La seguridad social es un sistema de atención estatal que requiere de la existencia de una cultura de servicio por parte de la institución y del afiliado para que sepamos hacer correcto y justo uso de las ofertas del IESS. Frente a la clara tendencia de desprestigiar a la seguridad social con fines privatizadores, el colectivo Espejo Libertario, convocó a un conversatorio, en días pasados, sobre el estado actual de la seguridad social en el país, respondiendo a tres aspectos: un diagnóstico, la situación actual y las alternativas existentes para salvaguardar la seguridad social como un sistema social solidario.
La asambleísta Liliana Duran y el economista Víctor Hugo Villacrés, ex presidente del Consejo Directivo del IESS exponen sus criterios ante el país. LAPALABRABIERTA acoge sus intervenciones en función de fomentar esa necesaria cultura sobre la seguridad social ecuatoriana.
En primer lugar, Villacrés nos recordó qué es el IESS. Se trata de un sistema de seguros que, además, tiene dos fondos de ahorro. El IESS dispone de cinco seguros: seguro de desempleo, de invalidez, de salud, seguro campesino y el seguro de riesgos de trabajo. Adicionalmente, tiene el fondo de cesantía y el fondo de reserva. La razón de ser del IESS es el fondo de pensiones, considerado como el eje de un sistema de previsión social. Este fondo tiene una serie de fuentes de fondeo que permite que el recurso llegue a la institución y exista liquidez. Básicamente, financia las pensiones de las personas que cumplen con los requisitos para jubilarse: 60 años de edad y 30 años de aporte, 65 de edad y 15 de aportes, 70 años de edad y 10 de aporte. Y 40 años de aporte sin límite de edad.
En el Ecuador existen 500 mil jubilados de una estadística de 2 millones de personas mayores de 60 años. Los jubilados son personas que han tenido un trabajo en condiciones de pleno empleo o adecuado empleo. El resto no tuvo esa capacidad de ahorro vía seguridad social y así se perenniza el círculo de la pobreza, por eso es vital reconocer el principio de solidaridad de la seguridad social.
El sistema de seguridad social es de ahorro y reparto con beneficio definido. El fondo de reserva, que asciende a cinco mil millones de dólares, permite que el IESS tenga sostenibilidad, pero se ha ido reduciendo. La tendencia demográfica es que la población cada día viva más años. Esto significa que crece una gran cantidad de personas que se van a jubilar. Para cubrir la necesidad de financiamiento de las pensiones de esos potenciales jubilados, -a diferencia de Chile que optó por el sistema de capitalización individual, que fracasó-, es preferible el sistema de ahorro y reparto con beneficio definido porque es más solidario, enfatizó Villacrés.
Liliana Durán nos invitó a reflexionar sobre algunos antecedentes históricos. La Revolución Juliana inaugura el Estado social, dijo, y generó cambios en la economía al crear el impuesto a la renta, el ministerio de Previsión Social y Trabajo y, en 1928, la Caja de Pensiones. Posteriormente, en 1935, se promulga la Ley de Seguro Social obligatorio. En 1937 se crea la caja de empleados privados y obreros industriales. En 1963 nace la caja nacional de seguro. En 1984 se suspende el aporte del 40% del Estado.
Frente a la mentada crisis del IESS, Duran recordó que durante el gobierno de Rafael Correa se canceló 888 mil millones de la deuda del Estado al IESS. En el pasado, otros regímenes trataron de debilitar al IESS. Febres Cordero impulsó un modelo empresarial y el deterioro de servicios públicos para reducir el Estado, exactamente lo que estamos viviendo en el gobierno actual. Sixto Duran Ballen tuvo el intento de privatizar la seguridad social, a través de una consulta popular, pero el pueblo le dijo no.
En este momento la situación es adversa debido a la intervención del FMI que presiona las decisiones del gobierno en el sentido de ir reduciendo derechos sociales, más allá de que la Constitución establece la garantía plena de derechos de los ciudadanos. La seguridad social es un derecho irrenunciable de las personas. Esto significa que la seguridad social se rige por principios de solidaridad, obligatoriedad, universalidad, equidad, eficiencia, transparencia y participación para la atención de necesidades individuales y colectivas.
