Por Regina Reyes
El Presidente Sebastián Piñera y varias y varios de sus ministros vieron o supieron de las presentaciones de Mon Laferte, Francisca Valenzuela y Javiera Contador. De acuerdo a versiones extraoficiales, las actuaciones y protestas de las cantantes y la actriz causaron enojo y desconcierto en las y los personeros de La Moneda y del gobierno. Habrían ocurrido comentarios de lo inapropiado de “politizar” el festival de Viña del Mar y que ellas no estarían entendiendo lo que realmente pasa en el país y los esfuerzos del Presidente y de sus ministras y ministros.
En puntos de prensa del día siguiente y ante llamadas de reporteros para recoger opiniones, dirigentes y parlamentarios de derecha prefirieron no hablar. Menos irse en contra de las tres artistas, sobre todo al comprobar al alto respaldo y la enorme simpatía que despertaron. El que posteó y sin censura, fue el ultraderechista José Antonio Kast, indignado: “El Festival de Viña era una fiesta y el orgullo de Chile. Hoy está vacío, amenazado por la violencia y es la plataforma ideológica de artistas que se llenan los bolsillos con el dolor de la gente”. Y en esas horas, la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, hablando en CNN volvía a arremeter contra las expresiones feministas: “Yo en carne propia he sufrido la discriminación de grupos feministas por no pensar políticamente como ellas”.
El Mercurio, tradicional diario de línea editorial conservadora y ligado al gobierno, no frenó la ansiedad ante lo ocurrido y, por ejemplo, calificó de “controvertida presentación” la de Mon Laferte. Queriendo ironizar deslegitimando, el “Equipo de Espectáculos” del periódico inició la nota sobre la artista con una frase de ella, “yo solo sé cantar”.
Nada bien cayó en el gobierno, los partidos de derecha y medios oficialistas las palabras, imágenes y expresiones de Mon Laferte, Francisca Valenzuela y Javiera Contador, reivindicando el feminismo, repudiando la impunidad, llamando a votar Apruebo por una nueva Constitución, criticando a Carabineros y la represión.
Por lo demás, la actuación de las tres, fue expresión de una cultura que está lejos de representar el pensamiento, sentimiento y códigos de los sectores conservadores de este país que, entre otras cosas, defienden la labor de Carabineros, se sienten incómodos con el movimiento feminista y promueven el rechazo a una nueva Carta Magna.
Lo ocurrido la noche del lunes en el Festival de Viña del Mar fue otro mensaje que le llegó a las autoridades y a la derecha sobre el estado de ánimo de la gente y cómo se está representando, por ejemplo, en seguir con cánticos en contra de Piñera y de Carabineros, y expresar apoyos a las demandas sociales, como se vio en innumerables pancartas que, a pesar de las “medidas de seguridad”, entraron y se mostraron en la Quinta Vergara.
Fuente El Siglo