La OEA, Organización de Estados Americanos decidió, por iniciativa de Colombia con apoyo de Brasil y los EE.UU, activar el TIAR, Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, que contempla el uso de la fuerza armada para una intervención militar en Venezuela. El siguiente paso es la convocatoria a los cancilleres de los Estados que forman parte del tratado de defensa del TIAR a una reunión en la segunda quincena de este mes en los márgenes de la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York , para tratar el «impacto desestabilizador» de la crisis en Venezuela.
El argumento central invocado por los proponentes de la medida señala que «la crisis en Venezuela tiene un impacto desestabilizador, representando una clara amenaza a la paz y a la seguridad en el Hemisferio». En un desglose de razones, arguyen cuatro motivos para activar el TIAR en el caso de la situación venezolana: la crisis humanitaria que provoca éxodo de población de ese país fuera de sus fronteras, el nexo del régimen con grupos criminales de alcance trasnacional, Gobierno venezolano está dando refugio y apoyo a grupos terroristas colombianos como el ELN y las FARC, y violaciones de Derechos Humanos en ese país. Se trata de argumentos políticos que deben ser debidamente documentados.
En la otra orilla del problema, países como México y Uruguay han objetado la medida y denunciado su uso indebido en el caso venezolano. México al denunciar el intento de uso del TIAR contra Venezuela, advirtió que el Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca, “sienta un precedente para la democracia, el derecho internacional, la búsqueda de paz, la solución pacífica de las controversias y la no intervención de otros Estados”. Cabe notar que la última vez que fracasó la invocatoria del TIAR fue ante la invasión británica a la Islas Malvinas. Precisamente, el TIAR activa la asistencia militar interamericana ante una amenaza exterior, pero en esa oportunidad no funcionó por oposición de EE.UU y Chile que mostraron colaboración con Inglaterra.
Por su parte el gobierno uruguayo recordó que los países que promovieron esta resolución de invocar el TIAR contra Venezuela, rechazaron una enmienda propuesta por Costa Rica que excluía de forma expresa el uso de la fuerza. La cancillería uruguaya manifestó que su país se negó a apoyar esta convocatoria que muestra un claro intento, nuevamente, de manejar políticamente instrumentos jurídicos internacionales en pos de intereses cuya única meta es el derrocamiento de un gobierno, no importa lo legítimo del procedimiento que se utilice”.
Se entiende en el argumento del gobierno de Uruguay que la intención de esta iniciativa “es el uso de la fuerza pasando por encima el artículo 19 de la Carta de la OEA, y también por la Carta de las Naciones Unidas que prohíben esta vía”. Intentan darle legitimidad a una intervención armada que echa por tierra los esfuerzos realizados por la OEA desde hace 70 años para que los conflictos entre los países de la región se resuelvan por la vía pacífica, señaló el comunicado uruguayo.
Un antecedente significativo es que Venezuela ya no integra la OEA desde el 27 de abril de 2019 ni el TIAR, y que la decisión de la Organización de Estados Americanos, aupada por EE.UU, tiene que ver con la intención de algunos países de la región que buscan forzar una coyuntura en Venezuela para justificar la intervención armada, lo que contribuye al deterioro institucional de la OEA y a la polarización de las posiciones de sus miembros, agravando la falta de credibilidad de la organización.
Una intervención militar en Venezuela implica, además de la inaceptable pérdida de vidas humanas, una verdadera desestabilización en el continente.