El último caso en donde se pretende imputar a Rafael Correa y otros personeros de la Revolución Ciudadana parece una comedia escrita por un guionista novato que olvida elementos fundamentales de la construcción de una trama lógica y coherente. Y pretenden, además, que el pueblo se trague la píldora sin siquiera la ayuda de un pequeño sorbo de agua.
Por el momento no se tiene noticia de quién es el autor de estas historias que intentan vendernos como pruebas inequívocas de la ‘corrupción’ del anterior gobierno. Pero se ha visto de todo: desde el endiosamiento absurdo de Rafael Correa al atribuirle dotes que envidiaría el mismo Batman y superpoderes que harían palidecer la fama de Superman, Flash y el Dr. Strange en combo, hasta la invención de atributos como la inverosímil memoria computarizada de Pamela Martínez o las malignas y efectivas capacidades del grito asesino de Graciela Mora.
Sin embargo, es obvio que en la política actual sí existen uno o algunos casos ‘Sobornos’, y vienen operando posiblemente desde mucho antes incluso de las elecciones del 2017. O también puede tratarse de uno o más casos ‘Extorsión’. Tal vez a esta generación nunca le quede claro de qué mismo se trató, cuándo comenzó, y cuánta gente está involucrada en esta trama, mucho más perversa que la que se pretende urdir en estos momentos para neutralizar a Rafael Correa y cualquier persona, cosa o proceso que se le parezca en algo.
Y como no se trata de prevaricar, ni de acusar sin fundamentos, ni de inventarse cuentos de ficción a cual más patético, solamente se pueden ir planteando algunas preguntas, basadas sobre todo en la observación y un mediano conocimiento de la naturaleza humana, conducentes a demostrar que con frecuencia los acusadores, desde su inconsciente culposo, por el mismo camino que acusan se ponen en evidencia incluso más que aquellos a quienes quieren denostar.
Porque… ¿Qué sería lo que llevó, por ejemplo, a Lenin Boltaire Moreno Garcés a traicionar por lo menos a la mitad más uno de un país entero de una manera tan burda y escandalosa que ha terminado convirtiéndolo por un lado en el hazmerreír de la política mundial, y por otro en la antimuestra de la ética humana en general? Ponerse en ridículo ante el mundo no es algo que se haga así nomás, de gratis, por amor al arte, que le dicen. Pensando mal, o le ofrecieron mucho, o le saben algo bien gordo. O ambas cosas.
Pero no es él el único que parece haber sido seducido por cantos de sirena de inconfesable catadura para dar cumplimiento a agendas, por decirlo de un modo amable, oscuras y subrepticias. Él solo no habría hecho nada. Entonces de seguro también las sirenas tuvieron que cantar a otro poco de gente con sus seductoras tentaciones y protervas ofertas.
Obviamente, el resentimiento de los perfeccionistas ayudó bastante en la primera fase de la destrucción de lo logrado: Fánder Falconí, Rosana Alvarado, Augusto Barrera, entre otros, llevaban lo suyo. A ellos hay que reconocerles el dudoso mérito de haberse dejado llevar por sus sentimientos negativos con una ingenuidad digna de mejor causa y un cálculo que jamás tomó en cuenta el índice de maldad de quien los comandaba. Y así les fue: ahorita han quedado relegados a la triste categoría de haber sido los tontos útiles de la debacle. Pero es muy posible que también hayan sido tentados con la posibilidad de, a partir de la traición disfrazada de autocrítica, ascender a posiciones que quizá el anterior régimen les negó… y este también. Así paga el diablo a sus devotos.
Otro de los tentáculos del posiblemente auténtico caso ‘Sobornos’ se hizo ver en la mayor parte de la bancada de Alianza País. Gente que dos o tres meses antes aseguraba sin rubor ser capaz de dar la vida o de dejarse arrancar una extremidad en favor del presidente Correa o del vicepresidente Glas, que se había tomado selfies y había bailado con ellos en momentos de dicha y que había llorado en su hombro en momentos de desventura, les dio la espalda sin más y comenzó a hacer gravísimas declaraciones en su contra en un tono de muñeco de ventrílocuo o esclavo MK Ultra sin el menor reparo. ¿Se puede dar tal golpe de timón así como así, por las puras alverjas, como se diría en cristiano? ¿Realmente lo hicieron por amor a la virtud y odio a la supuesta corrupción del régimen anterior, en la que, si seguimos una simple lógica de la vida, también deberían haberse visto involucrados hasta un poco más arriba de las rodillas? ¿No mediaría en tal transformación algún ‘estímulo’ o amenaza?
Sorprende, además, que un régimen que afirma, muy suelto de huesos, tener como divisa la lucha contra la corrupción le haya entregado en peso la administración de la electricidad del país a alguien tan impoluto como Abdalá Bucaram, por ejemplo. ¿Le tienen miedo acaso? ¿Cuál sería la propuesta de ‘El Loco que Ama’? ¿O la amenaza…?
En este momento se mira cómo, con desesperación, una fiscal encumbrada en el cargo con la ‘honesta’ nota de 10/20 en el examen teórico, intenta fraguar pruebas sin que le importe que sus sustentaciones carezcan de un gramo de lógica. La ex asesora del presidente Correa, Pamela Martínez se contradice en sus declaraciones y termina confesando que en un avión hizo de memoria un resumen de los supuestos ‘sobornos’ en el cual cita cifras hasta con centavos. Dice que escribió el cuaderno hace cinco años, pero cuando se evidencia que el cuaderno-máquina-del-tiempo fue fabricado en el año 2018 llora, se contradice, cambia la declaración y dice que en el vuelo de Guayaquil a Quito para declarar, estando detenida y habiéndose ofrecido a una ‘cooperación eficaz’ le vino una súbita iluminación (no lo dice así, pero cualquier otra cosa parecería improbable) y escribió los datos en el cuaderno. ¿Es creíble? ¿Con qué le sobornaron? ¿Le amenazaron con una cadena perpetua?
Y así, todos. Sin que les importe el ridículo que hacen o lo mal que quedan desde la más elemental inteligencia hasta la más complicada lógica. Con tales crisis de pánico o ambición que son capaces de las más grandes incoherencias, de las más inverosímiles mentiras y de las más ridículas declaraciones.
Un viejo chiste habla de un señor, pasadito de tragos, que buscaba algo bajo la luz de un poste. Cuando le preguntaron, dijo que se le había caído una llave unos metros más atrás, y ante el reclamo de que por qué no buscaba la llave donde se le cayó, su respuesta fue: “porque aquí hay más luz”. ¿No estarán acaso, pretendiendo que busquemos los ‘sobornos’ allí donde los estamentos oficiales y los medios de comunicación alumbran incluso exageradamente, cuando en realidad están en otro lado, en donde la más espantosa oscuridad impera y quienes tienen la sartén por el mango se harán eternamente de la vista gorda?
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