En un vaticinio de futura derrota presidencial se convirtió el resultado de las elecciones del domingo anterior para el mandatario argentino Mauricio Macri, luego de que Alberto Fernández y Cristina Kirchner ganaran las primarias (llamadas PASO, primarias abiertas, simultáneas y obligatorias) con un 47% contra un 32% del oficialismo. El presidente argentino, ante la situación adversa, convocó a una reunión de gabinete urgente para tratar de explicar la derrota: el gobierno «se convirtió en un caos» -afirma el portal LaPolíticaOnline- tras la “inesperada paliza” propinada por el peronismo a la derecha política argentina. En esa reunión se criticó duramente al asesor ecuatoriano, Jaime Durán Barba, por no haber previsto la derrota y haber basado sus estrategias en encuestas que resultaron imprecisas. “Duele no haber tenido todo el apoyo que esperábamos, han fallado todas las empresas encuestadoras”, dijo Macri. “Nadie paga encuestas para que te digan que vas a ser derrotado”, comentó un ciudadano argentino en Twitter.
A Barba se lo acusa de “no haber anticipado una diferencia de votos tan grande como la que padeció el presidente en las primarias”, incluso se informó que Barba fue echado del equipo de gobierno por cometer un error “grosero” de haber confiado en que solo tres puntos separaban a Macri de Fernández, cuando en la realidad electoral la diferencia fue de 15 puntos a favor del binomio peronista. Durán Barba debió soportar la furia de Elisa Carrió: «Andate de acá que vos viniste a ganar elecciones y perdiste, ahora vamos a hablar de política», le dijeron al ecuatoriano antes de la reunión improvisada en el búnker presidencial, señaló el portal argentino.
Más allá de las anécdotas electorales, las declaraciones de Mauricio Macri, luego de la derrota que desembocó en una debacle económica con un alza descontrolada del dólar, fueron sintomáticas. Macri auguró tiempos peores y amenazó a los argentinos: «Lo de hoy es una muestra de lo que puede pasar», aseguró el presidente en referencia a la corrida cambiaria. No dudó en culpar al kirchnerismo por los movimientos del mercado y admitió que no puede controlar al dólar. Los argentinos criticaron a Macri su desatino político y recordaron que siempre dijo: “Estamos haciendo lo correcto”.
El periodico estadounidense The New York Times dice lo contrario: el macrismo perdió porque no supo hacer su política de derecha. Y para ampliar ese criterio publicó: «Macri y los suyos han desmontado por fin esa falacia trumpista que pretende que nadie mejor para manejar un Estado que quienes hayan manejado alguna empresa. Su gobierno produjo una situación de penuria económica y social incomparable: falta el trabajo, la inflación no cede, los salarios no alcanzan. En junio la Universidad Católica Argentina anunció que más de la mitad de los niños argentinos son pobres y que uno de cada diez pasa hambre. Pero lo que se preveía como una gran encuesta pagada por el Estado -3000 millones de pesos, unos 65 millones de dólares— se convirtió, por sus resultados, en un hecho político rotundo: la cólera de los argentinos hizo que estas elecciones sí significaran. Sin ambigüedades, rechazaron a ese grupo que creía que podría seguir gobernándolos pese al desastre social que había creado: los candidatos opositores sacaron alrededor del 47 % de los votos 15 puntos más que los oficialistas. Nadie esperaba tanto: todas las encuestas pronosticaban diferencias de menos de 5 puntos. Es sorprendente ver que, los gobernantes, personas mayores, jefes de cositas, siguen guiándose con unas herramientas que han demostrado, una y otra vez, que no funcionan».
El futuro político
De cara a futuras elecciones argentinas en octubre, al peronismo solo le bastará con obtener un 45%, que ya rebasó este domingo. No debería haber segunda vuelta en noviembre según los pronósticos. Esta vez se esperaba una victoria muy ajustada del peronismo. Lo que ocurrió a la hora de la verdad fue una victoria abrumadora. Fue una jornada negra para el Gobierno. “Yo lo he hecho lo mejor que he podido”, explicó Macri, cariacontecido. Y aseguró que mantenía la esperanza de remontar la enorme desventaja en octubre. Su rostro decía lo contrario, comentó la prensa bonaerense.
En términos políticos, los argentinos expresaron en las urnas su rechazo a la gestión económica macrista, traducida en una inflación galopante y una larga recesión. Cuesta imaginar que un empeoramiento de la situación pueda propiciar otra cosa que un ulterior hundimiento de la imagen gubernamental. El futuro de Argentina se avizora claro: «Con el regreso del peronismo en Argentina no vamos a ver el péndulo hacia la derecha, sino una América Latina mucho más balanceada», auguraron los observadores.
Las elecciones de Argentina tienen ese qué se yo ¿viste? Una lección política al compás de tango, que en Ecuador debemos interpretar al ritmo de pasillo.