Las organizaciones campesinas, afrodescendientes, comerciantes minoristas, trabajadores de la salud, eléctricos, entre otros, están en pie de lucha, según un comunicado que anuncia un “paro nacional” que tendrá lugar entre los días 15 al 19 de julio en Ecuador.
La medida de protesta social está enfocada en hacer sentir al gobierno de Lenin Moreno el rechazo a sus políticas “neoliberales y en contra del avance del extractivismo minero y petrolero”, y «en rechazo a la entrega de las Islas Galápagos para intereses del imperialismo norteamericano». También los organizadores del movimiento rechazaron «las privatizaciones» de las empresas públicas, los «despidos masivos» de los trabajadores y el alza de los servicios básicos.
“Revive la lucha social: 15 al 19 de Julio el país se levanta en unidad con un llamado campesino de desesperación y esperanza, por nuestros campos, por nuestra comida, por nuestra patria, vamos sin temor a esta jornada cuyo triunfo será de nuestros hijos”, manifiesta un comunicado de los convocantes al paro nacional.
El anuncio de las movilizaciones surge en pleno proceso de diálogo del Acuerdo Nacional 2030, una iniciativa impulsada por el presidente Lenín Moreno. El Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó en marzo un préstamo de 4.200 millones de dólares para apoyar las políticas económicas impulsadas por el Gobierno de Lenín Moreno en los próximos tres años.
En tanto, organizaciones campesinas de Ecuador iniciaron este lunes movilizaciones en Bolívar y Chimborazo contra las políticas agrarias del gobierno de Lenín Moreno, las cuales afirman benefician a transnacionales.
Por su parte el Frente Unitario de Trabajadores FUT, participa en el paro nacional, frente a las posibles reformas laborales. Dirigentes provinciales mantuvieron reuniones en Quito para definir estrategias politicas y sociales. Rechazan la jornada laboral de seis días y hasta 12 horas laborables, jubilación a los 75 años, incrementos de los aportes al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS); además, de las eliminaciones del pago de horas suplementarias, extraordinarias, jubilación patronal, bonificaciones por jubilación, descansos sábados y domingos, derecho a manifestaciones o huelgas, subsidio del gas – gasolinas y la flexibilización laboral.
Las organizaciones convocantes al paro nacional destacaron “el cierre de más de 40 puntos de las carreteras en sierra, costa y oriente, además de la participación del sector urbano el día martes 16, en especial en las grandes ciudades como Quito, Guayaquil, Cuenca, Ambato, Riobamba, Portoviejo e Ibarra”, según manifestaron.
Entre los hechos puntuales que denuncian está la entrega del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, a los Estados Unidos, lo que pone en riesgo su vida; así como la salida del bloque de integración regional UNASUR, con sede en Quito. A esto se le suman hechos nacionales como el despido de cientos de miles de trabajadores públicos, el incumplimiento de las ofertas públicas de campaña, la subida de los precios del combustible y de las tarifas de los servicios públicos, entre otros. La convocatoria está firmada por José Ariza de CONAICOP Ecuador y Secretaría Unasur, Red de Psicólogos Nuestroamericanos y el Comité del Pueblo.
Por su parte la ministra del Interior, Maria Paula Romo tiene mucho trabajo estos días. Romo ha dicho que los sectores que convocan al paro nacional “son los que provocaron la crisis del país”. Llama la atención que por minimizar una medida opositora la funcionaria eluda la realidad. “La protesta social es legítima, No permitiremos pretextos para la violencia”, confirmó la secretaria de Estado.
Observadores internacionales destacaron que hace más de 12 años que Ecuador no vivía una jornada de protesta antigubernamental, que esta vez se inscribe en una creciente ola de rechazo social al gobierno de Lenin Moreno. Ecuador ha vuelto a los periodos de desestabilización política y social, destaca la prensa internacional.
