Ecuador entra en una nueva etapa en sus relaciones bilaterales con EE.UU a partir de la visita del secretario estadounidense Mike Pompeo que se reunió con el presidente Lenin Moreno para afinar acuerdos en política internacional, cooperación económica y asistencia norteamericana a Ecuador.
Las relaciones ecuatorianas con los EE.UU se han caracterizado por la desigualdad de condiciones y en ese sentido no han sido diferentes respecto del resto de países del continente, salvo excepciones. EEUU busca a América Latina como un aliado geopolítico para sus intereses en la región como se puede observar en los diversos momentos de esas coyunturas: Segunda Guerra Mundial, guerra fría de EE.UU contra la URSS, bloqueo estadounidense contra Cuba, guerra diplomática contra Venezuela y para eso EE.UU utilizó la relación con Colombia en la presunta lucha contra el narco tráfico. El intereses último de los norteamericanos en nuestra región ha sido instalar bases militares estadounidenses, disponer de instalaciones logísticas latinoamericanas para sus operaciones, y asesorar a nuestros ejércitos en la mira de capacitar a los efectivos militares latinoamericanos en las doctrinas de la seguridad nacional anticomunista, en la Escuela de las Américas, y en la lucha antiterrorista contra sus enemigos internacionales. En el ámbito económico, EEUU nos ha visto como un mercado para ensayar nuevos productos, como proveedor de materias primas estratégicas (petróleo, cobre, estaño, uranio, etc. ) y productos de consumo como banano, camarón, frutas tropicales, vinos, etc.
América Latina se ha valido de la relacion con los EE.UU para asegurar transferencia tecnológica, inversión internacional, ayuda para “programas de desarrollo”, importación de productos varios: electrodomésticos, vehículos, medicinas, alimentos, vestuario, tecnología y armamento, etc.
Nunca la relacion ha sido horizontal, de igual a igual. EEUU es la potencia que “ayuda” al débil y obtiene réditos políticos y económicos de su interés estratégico. La potencia del norte ha sido un permanente prestamista, a través de los organismos multilaterales Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, etc. otro lucrativo negocio posible de realizar con América Latina.
En ese contexto, las relaciones políticas, comerciales y militares entre América Latina y los EE.UU han estado marcadas por la crítica o por la connivencia, según el gobierno de turno que haya existido en cada uno de nuestros países. En la actualidad las relaciones bilaterales de Ecuador con EE.UU entran en una fase de “acercamiento” político, con miras a establecer acciones coordinadas en el campo económico y militar.
A EE.UU le interesa tener una plataforma de apoyo para sus eventuales acciones militares contra Venezuela, Cuba y Nicaragua. En ese sentido la utilización de las Islas Galápagos, como “portaviones natural” de las naves aéreas militares norteamericanas, es un objetivo primordial. La pérdida de la base gringa en Manta, es un retroceso para los intereses geopolíticos estadounidenses en la región que deben restaurar de algún modo. Los propósitos son claros: un eventual emplazamiento militar con miras a una invasión en Venezuela para derrocar al gobierno de ese país, una ofensiva militar en Colombia para mantener bajo control la producción de estupefacientes, entre otros propósitos, como controlar geopolíticamente la región. Ecuador es el “socio” estratégico ideal por su ubicación geográfica y por su alineación política actual.
El periódico del gobierno nacional, El Telégrafo, ha reconocido que las relaciones bilaterales entre EE.UU y Ecuador «cambian de rumbo»: La reunión que mantuvieron el presidente de la República, Lenín Moreno, con el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, dejó ver que las relaciones bilaterales entre ambas naciones mejoran notablemente, redactó en su nota de prensa el diario oficialista. Entre los temas tratados constan el fortalecimiento de las relaciones comerciales, la cooperación para el desarrollo, lucha contra la corrupción y el narcotráfico, la colaboración eficiente en materia de seguridad y otros.
La interpretación que la Secretaría de Comunicación de la Presidencia da a la visita de Pompeo, es que se trata de llegar a acuerdos bilaterales en torno a “la lucha contra la corrupción, financiamiento para planes sociales y de asuntos migratorios, cooperación en temas de seguridad y avanzar en temas comerciales y de inversión”. Al mismo tiempo, la SECOM destaca que “Pompeo tiene como objetivo tratar temas sobre intercambio comercial, cooperación y asuntos políticos como la situación en Venezuela, Cuba y Nicaragua”.
