Como si fuera una cifra que recién se alcanza el gobierno nacional anunció, con un consabido bullicio mediático, que el país ya registra los cien mil casos de Covid 19. El anuncio se constituye en una de las más escandalosas mentiras pandémicas que esgrime el régimen, mientras que para nadie es un secreto que los casos son mucho más, que los datos están subregistrados y que la epidemia ha afectado más que lo que los números públicos reflejan.
El gobierno, a través del Ministerio de Salud Pública, afirma que Ecuador llegó este sábado a más de 100 mil casos confirmados de coronavirus. La versión oficial señala que en total en el país se han tomado 284.704 muestras para COVID-19 entre PCR y pruebas rápidas. En el reporte se detalla que tras las pruebas realizadas en estos cinco meses hay 100.688 casos confirmados, 91.732 corresponden a pruebas PCR y 8956 pruebas rápidas. Mientras que son 141.047 casos descartados. De los casos confirmados el 59,5% ha afectado a ecuatorianos entre 20 y 49 años.
Sectores académicos afirman que “actualmente el país ha logrado procesar 16 pruebas por cada mil habitantes lo que, en términos mundiales, implica un subregistro importante, además, hace tres meses las pruebas no alcanzaban a 6 por mil, por lo que el subregistro era aún mayor en el momento de la primera ola de expansión del coronavirus, que se afincó en la ciudad de Guayaquil y su zona de influencia. Son datos que se perdieron para siempre. Para referencia y mejor comprensión de la dimensión de lo dicho, señalamos que Colombia ha aplicado 40 pruebas por cada mil habitantes y Chile 100”.
Es tal el subregistro de los casos de Covid en el país, que en la estadística de fallecimientos es aun mayor, no porque no se logre conocer el número de muertes fuera de la tendencia -que superan los 28 mil al momento- sino porque con estos datos se atribuye al Covid solo los casos confirmado con pruebas PCR -6.030 muertes- y se asume como “fallecidos posibles” a 3.550 más, lo que da un total de 9.580. Visto así las cifras, queda una brecha de 19 mil muertos sin que se establezca su relación con la epidemia siendo el numero de fallecidos también una clara evidencia del subregistro de contagios.
La información oficial, que es la única existente, permitiría desagregar la realidad de la pandemia en el país, para observar algunas tendencias y adoptar decisiones de política de salud; no obstante, el ministro de Salud hace una interpretación errónea de las cifras y llega a conclusiones embusteras: la pandemia está controlada en Ecuador, dice el ministro Zevallos. Al ser incompleta la estadística, especialistas epidemiólogos y académicos asumen una crítica a las versiones oficiales.
Juan Carlos Zevallos polemizó públicamente con expertos de la UTE que efectúan proyecciones con modelos matemáticos en base de la información proporcionada por el Ministerio de Salud, señalando que “no hay proyección alguna que haya logrado convertirse en certeza” y que la pandemia la tiene bajo control. “Eso no es verdad”, sostiene Daniel Simancas, director del Centro de Investigación en Salud Pública y Epidemiología de la Universidad Tecnológica Equinoccial UTE, quien afirma que no han errado en ninguna proyección y que para saber qué pasa estadísticamente con los casos de Covid en el país basta observar las cifras de fallecimientos que lleva el Registro Civil. El ministro, sin embargo, señala que el sistema de salud “está sólido y respondiendo de manera adecuada ante la crisis”. Simancas dice que si lo que se vive en el país es lo adecuado, entonces mejor no saber qué es lo que el Gobierno entendería como una situación grave. El propio ministro Zevallos reconoció que en Quito, “la situación en crítica”. El ministro en su versión ante la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional, sostuvo que la mortalidad en junio del 2020 aumentó un 40 por ciento respecto al 2018 y 2019. «En Quito y la provincia de Pichincha hay una ola de expansión del virus», reconoció el ministro quien en semanas atrás cuestionaba la gravedad que se vivía en la ciudad: «Estamos en la mitad de la pandemia o en un punto, en el que no sabemos cuándo va a bajar». Ante el desconocimiento oficial sobre la situación real de la epidemia en el país, la ciudadanía exige certezas y una mayor responsabilidad por parte de las autoridades para evitar esa otra peste que es la mentira pandémica.