La batalla interna por el poder en Venezuela tomó un giro estos días en el intento de la oposición a Nicolás Maduro de tomarse la cadena informativa Telesur. Se trató de un acto encabezado por el llamado “presidente interino de Venezuela Juan Guaidó”, realizado días pasados en un “gran Cabildo de ciudadanos y diputados en Caracas”, para debatir posibles salidas a la profunda crisis que atraviesa el país petrolero y uno de sus proyectos es “recuperar” Telesur.
La oposición a Maduro cuenta con el apoyo de las grandes cadenas internacionales alineadas con los intereses norteamericanos en la región, que no vacilan en llamar a Guaidó “presidente de la Asamblea Nacional”, aunque el mismo se autoproclamó en la sala de un periódico, para poder seguir cobrando los millones de dólares de la CIA, cuando ya los diputados opositores, mayoritariamente, eligieron a su presidente Luis Parra votando en el recinto del Congreso, lo que es válido y constitucional.
La Secretaría del Tesoro de Estados Unidos califica de “funcionarios corruptos” a los opositores que votaron a Parra, que junto a otros de sus compañeros de la oposición figuran entre los sancionados por Washington. Lo sorprendente es que la potencia norteamericana toma decisiones sobre un país soberano y es parte de la guerra contrainsurgente de diversas características que libera el gobierno de Trump contra nuestra región.
Como se conoce, Guaidó ha sido convalidado por algunos países de la desprestigiada Organización de Estados Americanos (OEA) ya no sólo como presidente interino, sino además de la Asamblea Nacional, como una burla a la mayoría de los opositores venezolanos y al gobierno de Maduro, y en esa línea de acción el político títere -como lo llaman sus contrarios- recibió la orden de no aceptar diálogo ni negociación.
Al respecto, en declaraciones del encargado por el presidente Trump para resolver lo que llaman cínicamente la “crisis de Venezuela”, el eterno Elliott Abrams, ratificó que no aceptarán diálogo ni negociación con el gobierno de Maduro. Ante la eventual intervención armada del gobierno de Trump en Venezuela, remarcó que “como hemos visto en el Medio Oriente, cualquier presidente de los Estados Unidos, si quiere usar la fuerza para defender nuestros intereses nacionales, va a utilizar la fuerza. Francamente no depende de Juan Guaidó, depende del presidente “.
A Guaidó le han encargado otras tareas: recuperar Telesur. Guaidó les dijo a sus menguados seguidores que hay que imaginar lo que sería la región si dejara de existir TELESUR asegurando que “miente, desinforma, promueve grupos terrorista, busca la desigualdad”, tratando de denigrar el trabajo que realizan quienes mantienen viva la televisora, ante el poder mediático imperial más grande de todos los tiempos
Estados Unidos trazó todo tipo de planes para silenciar a la televisora venezolana y latinoamericana, vista en todo el mundo y respetada por su contenido y su producción. Es la única red televisiva de nuestra América que tiene corresponsales en casi todos los países y junto con la Agencia Prensa Latina de Cuba, y con otras como Hispan TV o Rusia Today, de vasto alcance, integran las escasas voces que cumplen con difundir la cultura y la vida de nuestros países, apegados a las reglas internacionales de brindar información veraz, como un derecho adquirido de los pueblos del mundo.
Cabe recordar que el 97 por ciento de los medios en manos del poder hegemónico, léase Estados Unidos y sus sumisos asociados, incluyendo a los gobiernos de una Europa en decadencia, han reemplazado la verdad por la mentira sin cortapisas, convirtiendo a la desinformación en un misil mediático, que mata de la misma manera que lo hacen los que disparan los militares contra los pueblos y gobiernos, como lo estamos viendo a diario.
Sin embargo, la idea de colocar en manos de Guaidó la campaña para apoderarse de TELESUR, a la que intentaron incendiar su sede en Caracas, y contra la que han realizado una serie de ataques en el marco de la guerra cibernética, parece destinada al fracaso, como todo lo que intentó hasta ahora el “elegido” del gobierno estadounidense.
En un comunicado la televisora manifestó: Los pueblos libres del mundo, y aun los que están enfrentados a dictaduras reales, no ficticias y a un terrorismo mediático que socava todos los caminos de la paz y la justicia internacional y que ha dejado de ser periodismo para convertirse en uno de los factores claves del poder fascista mundial, no aceptan este intento brutal de despojarnos y lucharán para impedir que ahoguen la única voz televisiva, que sale desde las propias entrañas de Nuestra América.