Como en los viejos tiempos de las décadas pasadas, las calles de Quito fueron el escenario de manifestaciones de protestas contra el gobierno central en el marco del “paro nacional” convocado por diversos sectores políticos, sociales y étnicos agrupados en la Asamblea Nacional Ciudadana.
La jornada comenzó desde horas de la mañana con mítines en diversos puntos de la ciudad que tenían por objeto manifestar el rechazo popular al régimen: “Fuera Moreno, fuera”, era el clamor popular.
En horas de la tarde dos concentraciones que se habían convocado, una frente al Banco Central y otra en el sector del Parque El Arbolito en Quito, lograron unirse sorteando el acoso policial con efectivos en motos y piquetes antimotines que se desplazaban raudos por las calles tratando de impedir el avance de los manifestantes hacia la Plaza de la Independencia en el sector de la sede gubernamental, el Palacio de Carondelet.
Virgilio Hernandez, asambleísta nacional, nos dijo en el fragor de la marcha que “lo importante de esta convocatoria ciudadana es que ha existido acciones en muchas ciudades del país, ya no solo es Quito. El propio ECU 911 decía que al medio día existían 40 puntos de paralización. Esto va a ir creciendo porque ya en este momento hay rechazo masivo de parte de la ciudadanía al gobierno, el 80% o no le cree a Moreno o no apoya la gestión. Ahora hay que convertir este rechazo en algo radical, cada semana debemos salir en las distintas ciudades a manifestar nuestro rechazo al gobierno nacional”.
Pese a los esfuerzos policiales de personal premunido de perros y caballos, e implementos disuasivos como escudos, gases y cascos para protegerse de posibles acciones de los manifestantes, éstos logaron avanzar hasta la entrada del Centro Histórico de la ciudad, siendo desviados a la altura de La Marín hacia el playón que a esas horas vespertinas lucía muy congestionado de vehículos. En ese sitio, entre comerciantes ambulantes, transeúntes, policías y carros de trasporte publicó, unidades del trole y vehículos particulares, los manifestantes expresaban su protesta en un número suficiente como para bloquear el tránsito en las tres vías que cruzan el sector en sentido de norte a sur.
-“Queríamos generar esta sensación de que el pueblo está movilizándose y el respaldo que se tiene demuestra que estamos en lo correcto contra un gobierno que traicionó a un país”, concluyó Hernandez.
Los gritos se hacían escuchar a la voces de “Lenin Moreno, hipócrita traidor, el pueblo te rechaza en todo el Ecuador” y “el pueblo unido jamás será vencido”. Los manifestantes se reunían, cada vez en mayor número, para enfrentar el asedio de la policía que pujaba por disolverlos. En un momento las vías quedaron interrumpidas y los contingentes antimotines arremetieron en contra de la muchedumbre para dispersarlos. Por un instante se produjo una confusión y en medio del caos algunos huelguistas fueron empujados, otros cayeron al suelo y la mayoría se mantenía en el lugar resistiendo la embestida con líquidos y asedio de motos y policías montados.
El Coronel Samaniego, a cargo del operativo, nos manifestó en entrevista furtiva que la disposición que tenían la fuerzas policiales era “primeramente, mantener la tranquilidad del orden público. Los grupos sociales que se han dado cita acá tienen el derecho a ejercer su reclamo, su protesta, pero tiene que ser de una forma organizada y pacífica sin obstaculizar la circulación vehicular, porque están coartando el derecho de terceras personas a la libre movilidad y genera incomodidad”.
Consultado el Coronel Samaniego acerca de los recursos disuasivos empleados en contra de los manifestantes dijo, “no hemos tenido la necesidad de utilizar ningún agente químico para restablecer el orden, obviamente hemos llamado al diálogo con los diferentes actores sociales. Calculo unas trescientas personas que están aquí manifestándose”.
Era evidente que la orden superior era dejar manifestar a los grupos convocados, sin permitir su avance hasta la casa de gobierno y sin dejar que obstruyan el paso vehicular. El gobierno, actuando a la expectativa de los acontecimientos, se mostró conciliador en las palabras y enérgico en cuanto al uso de la fuerza represiva.
Óscar Bonilla, dirigente de los manifestantes, señaló que “al momento, y de acuerdo con datos que se han filtrado de la policía, hay aproximadamente 60 puntos de bloqueo en todo el país, tanto en las carreteras como en las ciudades, se ha desplegado 24 puntos en carretera de la costa y hay otros tantos en la sierra. El objetivo central es concentrar la protesta ciudadana en contra de las medidas económicas del gobierno, en contra del desmantelamiento del sistema político, dentro de ello defender al CPCCS, y oponerse a la presencia del FMI y a las medidas que le está imponiendo a este gobierno servil a sus intereses”.
Cae la noche en las calles de la ciudad. La protesta liderada por la Asamblea Nacional Ciudadana que, según se dijo, agrupa a 120 organizaciones populares, es una historia que recién recomienza: el pueblo unido jamás será vencido, es la lección que el ciudadano ecuatoriano revivió hoy. Así lo manifestó el clamor popular en las calles del país.
Fotografías Leonardo Parrini