Colombia, en la víspera de un paro nacional convocado para protestar contra reformas laborales, reforma pensional, holding financiero y por la paz, se apresta a vivir una jornada que medirá con la vara popular el desgaste del gobierno de Iván Duque. Los convocantes han llamado a amplias fuerzas sociales entre sindicatos, estudiantes, indígenas y sectores opositores al régimen colombiano. Una marcha contra las políticas del presidente Duque se tiene previsto realizar a un año de la gestión del régimen en el vecino país.
Se prevé que la manifestación sea pacífica, no obstante el régimen ha reforzado la presencia militar y policial en las calles de la capital colombiana que han sido desplegados por solicitud de la Alcaldía bogotana. El vocero municipal, Enrique Peñalosa, manifestó que Colombia «no es Suiza y que a pesar de que la mayoría de los colombianos quieren marchar en paz, existen elementos extremistas que han cometido violaciones a la ley y actos terroristas”, sin especificar su identificación.
En un ambiente de tensa calma esta semana, previa al paro nacional, se han realizado diversos allanamientos en Bogotá, Medellín y Cali, principales ciudades del país en las que se prevé que la manifestación popular tenga mayor impacto. La búsqueda de propaganda ha incluido incursiones policiales en medios de comunicación, centros culturales y colectivos artísticos. Los agentes buscan propaganda a favor del paro y material explosivo, que existirían según denuncias anónimas. Los comunicadores han protestado porque luego de los allanamientos la policía no encontró dicho material en las instalaciones de la prensa: “Hemos sido tratados como terroristas”, dijo un periodista en Bogotá.
Sectores sindicalistas han denunciado que “el régimen de Duque trata de vender la imagen de que esta movilización es la hecatombe, que va ser un día de violencia mientras que la policía hostiga a personas que reparten volantes promoviendo el paro nacional”, según manifestó un dirigente sindical de la Central Unitaria de Trabajadores CUT. Los allanamientos a instalaciones culturales y de artistas populares han sido la tónica en la víspera del paro con 26 registros en lugares de actividad cultural.
Una organización cultural que promovió la campaña denominada Puro Veneno, denunció que los allanamientos se realizan incluso sin orden escrita de alguna autoridad. La campaña “ponía al descubierto a varios generales del Ejército por ejecuciones extrajudiciales contra civiles, cuyas muertes fueron anunciadas como bajas en combate”, lo que en Colombia se conoce como falsos positivos.
Un vocero de un colectivo de abogados denunció irregularidades en el registro que la policía realizó contra esta organización. Sebastián Escobar dijo: “Se negaban a mostrar la orden de allanamiento o cuando la lográbamos ver, ya después de iniciado el procedimiento, encontrábamos que no tenían fecha o estaba muy borrosa. Los policías que lo hicieron tuvieron una actitud intimidante que solo disminuyó con la presencia de los abogados, se llevaron piezas gráficas del trabajo de los chicos del colectivo artístico”, dijo el abogado. En otros casos, los allanamientos fueron a activistas y organizaciones como el Congreso de los Pueblos, del Partido Comunista y organizaciones estudiantiles, entre otros. Estas acciones “buscan intimidar y obstruir el ejercicio de periodistas y ciudadanos”, de este modo se limita la libertad de expresión, dijeron los denunciantes.
En las próximas horas Colombia se dispone a cumplir una nueva jornada de protesta que en la región cuestiona los modelos políticos, económicos y sociales vigentes.
