Y no se trata de poetizar que para eso no sirvo / Se trata nada más de hablar de amor en tiempos del virus / Del amor de los amantes y del amor de los amigos / Del amor que te debo y nos debemos en este aíslo / Sin querer salió un verso como sale un compromiso / Sin querer comprometernos desde ya comprometidos.
Este ejercicio de la palabra rimada que no es un poema ni el intento de serlo, lo escribo luego de escuchar a Luis Eduardo Aute que ya lleva unos días libre del virus que a solas nos asola. Estas palabras abiertas como versos surgieron al terminar de escuchar en una entrevista contar a Luis Eduado Aute cómo vivió una amistad desde adolescente con Massiel, esa otra voz imprescindible de España. La trovadora que recreó en su tono de hembra intensa las canciones de Luis Eduardo, como aquella que habla de Rosas en el Mar, inspirada en la vida y misteriosa muerte de Camilo Cienfuegos. El revolucionario cubano que honrando su apellido libró cien batallas como “el señor de la vanguardia” en la Sierra Maestra. Y que tanto sentido tiene hablar de la lucha, del amor y de la vida en tiempos del virus.
Claro que tiene sentido en esta cuarentena que nos ha dado vuelta la existencia. Tiene sentido en este mes de abril que nos lo han robado los maleantes hablar de Camilo, porque fue en un abril cubano y revolucionario que Fidel nombró a Camilo Comandante, como un mandato popular que cumplió llegando a convertirse en el Comandante del Pueblo, su segundo apelativo. Cuenta la historia que aquello ocurrió luego de incursionar Camilo en la ciudad de Bayamo y enfrentar al ejército de Batista en el combate de La Estrella, lo que le valió que en abril de 1958 sea ascendido por Fidel Castro al grado de Comandante.
Han pasado apenas unos días de que ha partido y Luis Eduardo Aute ya me está haciendo mucha falta. Faltan sus versos, sus pinturas y canciones, su presencia de artista triple, de compañero de vida en estos tiempos de hartarnos de muerte. Será por eso que hurgando en la internet, encontré la entrevista donde Aute habla de una amistad, sin leyendas, que tuvo con Massiel. La mujer que estuvo presente durante toda su vida, sin amoríos, que fueron hermanos sin dobles intenciones. La despedida los sorprendió distantes. Pero a cuenta de su partida, la canción Rosas en el Mar se puso de nuevo en boga.
Dos días despues de su muerte, la de Aute, Massiel derrotada y sin ánimos de seguir la vida, confesó su dolor por la pérdida de su amigo de siempre y habló de la historia de ese himno inspirado en Camilo Cienfuegos. Los versos de Aute ya con música esperaban por la interpretación del joven artista que no quería cantar, sino sobre todo pintar, fue entonces que le dio a Massiel una cinta redonda y muy grande con la canción grabada. Al cabo de un año de permanecer guardada en un cajón, ella se la entregó a la compañía Zafiro pero los temas no gustaron, no los entendían; alguien escuchó Rosas en el Mar, incluida en la cinta y decidió que era para ser cantada por Massiel. Para entonces ella había animado a Aute a perder el miedo a su voz, y consiguió que Luis Eduardo la grabara y fuera escuchada por el productor de RCA Víctor. Así la sacaron con 24 horas de diferencia grabada por ambos, pero la gente se quedó con la versión de Massiel. Aute le diría tiempo después que en América pensaban que la había escrito ella. Era una canción revolucionaria, disfrazada de canción de amor. En España se decía que era un himno a la revolución cubana y en La Habana decían que era una protesta contra el gobierno de Franco. Ya ven que los extremos son parecidos.
Aute nunca pensó hacer de Rosas en el Mar una canción política, la concibe como una canción de amor y de esperanza basada en la estructura de una canción un poquito country, influida por Bob Dylan. La canción fue estrenada por Massiel en La Habana en el Festival de Varadero, en 1967, el día de abril cuando los pioneros, niños vestidos de rojo, iban a tirar rosas al mar en memoria de Camilo Cienfuegos. Massiel llevaba entonces un vestido rojo, de modista de barrio, le dieron un ramo de rosas que ella tras cantar lo depositó en el suelo y dijo unas palabras alusivas al momento.
Cinco décadas después, Massiel ha perdido a un amigo, nosotros a un cantor irrepetible que por mucho que le costara creérselo esa afinación, ese timbre de voz con esa calidez que no tiene nadie, las palabras musicalizadas de Aute, ¡cómo hacen falta en este abril!
Voy buscando un amor que quiera comprender
La alegría y el dolor, la ira y el placer
Un bello amor sin un final que sobreviva al bien y al mal
Es más fácil encontrar rosas en el mar
Voy buscando la razón de tanta falsedad
La mentira es obsesión y falsa la verdad
Qué ganarán, qué perderán, si hasta los dioses caerán
Es más fácil encontrar rosas en el mar