Esta semana se conoció el resultado de un estudio realizado por Celag Opinión Pública que registra el sentir de la población respecto de la realidad nacional en 50 localidades de 17 provincias, mediante encuesta realizada entre el 13 de julio y el 1 de agosto, aleatoriamente a individuos a partir de base de datos de teléfonos móviles. La encuesta tiene un tamaño de muestra de 2.025 casos efectivos, con un margen de error de 2,19%. El sondeo estuvo enfocado en cuatro temáticas: pandemia y situación nacional, agenda política y económica, el correismo hoy, y clima electoral.
LA CRISIS DE LA PANDEMIA
En el tema de la pandemia el 83,4% desaprueba la gestión del gobierno de Lenin Moreno, mientras que un 11,8 aprueba. El 71,7% considera que el gobierno pudo haber evitado las muertes y un 26,6% que está haciendo todo lo posible por afrontar la crisis.
En cuanto a las sensaciones sobre la situación nacional, un 32,7% siente incertidumbre, un 23,8% siente angustia, un 17,0% manifiesta indiferencia y un 13,3% expresa confianza. La población consultada considera que los principales problemas nacionales son: 34,2% corrupción, 31,4% coronavirus,14,8% economía, 10,4% empleo, 5,5% situación politica y un 3,4& inseguridad.
En relación al impacto que la pandemia provocó en su economía familiar, un 44,0% señala que perdió más de la mitad de sus ingresos, un 26,6% que ha perdido menos de la mitad de sus ingresos, un 17,0% ha dejado de percibir todos sus ingresos por la crisis, y un 11,5% no les ha afectado. El 83,9% ha visto afectada su capacidad de consumo y un 16,1% no. Un 63,2% ha reducido la compra de bienes básicos, un 47,8% ha reducido gastos en servicios y un 47,8% ha recurrido a créditos para afrontar gastos. El 59,5% señala que en los últimos tres meses alguien de su familia ha sido despedido de su empleo, mientras que un 40,1% no.
AGENDA POLITICA Y ECONÓMICA
En relación con la agenda política y económica, el 51,8% considera responsable de la crisis económica al gobierno de Lenin Moreno, un 24,5% al correismo, un 17,2% a las cámaras de empresarios que han asesorado al gobierno.
En temas económicos, un 69,2% está en desacuerdo que el gobierno entregue ayuda económica a grandes empresas, mientras que un 27,7% se manifiesta de acuerdo. El 62,6% está de acuerdo en que se entregue una renta mínima a todos los ecuatorianos, y un 34,8% está en desacuerdo. El 75,6% está de acuerdo en que se cobren impuestos extras a las grandes fortunas y un 22,2% está en desacuerdo. El 49, 6% considera que hay que suspender el pago de la deuda externa, el 26,9% que hay que dejar de pagar y exigir su anulación y un 15,9% que se debería pagar tal como está. El 39,9% considera que Ecuador no debería tener relación con el FMI, mientras que el 50,3% estima que sí debería hacerlo para conseguir créditos.
Consultados acerca de cuál es el principal problema de la democracia, un 65,8% dijo que es la corrupción, un 13,7 la desigualdad social, un 6,4% el correismo, un 6,2% la persecución política y un 1,5% no sabe.
En relacion a la imagen que la ciudadanía tiene de los actores sociales, un 65,7% tiene opinión positiva de la FFAA, mientras que un 31,5% la tiene negativa. Un 48,6% tienen opinión positiva de la CONAIE y un 40,5% negativa. Un 31,3% tiene opinión positiva de los bancos y un 65,9% la tiene negativa. Un 30,5% tiene opinión positiva de los periodistas y un 65,6% la tiene negativa. Un 30,4% tiene opinión positiva de los grandes empresarios y un 64,7% la tiene negativa. Un 15,8% tiene opinión positiva de la Asamblea Nacional y negativa un 80,1%. El 12,3% tiene opinión positiva de los jueces y un 84,5% negativa.
En relación a la credibilidad de los medios de comunicación, a un 47,9% le resulta creíble El Comercio, un 38,8% el Universo, un 36,2% Ecuavisa y un 29,4% Teleamazonas.
Sobre la percepción que se tiene del correismo hoy, un 36,1% tiene una imagen positiva y un 60,0% negativa. En comparación del gobierno de R. Correa con el gobierno actual, un 49,9% considera que son lo mismo, un 37,3% estima que con Correa el país funcionaba mejor y un 9,5% cree que desde que se fue R. Correa todo funciona mejor. Un 52,1% estima que lo mejor del gobierno de Correa fueron las obras públicas, un 16,7% la imagen del Ecuador ante el mundo, un 15,4% la reducción de la pobreza y desigualdad, un 6,1% la gestión económica, Mientras que un 43,8% estima que lo peor de ese gobierno fue la corrupción, un 30,6% haber elegido a Lenin Moreno, un 17,1% mentir sobre la economía, un 4,4% la relacion con los medios de comunicación. El 53,7% estima que en la actualidad existe persecución política, mientras que el 1,3% cree que no existe.
CLIMA ELECTORAL
En relación al clima electoral, un 47,9% estima que el próximo presidente debe tener capacidad para resolver la crisis económica y crear empleo. Un 26,6% espera que no sea corrupto. Un 13,1% que tenga mano dura. Un 10,3% que sea alguien nuevo en política.
En cuanto a la intención de voto, un 21,7% votaría por un candidato de Correa, un 18,9% por Otto S., un 11,1% por un candidato del movimiento indígena, un 11,1% por Guillermo Lasso, un 14,1% votaría en blanco o nulo y un 7,2% no votaría. La intención de voto en proyección directa: 31,4% candidato de Correa, 27,% Otto S., 16,0% candidato indígena, 16,0% Guillermo Lasso, 2,4% otro. El nuevo frente UNES tiene un 29,8% de imagen positiva y un 45,8% negativa.
Las principales conclusiones que se pueden extraer, según el estudio, es que el neoliberalismo no logró consolidar su proyecto luego de años de progresismo correista. El gobierno de Moreno es rechazado junto a sus propuestas. El correismo es el principal actor político del Ecuador. La identidad política es de baja intensidad, pero con matriz ideológica consensuada. Existe otro actor político fundamental que es el movimiento indígena. Y un tercer actor político emergente es Otto S.
El eje de la corrupción domina el campo político electoral. Lo económico también es central para la campaña, la población espera soluciones. El leiv motive es recuperar a la clase media. Otto S. es el principal rival del progresismo. El correismo solo pasa a la segunda vuelta, pero necesita ampliar su base electoral para ganar la segunda, y para eso requiere no confrontar con el movimiento indígena y conectar con la ciudadanía menos politizada.