Durán recordó algunos datos estadísticos: según el INEC, a junio 2018, son 58 de cada 100 trabajadores los que no cuentan con seguridad social ni privada. Solo 7.7% está afiliado al IESS en relación de dependencia y el 13.1% tiene afiliación en seguros privados. Existe una tendencia a desprestigiar al IESS en busca de la privatización, concluyó Durán.
Respecto a qué sucede en estos momentos en el IESS, el economista Villacrés fue enfático en señalar que es necesario desmitificar algunas cosas. Se dice que el Estado tiene una inmensa deuda con el IESS. Observando desde la década de los noventa al año 2018, se aprecia que los años de mayor endeudamiento del Estado con el IESS fueron entre el 1998 y el 2002 con una relación con el PIB del 16%. En 2007 se alcanza la menor relación de deuda PIB, con un 4%. Actualmente la deuda es del 7% con respecto al PIB. Otro mito es el despilfarro del IESS. No es cierto que el IESS ha estado entregando dinero durante los últimos tiempos de una manera desmedida.
¿Qué puede hacer el IESS con sus recursos en caso de no prestarle al Estado?, se pregunta Villacrés. La ley autoriza inversiones privativas y no privativas: dentro de las privativas, los créditos hipotecarios han disminuidos, existen solo 6 mil millones de dólares en cartera de créditos hipotecarios. Créditos quirografarios se han dado a todos los afiliados. No existe posibilidad de crecer en inversiones en estos créditos. En papeles de renta fija o variable se ha comprado todo lo que puede en papeles de empresas privadas, y aun así le quedan recursos a la institución. ¿Qué hace con ellos, los deja en el Banco Central sin ganar intereses o los invierte al 3% de interés? Los principales ahorristas a nivel mundial son los fondos de pensiones y los principales deudores de estos fondos son los gobiernos centrales. La lógica es que si existe un ahorro ecuatoriano, se invierta en el Ecuador en las mejores pensiones que existen. El dinero que aportamos los afiliados se destina en un 40% para los 500 mil pensionistas jubilados, por un sentido solidario debería ser también para los dos millones mayores de personas mayores de 60 años. Villacrés recordó que en la década de los años 40, con Arrollo de Río de Presidente, quebró el IESS. Quebró porque solo aportaban los empleados afiliados. Ahí se dijo entonces que el Estado ponga el 40% y también los empresarios aporten. Se constituyó de este modo el tripartismo del aporte.
Liliana Duran en su intervención señaló que con corte al 2018, un total de 202.972 empleadores mantenían obligaciones en mora con el IESS. Con lo cual se han visto afectados más de 300 mil trabajadores afiliados. En agosto del 2018, se condonaron las deudas patronales que los empresarios mantenían con el IESS, pero las hicieron aparecer como una reducción de intereses. Esta es una de las causas de la crisis actual de la seguridad social, dijo. El sector privado adeuda a la entidad, 881 millones de dólares, ahí está el origen de la crisis de la seguridad social, en la evasión de los empleadores. No obstante, Durán recordó que Paúl Granda, Presidente del Consejo Directivo del IESS, dijo que la causa de la crisis del IESS “es estructural”, y que lo que está afectando a la crisis es que la seguridad social tiene problemas tan graves, como por ejemplo de que “los hijos de los afiliados también son atendidos por el IESS”. Otro elemento es que no existe financiamiento necesario para realizar nuevas afiliaciones, y que se eliminó el 40% del Estado, y señala que el aporte al fondo de salud -según dice- se quedó sin liquidez y está al borde de la crisis. Durán enfatizó que hay un millón y medio de ecuatorianos que “no tienen una pensión jubilar porque no han tenido posibilidad de acceder a un empleo digno”. Se debe buscar mecanismos para la universalización, dijo, pero vivimos lo contrario por presión del FMI y sus acuerdos con el gobierno actual.
Buscando alternativas para la seguridad social y ante la pregunta de dónde está el dinero de la seguridad social, y dónde están los aportes mensuales de los afiliados, Villacrés respondió. El sistema de pensiones en Ecuador actualmente tiene un capital que bordea los 19 mil millones de dólares. Este capital está siendo invertido por el BIESS en créditos hipotecarios, quirografarios y prendarios donde se invierte 8 mil millones de dólares. Unos 7 mil 500 millones están invertidos en deuda o papeles o bonos del Estado. Y unos 3 mil millones están invertidos en acciones de las empresas privadas y en algunos fideicomisos. Toda la cartera de la banca privada suma alrededor de 27 mil millones de dólares, y solo el BIESS tiene una cartera de 18 mil millones de dólares. Entonces, en ese sentido, es muy difícil que esta cartera pueda encontrar otro tipo de inversiones que las que ha hecho en su momento la institución.
