Los cambios ministeriales del gobierno de Lenin Moreno siguen manejándose en el hermetismo oficial. El país se “informa” de la crisis de gabinete por las redes sociales, mientras el Ejecutivo deja que los ministros salientes -como wambras millennials, anuncien sus decisiones, renuncias o voluntad de dejar sus cargos ministeriales vía Twitter, lo que da lugar a una avalancha de críticas en redes sociales en respuesta a una comunicación informal y sin responsabilidad ulterior.
De lo que se conoce extraoficialmente -incluso luego de sendos desmentidos de la Secom- cinco son los ministerios y una secretaría que cambiaron de regentador: Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca,Telecomunicaciones y Sociedad de la Información, Salud, Cultura, Educación y la propia Secom.
La informalidad oficial raya en la confusión informativa o desinformación con anuncios que, posteriormente, son desmentidos por la Secom invitando a visitar su página web “para mantenerse informados”. El problema para la ciudadanía no es solo comunicacional en cuanto al derecho a ser bien informada desde las esferas del poder, sino que además se conculca el derecho a exigir rendición de cuentas a los funcionarios que ostentan cargos públicos al término de su gestión.
Tal es así, que diversos ministros han sido llamados a la Asamblea Nacional para declarar y aclarar detalles de sus gestiones, pero la ciudadanía no se entera a través de un comunicado oficial, como debe ser, sino por la prensa o por las redes sociales. ¿Así la salida de un ministro constituye para los asesores presidenciales y para el propio Mandatario una noticia vergonzante? Nada justifica el silencio oficial y por tanto la desinformación gubernamental.
Por citar los casos mencionados. La ministra de Salud se va sin decir nada acerca del sobreprecio en medicinas adquiridas por el IESS. La Comisión Anticorrupción presentó hace pocos días una denuncia de sobreprecios en la adquisición de fármacos en los hospitales del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) de Guayaquil: Teodoro Maldonado Carbo y Los Ceibos. Miembros de la comisión explicaron que se ha logrado examinar varias facturas en contratos de un promedio de 1 millón de dólares, en los que se encontraron sobreprecios de entre el 100% y el 1.000%. El titular saliente de Salud nada dice al respecto y tampoco explica en qué condiciones queda el ministerio de Salud luego de la reducción presupuestaria del sector. Para este 2019, Salud contará con USD 3.104,8 millones. Si se compara este rubro con la proforma aprobada del 2018 hay una reducción de USD 431,2 millones.
El ministro de Educación saliente se va sin dar explicaciones de cómo avanzan las investigaciones y sanciones a los miles de casos de acoso sexual en las aulas escolares y colegios del país. El ministro Luna no se ha enterado de que -según estudio- “Una mirada en profundidad al acoso escolar”, se conoce que 3 de cada 5 estudiantes son víctimas de actos violentos en la escuela y que el 23% de alumnos de 11 a 18 años son acosados. Del total de casos se desprende que el 51% fueron cometidos por docentes. En estos delitos también están involucrados compañeros de las víctimas, conserjes y hasta conductores de buses de transporte escolar. Tampoco el ex ministro Milton Luna se manifestó acerca del recorte presupuestario a la Educación. Partiendo de que es uno de los sectores de cuyo correcto desempeño depende el futuro de todo el Ecuador y que por ley se debe incrementar año a año su presupuesto, tiene una reducción para este año del 6.5%, pasando de 3.851 millones a 3.602 millones, un -0.7% menos que este año pasado donde ya se le recortó 6,5%, a lo que debemos sumar que no tenemos información real de qué porcentaje está devengado, siendo el último dato menor al 30% en julio de este año.
El ministro de Cultura saliente se va sin decir nada sobre el no pago de derechos de autor por parte del Plan de Lectura José de la Cuadra a los escritores publicados, y otros cuestionamientos del sector como la no aplicación de la Ley de Cultura. Por el contrario, el ministro saliente habla en Twitter de la cultura como “la madre de la patria” que la cobija, una madre que en este caso no protege. De los 17 títulos que, entre 2017 y 2019, ha publicado el Plan Nacional del libro y la lectura José de la Cuadra, al menos dos -pensados como antologías- evadieron la autorización de sus autores para ser reimpresos.
Incluso en el ámbito de la comunicación, la Secretaria de Comunicación SECOM, cambió a su titular y no se dio una buena explicación al país. Además el ex secretario de Comunicación asume al cargo de ministro de Telecomunicaciones y nos enteramos por las redes. Tampoco el ex Secom se pronuncia acerca de la confusiones que provocan sus permanentes “desmentidos”.
Es hora de que el Gobierno asuma sus estrategias sin complejos, evitando dar a entender que los cambios ministeriales son una suerte de noticia vergonzante que hay que pasar con bajo perfil. El ejecutivo debe transparentar sus planes políticos de cara al país y sincerar su comunicación oficial. Hacer lo contrario no solo es desinformación, también es corrupción.