Cuando no se manejan realidades se inventan metáforas desprovistas de imaginación. No habían pasado 24 horas de que el presidente Lenin Moreno dijera por cadena nacional que “otro reto más fuerte es enfrentar la pandemia de las noticias falsas”, cuando estalló otro escándalo de corrupción en su gobierno. La metáfora presidencial se había quedado sin referencias ciertas porque le faltaba incluir como pandemia a la incalificable conducta de los funcionarios del IESS que en medio de la crisis y del peor drama de Guayaquil, lucran indebidamente de la tragedia de esa ciudad.
El caso que podríamos llamar envoltorios mortuorios a precios mortales, hace referencia a la contratación de insumos médicos, esta vez la compra de fundas para embalaje de cadáveres, adquiridos con sobreprecio para el Hospital Los Ceibos, del IESS en Guayaquil. La investigación fiscal apunta a establecer un delito de peculado -malversación de bienes públicos consistente en la apropiación indebida del dinero perteneciente al Estado-, cuando anteriormente se detectó sobreprecio en la compra de mascarillas protectoras en la misma institución de seguridad social. Las mascarillas N95 serían compradas a $12 cada una cuando su valor en el mercado está entre los $3,50 y $4,00 fue la primera investigación que abrió la Fiscalía por la adquisición de insumos médicos con evidente sobreprecio que ascendería al 9.000%.
El caso de hoy en el hospital Los Ceibos hace referencia a que los directivos de esa casa de salud habrían adjudicado una compra de fundas para cadáveres con sobreprecio, a un costo de $ 148 en medio de la emergencia sanitaria dentro de una contratación por $ 872.000, cuando en el mercado el valor sería de $ 12 la unidad. Un monto de $594.000 iba a cobrar la empresa Silverti S.A, por la venta de 4.000 bolsas para cadáveres, pero adicionalmente vendería guantes y mascarillas. Las clínicas privadas pagan hasta $26 por cada bolsa, no $148 como se pretendía cancelar en el hospital de Los Ceibos. El hospital en un comunicado menciona que el proceso de compra se abrió el 1 de abril y que se registraron cuatro ofertas, que iban desde los $148,5 hasta los $160 por cada bolsa.
En los allanamientos llevados a efecto en la ciudad de Guayaquil se recolectó documentación relacionada con el proceso que compromete a la empresa Silverti S.A., adjudicataria del contrato, y de su representante legal Sandra Ortega Romo; mientras que en Quito la policía decomisó tres computadores de escritorio, dos portátiles, agendas y una caja fuerte. En el operativo policial fueron detenidas 4 personas y otras 14 retenidas por ocho horas para investigación.
La operación de compra de insumos de enfermería a SIlverti S.A. para la emergencia de Covid se llevó a cabo cuando los funcionarios del IESS abren el proceso de compras públicas incluyendo 4.000 bolsas de embalaje de cadáveres, realizado bajo la modalidad de “contratación en situación de emergencia”, es decir de “forma directa”, según el artículo 57 de la Ley Orgánica del Sistema de Contratación Pública. Una trabajadora del Departamento de Contrataciones del hospital de Los Ceibos estaría entre los sospechosos de haber participado en el acto ilícito de adquirir los insumos médicos con sobreprecio.
La empresa Silveti S.A. inició labores en el país, en la distribución de implementos médicos, el 26 de junio del 2011. Al momento de participar en la compra pública con el hospital Los Ceibos la compañía cumplió con los requisitos de ley. En los registros de la Superintendencia de Compañías consta que Silverti S. A. entre el 2015 y el 2019 tuvo contribuciones pasadas de los $ 2.000, todas canceladas. No obstante, llama la atención que la empresa Silverti se habría vinculado recién a otros grupos empresariales con influencia política en Guayaquil.
Corrupción y muerte
Guayaquil ha sido azotada por la muerte masiva de sus habitantes y por la corrupción en medio de la emergencia sanitaria, con 10 mil casos comprobados y 9 mil muertes por sobre el promedio en un lapso de 40 días. La corrupción no se detiene ante la muerte cuando en el puerto principal se cobran hasta $300 dólares por dar información a personas que buscan a sus familiares fallecidos en el hospital del Guasmo.
Se han iniciado investigaciones en otros centros de salud pública del país para detectar casos de corrupción en los hospitales Eugenio Espejo y Baca Ortiz de Quito, en el hospital Luis G. Dávila, de Tulcán, hospitales Rodríguez Zambrano, en Manta, y Verdi Cevallos, en Portoviejo, ambos de la provincia de Manabí.
La ciudadanía está a la expectativa de lo que sucede en el Hospital Eugenio Espejo de Quito. El 1 de mayo su gerente, el doctor Pablo Izquierdo, hizo pública una carta de despedida luego de que fuera removido del cargo por el Ministerio de Salud Pública. Izquierdo en su carta alude a “supuesta corrupción y negocios millonarios” en dicho hospital. La carta se refiere a que personas “vinculadas a las altas esfera del Gobierno, gobernaban el hospital”, y él se marchaba por “no prestarse para alguna anomalía”. Izquierdo manifestó en su carta el malestar por la “poca importancia para la compra de insumos y equipos de bioseguridad para el personal médico que prestaba su contingencia en la lucha contra la pandemia” y que ofrecería detalles sobre sus denuncias de corrupción.
En Twitter el presidente Lenin Moreno, que alguna vez ofreció una “cirugía mayor” contra la corrupción, volvió a recurrir a una metáfora: “Que caiga todo el peso de la justicia”, en contra de quienes roban dineros públicos en la compra de insumos médicos. Habrá que esperar el juicio de la historia, encargada de confrontar la “figuras literarias” con la realidad, para ver cuánto de verdadero y cuánto de falso hay en las metáforas desprovistas de imaginación.