Herodes mandó a Pilatos, y Pilatos mandó a su gente, dice la leyenda bíblica que sucedió durante el enjuiciamiento a Jesús y nadie quiso asumir la responsabilidad de condenar a muerte al enjuiciado. Pilatos se lavó las manos en señal simbólica de querer lavar su conciencia de la sangre de un inocente. La escena se repite en Ecuador del siglo XXI, los fariseos piden la cabeza de Rafael Correa y todavía nadie se atreve a dar el puntillazo final.
Al cabo de 10 meses de trámite judicial el juicio Soborno 2012 2016 está en su epílogo en la etapa de casación, último recurso interpuesto por la defensa para revisar la forma del procedimiento, antes de una sentencia en firme. Sentenciado a ocho años de cárcel Rafael Correa, sindicado como “autor mediato por instigación”, enfrenta la eventual pérdida de libertad y de sus derechos políticos, por tanto, su derecho a elegir y ser elegido. Y ese es el quid del asunto. Se trata de impedir a como dé lugar que Rafael Correa participe como candidato en las próximas elecciones de febrero del 2021.
Y el juicio adquirió la apariencia de un sainete similar al “juicio” que terminó con un crucificado inocente. Y con entretelones que confirman la falta de personalidad de los acusadores que no quieren asumir la responsabilidad y dar la cara como autores de una condena polémica con sentencia apelable.
El plazo para que la sentencia esté en firme vence el 7 de octubre, cuando termina el periodo de inscripciones de candidaturas. Entonces, entre pasillos judiciales el corre-corre es evidente. La jueza Daniela Camacho escribe un oficio de respuesta a la pregunta “urgente” de la Corte Nacional de Justicia CNJ, y se le chispoteó que la sentencia estaría ejecutoriada antes de la casación. La información fue solicitada por el Consejo de la Judicatura el 18 de agosto con carácter de urgente a la CNJ. El pedido respondía a una solicitud del Consejo Nacional Electoral de remitir oficialmente la lista de 19 procesos sustanciados en contra de 13 ciudadanos para proceder con el correspondiente registro.
Camacho, en calidad de Presidente de la Sala Especializada de lo Penal, dice en oficio de respuesta que el recurso de casación no implica que la sentencia no esté en firme: “Cabe señalar que en la legislación ecuatoriana, el recurso de apelación pone fin al juicio. El recurso de casación, no es una tercera instancia, sino un recurso extraordinario que puede plantear el agraviado por una sentencia que se encuentre ejecutoriada”.
Pero a las pocas horas tuvo que rectificarse en otro oficio en el que dice, “respecto al requerimiento de que si se encuentra o no ejecutoriada la sentencia dictada en dicha causa, debe realizárselo al Juez ponente que posee jurisdicción y competencia en la misma”. CNJ consultó a la Sala y la Sala especializada mandó a su gente, mientras los fariseos piden la cabeza de Correa todos se lavan las manos.
El ex mandatario en Twitter comentó el hecho: “¡Están realmente desesperados! Rompen Constitución y elemental doctrina jurídica. Ahora sentencia se ejecuta antes de casación. La que dirige todo esto es la inefable jueza Camacho, sinvergüenza a la que #ElPeorGobiernoDeLaHistoria pondrá de presidenta de la Corte en enero”.
La participación de Rafael Correa o no en las próximas elecciones de febrero del 2021 en ejercicio de sus plenos derechos, pone a prueba la transparencia del proceso electoral.