándole sugerencias y medidas económicas en representación de un modelo neoliberal empresarial agrupado, en este caso, en torno a la bancocracia guayaquileña. La derecha política nunca falla a la hora de defender sus intereses materiales, no se equivoca y su instinto de clase le dicta que hay que deponer otras diferencias ideológicas para lograr coincidencia contra toda tendencia que ponga en riesgo sus privilegios. La fórmula es clara: buenos son los ideales, pero mejor son los cereales. Esta máxima simboliza el sentido gregario de las oligarquías que siempre defenderán su situación económica en nombre de supuestos valores republicanos. Una declaración de Lasso en un canal de televisión nacional refleja de cuerpo entero esta situación: “Ahora debemos estar de lado de la República y no tengo empacho en decir que la República la representa el presidente Lenin Moreno y es la obligación de todos los ciudadanos ecuatorianos defender la República, la democracia y la civilidad”. A confesión de partes relevo de pruebas. Confesión obvia que explica porqué Moreno en un momento de euforia declaró que el suyo es “el gobierno de los empresarios” y lo demostró en el mentado diálogo para el que solo se reunió con representantes de las cámaras empresariales, de la banca y de los dueños de los medios de comunicación tradicionales. Así nació el engendro de un gobierno que nos llevó a la peor crisis de la historia nacional.
En las próximas elecciones se deberá decantar también si el pueblo tiene clara conciencia de que quien se asocie con Lenin Moreno, se asocia con un político sin principios y sin escrúpulos a la hora de traicionar los postulados que dijo defender y por los cuales fue elegido como presidente. Un demagogo que prometió crear millones de empleos y la construcción de miles de viviendas y no cumplió, un pusilánime que no tuvo personalidad para defender la soberanía del país y lo entregó a los designios del capital transnacional de chulqueros reunidos en el FMI. Un corrupto que mantiene dinero en paraísos fiscales, a través del testaferrismo de su familia, un mediocre que no tuvo preparación académica para gobernar y se pasó repitiendo frases insólitas durante sus intervenciones públicas. El responsable de la peor crisis social del país en su historia, de la desinstitucionalización y de haber convertido a la democracia formal en pura representación y simulacro. Coautor del crimen social de manejar mal la crisis sanitaria, permitiendo que el país se convierta en ejemplo de caos frente a la pandemia, con miles de contagiados y un número indeterminado de muertos. Responsable de haber gobernado con quienes entregaron los hospitales a mafias que se benefician de la crisis sanitaria en plena pandemia con robos y sobreprecios de medicamentos en negociados cometidos bajo una lógica de corrupción sin límites. Moreno, un remedo de dictador que se dedicó a perseguir a sus opositores políticos apoyado por una pléyade de funcionarios obsecuentes y oportunistas, contralores, fiscales, jueces, magistrados de cortes, periodistas, etc.
En las próximas elecciones el pueblo deberá demostrar si está con la patria o conta ella. Conciencia en que el voto ciudadano deberá recuperar la patria de la peor crisis del país, cuyos autores deberán someterse al juicio de la historia y de la justicia.