El propio presidente Moreno reconoció en su cuenta de Twitter, agradeciendo a Mike Pompeo “por expresar todo el respaldo de EE.UU. a lo que estamos haciendo respecto a seguridad, economía, democracia y lucha contra la corrupción”. En tanto, en la misma red social, el funcionario norteamericano dejó entrever que las relaciones bilaterales entre ambas naciones “mejoran notablemente”, y resaltó las “grandes conversaciones con el presidente Moreno y el canciller José Valencia, quienes conducirán a una relación bilateral más sólida y a una cooperación más estrecha en nuestros objetivos compartidos”.
La calentura no está en las sabanas, nada tiene de negativo que nuestro país se relacione con cualquier otro país del mundo en igualdad de condiciones. El tema es que con los EE.UU aquello no es posible, ni existe como realidad. Las relaciones ecuatoriano-estadounidense son del tipo colonialista. EE.UU nos ha tratado siempre como el socio menor del patio trasero al que hay que “alinear”, según sus políticas geoestratégicas en la región. En tanto, ingenuamente, Ecuador ha considerado a EEUU “su principal socio comercial”, es decir su “mejor mercado” para vender materia prima y recursos naturales. Y además, para conseguir préstamos y apoyo económico en diversas circunstancias.
Reacciones políticas
El excanciller José Ayala aplaudió la cooperación del gobierno de Donald Trump para extraditar a Ecuador a las personas acusadas de corrupción. “Vemos a algunas personas inculpadas que viven en Estados Unidos gozando de sus fortunas ilícitas, por lo que ya es hora de que cooperen con Ecuador y aprueben la extradición de esas personas”. ¿Será el mismo caso con los hermanos Isaías?
Sectores económicos ecuatorianos han aplaudido el “cambio de rumbo” en las relaciones bilaterales entre ambos países. A los economistas y agentes económicos ecuatorianos les interesa “el restablecimiento de una cooperación financiera no reembolsable para programas sociales, que se suspendieron con la salida de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por sus siglas en inglés), en el Gobierno anterior”. Mientras tanto, el Comité Empresarial Ecuatoriano, considera que el país nunca debió “divorciarse de Estados Unidos de la forma que lo hizo”, por razones ideológicas, durante el gobierno de Rafael Correa”.
La visita de Pompeo a Ecuador es vista por los empresarios criollos como una oportunidad que “ayuda mucho al restablecimiento de la comisión de comercio e inversiones, como un primer paso para sentarse a negociar un posible acuerdo comercial con Estados Unidos”. También valoran la influencia que EE.UU. tiene en los organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, lo cual será de mucha ayuda “para la continuidad del programa económico del gobierno de Lenín Moreno”. Eso es todo y mucho.
El presidente ecuatoriano ha mostrado señales de connivencia con los EE.UU. En el tema de Venezuela, Moreno dijo que ya no trata de “presidente” a Nicolás Maduro porque es un “dictador”. Mientras que Pompeo “reconoció el trabajo del gobierno ecuatoriano para asistir a cerca de 500 mil venezolanos que han llegado a Ecuador en los últimos meses huyendo de la crisis política en su país”. EE.UU ha entregado 30 millones de dólares para “asistir” a los venezolanos que han arribado a nuestro país. En otra señal, el gobierno ecuatoriano retiró el asilo político al periodista Julian Assange, calificándolo de “hacker” y facilitando la extradición del asilado desde Inglaterra a los EE.UU para ser juzgado con riesgo de sentencia capital.
En estas circunstancias el país se mantiene a la expectativa respecto de las relaciones bilaterales entre Ecuador y los EE.UU., que deben ser sobrias, y no deberían estar marcadas por el servilismo diplomático. Deben ser justas y equitativas, no deben responder a la presión diplomática, peor militar. Es decir, deben caracterizarse por la prestancia internacional del Ecuador frente a sus iguales en el mundo. Pero eso solo es posible con un gobierno digno y soberano.