La guerra «no declarada» de EE.UU contra Venezuela está en apogeo. En las últimas horas, “una alta autoridad militar de Estados Unidos reconoció los vuelos de vigilancia realizados por sus aviones y denunciados por el gobierno de Venezuela. “Estamos focalizándonos en lo que está sucediendo y tratando de entender lo que pasa para poder ayudar a llevar paz a la gente de Venezuela”, dijo a la agencia The Associated Press el almirante Craig Faller, jefe del Comando Sur.
La agencia informativa señala que el Comando Sur reveló la semana pasada que un avión de reconocimiento EP-3 fue interceptado de manera “no profesional” por un caza de la Fuerza Aérea de Venezuela. Agrega, citando al militar, que fue “a una distancia insegura, una maniobra que puso en riesgo la vida de la tripulación y la misión de la aeronave”.
La información agrega que el gobierno del presidente Nicolás Maduro informó que el “sistema de defensa detectó e interceptó al avión estadounidense el 19 de julio, alegando que violaba tratados aéreos internacionales”. Las autoridades venezolanas denunciaron que tres días después ocurrió una nueva incursión estadounidense. Indica Associated Press que Venezuela denunció que en lo que va del año se han registrado 78 violaciones al espacio aéreo venezolano.
Fuentes norteamericanas reconocieron que “los militares estadounidenses trabajan de cerca con aliados fuertes como Colombia y Brasil, para compartir información de inteligencia, realizar ejercicios y entrenamientos conjuntos”. No aclaró para que son estos “ejercicios y entrenamientos conjuntos”. Militares estadounidenses dijeron que “vemos a estos invasores, Cuba y Rusia, apoyando a Maduro y es una situación muy difícil para la seguridad, para la gente”.
Las manobras militares de espionaje norteamericano sobre cielos y suelo venezolano van acompañadas de nuevas sanciones de EE.UU a Venezuela. “Estamos tratando de cortarle el flujo de fondos al régimen, y creo que estamos teniendo un impacto bastante considerable. La presión continuará, tendremos más sanciones”, dijo el vocero norteamericano Elliott Abrams, sin precisar más. El diplomático anticipó más penalizaciones a La Habana, y no descartó otras a Moscú por sostener a Maduro, quien acusa a Estados Unidos de liderar una “guerra económica” para derrocarlo. En la Fundación para la Defensa de las Democracias (FDD) en Washington, el representante especial estadounidense para la crisis venezolana, Elliott Abrams, defendió las sanciones para presionar por un cambio de régimen en Venezuela, el cual consideró una “dictadura”.
Simultáneamente, esta semana se produjo un ataque electromagnético que dejó sin energía eléctrica a gran parte del territorio venezolano. En un comunicado el Gobierno Bolivariano de Venezuela informó que los “primeros indicios recibidos de la investigación en el Bajo Caroní orientan a la existencia de un ataque de carácter electromagnético que buscó afectar el sistema de generación hidroeléctrica de Guayana, principal proveedor de este servicio en el país”. El apagón afectó el transporte subterráneo que conecta a Caracas de este a oeste, así como el sistema de trenes que comunica a la capital con ciudades periféricas, lo que, sumado a la falta de funcionamiento de semáforos, ocasionó caos vehicular en calles y avenidas.
La hidroeléctrica Simón Bolívar es la principal de la nación suramericana, y el pasado 7 de marzo, de acuerdo a la información aportada por el gobierno, fue objeto de un ataque electromagnético, que afectó la velocidad de las turbinas y apagó a todo el país. Una semana después, en el proceso de recuperación de los equipos afectados, el Gobierno informó que el patio de los transformadores de electricidad fue atacado por un francotirador y se produjo un incendio, lo que volvió a dejar a oscuras a la nación.
Estas son algunas de las informaciones silenciadas por la prensa occidental y por las empresas mediáticas latinoamericanas sobre la situación en Venezuela.