Solo el 75% del total de las inversiones puede concentrarse -según la ley- en un determinado acreedor o deudor. El 40% está invertido en bonos del estado, otro 40% está en préstamos y el 20% son fideicomiso en papeles fijos o variables del sector privado. No es el Estado el que ha sangrado al IESS.
Se debe caminar hacia un sistema de universalización de las pensiones en que por solo el hecho de cumplir 60 años de edad, las personas tengan derecho a una pensión. Eso existe en Bolivia y México y es lo digno. Se propone de que sin subir el porcentaje de aporte de los afiliados, del 20,6%, utilicemos los fondos de reserva que actualmente se están entregando, y que vayan a una cuenta de ahorro individual de cada afiliado. El concepto es que la seguridad social no se privatice. Existe tres pilares: el primer pilar es un pilar no contributivo, en donde solo por el hecho de haber cumplido 60 años las personas tienen derecho a una pensión. Un segundo pilar que funcione con un sistema de ahorro y reparto con beneficio definido en donde acordemos el porcentaje que nos descuentan a quienes tenemos relacion de dependencia y ese porcentaje sea manejado bajo los mismos conceptos actuales, debe constituir un segundo pilar de la confirmación de nuestras pensiones. Y un tercer pilar, es que sin subir el porcentaje de aporte de los afiliados, utilicemos los fondos de reserva y que sean depositados en una cuenta de ahorro individual para cuando las personas se jubilen.
Villacrés denunció que el negocio privado está en el fondo de pensiones y lo quieren los empresarios para sí, porque como está ese fondo en costos administrativos, cobrarían 40 millones de dolares anuales por administrar el sistema.
La asambleista Liliana Duran hizo memoria de que Ecuador es el único país que logró hacer la reducción de la brecha entre pobres y ricos. El país recibió por ese hecho un reconocimiento a nivel mundial. En ese entonces, en la década pasada, se aplicó un mecanismo de redistribución de la riqueza. En ese sentido, la salida a la crisis de la seguridad social está en la necesidad de mirarla como esa instancia que provoque una verdadera solidaridad. En estos dos últimos años lo que ha logrado el gobierno de Lenin Moreno -dijo- es «desinstitucionalizar» al país. Es necesario de que nuevamente volvamos a declararnos en estado de alerta para cuidar la seguridad social. El riesgo es alto porque el objetivo está en la estrategia de desprestigiar al IESS. El mecanismo consiste en prorratear las citas médicas para mucho tiempo despues y los afiliados molestos decimos, para eso es mejor que sea privado, concluyó. Lo que están haciendo es desvalorizar al IESS, para que la ciudadanía rechace a la administración estatal de la seguridad social. En el año 2018 el gobierno actual regresó al pasado derogando la ley de la plusvalía, desprestigiando la ley. Es necesario volver a una ley de herencias y patrimonio con la necesidad de que sean los más ricos los que contribuyan para que podamos solidarizarnos y que se universalice la seguridad social. La seguridad social es pública y solidaria según nuestra Constitución.
El economista Víctor Hugo Villacrés terminó señalando que en América Latina las personas ahora viven más y los seguros de pensiones tienen el reto de aportar a esas personas. Los índices de pobrezas son muy altos y es difícil ahorrar, entonces hay que pensar en pensiones no contributivas. El 90% de las personas no pudo ahorrar en su época de trabajador activo y el Estado debe buscar la manera de distribuir los recursos para que esa gente pueda tener una vejez digna. Hasta el año 2040 uno de cada cinco ecuatorianos será mayor de 60 años. Y esas personas deben tener una vida digna.
Decir que todo está mal en la seguridad social, señalo Villacrés, es defender el discurso de aquellos que quieren los 40 millones del negocio privado de intermediación anual de las pensiones. El IESS es el principal patrimonio social de todos los ecuatorianos. Hay que defenderlo como un patrimonio público y solidario. Para eso es preciso fortalecer una cultura de seguridad social en el país, educarnos como afiliados para aprender hacer uso del IESS.