Una de las grandes deudas que mantiene la sociedad ecuatoriana consigo misma es la deuda cultural, puesta en evidencia en la existencia de la política pública cultural de un Estado que soslaya el hecho cultural o lo trivializa en sus diversas formas. Una situación bien reflejada en las palabras de Fernando Tinajero “Nadie venga a decirme que el gobierno carece de una política cultural: la tiene y consiste en no hacer nada por la cultura, en tapar la inacción con unas cuantas cifras sueltas . Consiste en reducir a cero la autonomía de otros entes culturales, en dejarles sin rentas, en bloquear su indispensable reorganización , en haber convertido en burocracia lo que es palpitar cotidiano del entramado social…”
Esta es una de las expresiones de la fetichización de la democracia que de representativa se volvió pura representación simulada. La mentira de la democracia real que sacraliza las inequidades y condena a las amplias mayorías a la exclusión política, social, económica y cultural. Sensibilizados frente a esta realidad, artistas, creadores y promotores culturales suscriben un manifiesto por el hecho artístico y cultural, genuina expresión de democracia en una sociedad distinta, solidaria, humanizada.
Manifiesto por el arte y la cultura
Hombres y mujeres artistas, creadores y promotores culturales del Ecuador, mediante la palabra y la acción, nos constituimos en UNES-CULTURA para luchar por los postulados democráticos expuestos en el ideario de UNIÓN POR LA ESPERANZA. Nuestro compromiso, como actores directos, está encaminado a la realización de tareas urgentes para recuperar los principios y los valores democráticos hoy desintegrados. El combate al neoliberalismo y a las aspiraciones de una derecha entreguista, que pretende usurpar los recursos ecuatorianos para entregarlos al capital extranjero y al Fondo Monetario Internacional, constituye nuestra razón de ser y el fundamento que nos une con solidez como creadores.
Estabilizar la convivencia social y la armonía para alcanzar la más amplia solidaridad entre los habitantes del país, implica el diseño de un proyecto humanista que valore la equidad y la igualdad en todas sus manifestaciones, como el brazo social que articula la creación y la cultura en toda su diversidad. El profundo compromiso que tiene el arte y la cultura por el mundo de la vida nos lleva ahora a confluir, de manera clara y firme, con los amplios objetivos planteados desde la UNIÓN POR LA ESPERANZA, UNES, como el espacio abierto que propiciará las coincidencias democráticas de todos los sectores de izquierda y del progresismo del Ecuador, sin exclusiones, para devolvernos al sendero de la libertad y la pluralidad, como elementos constitutivos de la condición humana.
Los artistas, promotores populares, diseñadores, intelectuales y escritores son el lado sensible y creativo de la sociedad ecuatoriana. Su acción ha contribuido histórica y culturalmente a enriquecer la reflexión, a construir los valores y principios que fortalecen la democracia y la participación ciudadana. Por estas razones, todo proceso creativo, expresado en las prácticas artísticas, es una invitación generosa y constante a pensar y a pensarnos de manera colectiva, para que la sociedad ecuatoriana vuelva a mirarse a sí misma, recupere el valor de su memoria y tenga la fuerza para construir su esperanza.
Los procesos de estabilidad y continuidad de la democracia no están instituidos solo por los productos del trabajo; también lo están por los efectos que tienen la cultura, el arte y el pensamiento en la sociedad, en su vinculación con la vida y los derechos humanos y constitucionales que están reconocidos por la mayoría del país.
Hoy la situación de los artistas y gestores culturales es cada vez más precaria, como revela una encuesta que acaba de publicar el Observatorio de políticas económicas de la cultura de la Universidad de las Artes. Las cifras son desoladoras y dolorosas: el 71% de los artistas y gestores culturales no tiene ingresos económicos estables, y solo el 50% alcanza ingresos todos los meses. El 59% de los artistas y gestores culturales no tiene acceso a un seguro social, y uno de cada tres artistas apenas logra ingresos inferiores al salario básico. Esta realidad exige, de manera urgente, que desde UNES-CULTURA se genere un proyecto político-cultural alternativo, que permita estructurar acciones públicas para proteger al sector, reactivar la economía productiva de los artistas y gestores culturales, y garantizar sus derechos y el cumplimiento de los mandatos de la Ley Orgánica de Cultura.
En la aplicación de la Constitución, son tareas urgentes el reconocimiento del sector artístico y de las prácticas culturales; es fundamental señalar su importancia filosófica y productiva en la sociedad, al igual que garantizar la preservación y ampliación de los Derechos Culturales. No podemos decaer en la reafirmación del Ecuador como un estado pluricultural, y tampoco en el combate contra el neoliberalismo como el enemigo natural del arte y del pensamiento liberal, entendido en su más amplio significado histórico.
Transformar el mundo y con ello a nosotros mismos. El arte y la cultura forman parte de una dimensión en la que los seres humanos, de todas las condiciones sociales, pueden ser vistos, leídos y escuchados. Necesitamos ser entendidos como una comunidad donde existan más cosas que nos unan y agrupen. Estamos convencidos de que alcanzaremos los objetivos de la unidad y la solidaridad. Queremos volver a estar juntos para encontrar en el arte, la cultura y la creatividad aquellas razones históricas que nos aglutinan como un solo pueblo en la unidad de la esperanza.
Agosto – 2020