La reacción de la mujer en rechazo a la decisión de la Asamblea Nacional de no despenalizar el aborto en caso de violación se hace sentir en el seno de la sociedad ecuatoriana.
Una manifestación multitudinaria en días pasados pinto de verde, el color símbolo usado en la protesta, paredes y monumentos en el Centro Histórico quiteño.
La presión del Bloque Feminista Nacional hizo ceder a la ministra del Interior, María Paula Romo, que se vio obligada a dejar ingresar a la plaza de la Independencia hasta frente al palacio de Gobierno a las mujeres que rechazaron la decisión parlamentaria.
Un contundente repudio se hizo sentir cuando las mujeres quiteñas expresaron su rechazo a lo que consideran una violación de sus derechos por parte del Estado. María Dolores Miño, directora del Observatorio de Derechos y Justicia, que promueve el aborto en caso de embarazo por violación, dijo que «ahora nos queda demandar la inconstitucionalidad» de reglas que limitan el aborto no punible ante la máxima Corte Constitucional.
Las estadísticas oficiales muestran que en el país cada año se producen más de 2.180 casos de niñas, menores de 14 años, que se ven obligadas a dar a luz y sus hijos son producto de violencia sexual, manifestó la activista Carolina Peña y aseveró que a las menores se «les está cortando la vida».
Las pancartas que portaban cientos de mujeres rezaban: «No son madres; son niñas violadas», «Madres por decisión, no por violación», «No te obligamos a abortar; tú no obligues a parir» y «Ante muros que se construyen; mujeres que los destruyen», entre otras.
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mágenes de la protesta registrada por la fotoperiodista Paula Parrini