El conflicto existente entre los EE.UU e Irán viene suscitando diversas interpretaciones de prensa y de analistas que desde diversas perspectivas de los acontecimientos, sugieren causas y repercusiones. Una lectura que pretende explicar en forma sencilla el conflicto manifiesta lo siguiente: “Pocos saben esto, pero el petróleo sólo se puede vender y comprar en dólares, por eso el famoso «petrodólar». Y por increíble que parezca, Estados Unidos puede crear la cantidad de billetes que quiera porque su moneda está sustentada en el petróleo mundial”.
No se puede vender petróleo en ninguna otra moneda, pero en el año 2018, Irán, el cuarto productor de petróleo a nivel mundial, desafío a Estados Unidos y vendió su petróleo en Yuan chino. Esto “molestó a Estados Unidos que bloqueó a su secular enemigo con el objetivo de que ningún país en el mundo pudiera comprar petróleo iraní”, pero ocho países -China, Corea del Sur , Grecia, India, Italia, Japón, Taiwán y Turquía- no acataron esa sanción y comercializan petróleo con Irán.
Se sabe que el mayor consumidor de petróleo iraní es China, y que Irán descubrió otro yacimiento importante de petróleo en noviembre del 2019, y que este país además produce uranio. Lo más relevante de todo es que una de las rutas más importantes para llevar petróleo al mundo y en especial a China es el famoso Estrecho de Ormuz. Por ahí pasa poco más de una quinta parte del petróleo del mundo, incluido el petróleo de los «aliados» de Estados Unidos. Al declararse una guerra entre los EE.UU e Irán se cierra el estrecho de Ormuz, lo que llevaría a una crisis mundial de desabastecimiento de petróleo y el costo de los combustibles subiría. Circunstancia que perjudica en primer lugar a China que es el primer consumidor del crudo iraní.
Precisamente, esto explica el asesinato del general iraní Soleimani perpetrado por los EE.UU como una abierta invitación a la guerra. China se encuentra librando una guerra comercial con EE.UU con opciones de vencer a largo plazo, por tanto, la potencia norteamericana necesita debilitar a China y la forma de hacerlo es crear un conflicto que cierre el paso de petróleo hacia el país oriental que necesita del hidrocarburo para alimentar su industria.
Una guerra entre Irán y los EE.UU constituye un conflicto en gran escalada a nivel internacional. Irán es un país que ha demostrado la decisión de no dejarse avasallar por los norteamericanos y su respuesta con misiles es un claro intento para obligar a negociar a su contendor estadounidense. La amenaza norteamericana de 40 bases militares rodeando a Irán es un despliegue de fuerzas que también ha sido desafiado por los iraníes dispuestos a enfrentar una guerra que podría ser de larga duración en el tiempo y de consecuencias impredecibles.
Por su parte, el Pentágono buscaría el menor pretexto para invadir a Irán, si es que no entra en una fase de negociación para bajar las tensiones creadas estos últimos días. Las potencias rusa y china no están interesadas en una guerra con occidente y visto en realidad, EE.UU solo intervendrán en una guerra que pueda controlar a mediana escala. El propósito del capitalismo no es destruir su infraestructura mundial, sino capitalizar mas riqueza para reproducir el sistema. Para eso necesita el recurso petróleo.
En el marco de esa lógica EE.UU busca dominar con su presencia hegemónica militar a determinados países productores como Irán en el oriente medio y, en nuestro continente, a Venezuela y a México, país que se ve amenazado por los estadounidenses luego de anunciar el descubrimiento de importantes yacimientos de litio en su territorio.
La guerra es la política por otros medios. Y las guerras capitalistas siempre tienen en el trasfondo último, un motivo económico.