Ecuador, luego de las protestas sociales, se ha convertido en sede de una iniciativa continental de contrainsurgencia. El régimen ecuatoriano, a través de diversos voceros, ha manifestado la voluntad política de formar parte de un bloque de países que coordinan acciones conjuntas contra una supuesta conspiración internacional atentatoria al orden establecido en diversos países de la región.
Mauricio Campuzano, comandante de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, FAE, declaró en el evento de conmemoración de los 99 años de la institución, que “las Fuerzas Armadas impidieron el derrocamiento del gobierno” de Lenin Moreno, cuando “grupos ideológicos pretendieron desestabilizar el país apoyados por bandas extremistas y delincuentes solapados”. La conclusión que anima a los militares ecuatorianos es que existe “un plan orquestado y articulado para socavar la democracia”.
Esta deliberación política de las Fuerzas Armadas no deliberantes, fue ratificada por el Presidente de la República, Lenin Moreno: “hay desestabilización, grupos financiados y organizados internacionalmente, actores antagónicos a la democracia”.
Luego de los once días de paro nacional el gobierno central participó en mesas de diálogo con los dirigentes del movimiento indígena organizado en la CONAIE, con el fin de poner fin a las movilizaciones. El diálogo se vio interrumpido ante la acción de la Fiscalía de iniciar juzgamiento a los dirigentes indígenas y políticos. Horas después el ministro de Defensa, Oswaldo Jarrin y los nuevos mandos militares anunciaron un plan contrainsurgente de alcance internacional.
Este plan fue ratificado en la reunión de los ministros de seguridad del continente reunidos en Quito, la capital ecuatoriana. En esta reunión a la que asistió la plana mayor del gobierno, el secretario de la OEA, Luis Almagro señaló: “no podemos actuar de manera desesperada y reactiva, no podemos ir de ataques de pánico en ataques de pánico, basados en la represión y sobreponiendo las fuerzas policiales”.
Ante los indicios de la formación de un nuevo plan de contrainsurgencia en el que Estados Unidos generaría una coordinación entre los sistemas militares, judiciales de algunos países sudamericanos con el Comando Sur y la política de Washington, el ex Vicecanciller de Ecuador, Kintto Lucas, manifestó: “Lo que estamos viviendo es que el Ministro de Defensa y los comandantes del Comando Conjunto y del Ejército han declarado que van a formar todo un plan de contrainsurgencia, porque en Ecuador se están formando grupos insurgentes y la política de las FF.AA. debe ser para repeler esta insurgencia”.
El ex diplomático señaló que “de la misma manera que Piñera se inventa una guerra y se inventa grupos insurgentes en Chile, algo similar pasa en Ecuador. Se está generando una corriente en distintos países de inventarse nuevas insurgencias. En algún momento se estaba generando un Plan Condor, no con las características que en la década del setenta, en que EE.UU. ha generado una acción conjunta y una coordinación entre los sistemas judiciales y los sistemas de las Fuerzas Armadas en distintos países de América del sur, vinculados con el Comando Sur y la política estadounidense”.
Lucas hablando para un espacio de televisión, manifestó que “empiezan a darse vínculos, nuevamente, entre las FF.AA. de diversos países, entre las formas de represión, entre sectores fascistas, pero esos sectores militares empiezan a tener apoyo de determinados sectores populares, entonces hay que empezar a entender qué está pasando, que se está yendo al fascismo no solo en América Latina, sino también en Europa”, concluyó el ex Vicecanciller ecuatoriano.