Un terremoto político en Puerto Rico desencadenaron las expresiones homofóbicas, racistas y groseras de Ricardo Rosselló gobernador de la isla caribeña. En 900 páginas de conversaciones filtradas por el Centro de Periodismo Investigativo -desde finales de 2018 a enero de este año-, hay toda una batería de improperios y ataques. Por ejemplo, “que la exconcejal municipal de Nueva York, Melissa Mark-Viverito es una «HP [hija de puta]». O que Ricky Martin «es tan machista que se folla a los hombres porque las mujeres no dan la talla». También se dice que hay que «acribillar» a los miembros de un tribunal estadounidense o que «se joda» el Consejo Supervisor del Presupuesto para reconstruir la isla. Con la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, son especialmente locuaces. Rosselló la llama «HP», pregunta si «se le acabaron sus medicamentos» y Christian Sobrino, responsable de Finanzas y representante ante la Junta de Supervisión Fiscal, sostiene: «Estoy salivando por entrarle a tiros». El gobernador responde que le harían «un gran favor».
Entre el caso de corrupción y el escándalo del chat, el Gobierno de Rosselló ha tenido 11 bajas. Cuando se destapó el Telegramgate, todos los funcionarios de Gobierno involucrados renunciaron, menos el gobernador. Rosselló ha dicho en reiteradas ocasiones que no va a abandonar el cargo porque no cometió «acto ilegal». El FBI detuvo el pasado miércoles a dos funcionarias, además de a varios empresarios y contratistas que, presuntamente, participaron en un caso de corrupción con fondos federales destinados a programas de educación y salud. Según la Fiscalía Federal en Puerto Rico, los seis detenidos están acusados de 32 cargos de fraude y delitos relacionados. El presunto fraude suma 15,5 millones de dólares de fondos federales entre 2017 y 2019. El Departamento de Educación gastó 13 millones durante el tiempo que Keleher fue secretaria, mientras que la administración de seguros gastó 2,5 millones de dólares cuando Ávila era el director.
Acorralado por una ola de protestas tras filtrarse el chat en el que hace los comentarios homófobos y misóginos, Rosselló adelantó que la secretaria de Justicia, Wanda Vázquez Garced, se hará cargo de la gobernación de manera interina.
Pero si todo empezó con la publicación de las conversaciones en las que el gobernador Roselló y altos miembros de su gobierno descalifican a sus opositores políticos, el malestar de la sociedad boricua va mucho más allá. Circuló además la versión de que la Casa Blanca, criticada por la «ayuda limitada brindada a la isla» —un Estado libre asociado— tras el huracán María, se ha dicho que el escenario actual «prueba que las preocupaciones del presidente [Trump] de malos manejos, politización y corrupción son válidas». La isla vive desde hace más una década una profunda recesión económica, que se debe en parte a su estatus de Estado Libre Asociado» a EE.UU.
Los artistas protestan
El cantante puertorriqueño Ricky Martin se comprometió con la crisis política de su país y en las últimas semanas salió a manifestarse junto a miles para exigir la renuncia de Ricardo Rosello, a quien calificó de «cínico y maquiavélico»: Lo logramos, y lo logramos en paz, sin armas, como Gandhi. Exigimos respeto y nos escucharon, afirmó Martin ante la renuncia del gobernador.
La crisis politica de Puerto Rico enseña algunas verdades. La toma de consciencia y protesta de la población boricua está latente siempre y se expresa cada vez que sus contradicciones con el poder estadounidense, o con representantes del gobierno local, así lo ameritan. La masiva movilización de masas en la isla siguió siendo un detonante de descontento popular que pone a raya a los políticos tradicionalmente asociados a sus relaciones con el poder central norteamericano.
La actitud de “líderes de opinión” o influencers como Ricky Martin, entre otros artistas, demuestra que la postura de dignidad constituye una muestra imitable por la población portorriqueña que se levanta en protesta cuando “sus representantes” cometen actos de ofensa o corrupción, como es el caso del gobernador Rosselló, obligado a dejar el cargo.
Y lo que es más significativo y de trascendencia política: en Puerto Rico hay un sentido nacionalista que subyace bajo las condiciones del llamado “estado de asociación con EEUU”, que se expresa como un anhelo de libertad e independencia de los isleños respecto del poder omnímodo que ejerce el gobierno norteamericano sobre la isla “asociada”.
Silvio Rodríguez también tiene razón cuando canta en su canción: “…Cuba y Puerto Rico son, de un pájaro las dos alas”. La historia marca un pulso esperanzadora en la isla del caribe.