En un encuentro con la prensa el ministro de Defensa de Ecuador, Oswaldo Jarrín, habló de la posibilidad de que se utilicen las Islas Galápagos para que operen aviones estadounidenses Orión P3 y Awaks, en una supuesta lucha contra el narcotráfico. El secretario de Estado dijo que las islas encantadas, Patrimonio Natural de la Humanidad, tendrían nueva denominación,“Portaviones Natural de Ecuador”.
En un conocido lenguaje militar, Jarrin dijo: “Yo he mencionado que Galápagos es para Ecuador como nuestro portaviones, es nuestro portaviones natural, porque, nos asegura permanencia, reabastecimiento, facilidades de interceptación y está a mil kilómetros de nuestras costas.” Esta sorprendente expresión supone una nueva señal de cooperación con el gobierno de los EE.UU, dado que el Aeropuerto de la Isla San Cristóbal, será ampliado con recursos estadounidenses, para la operación de sus aviones.
El gobierno ecuatoriano a través del ministro de la Defensa manifestó que Estados Unidos se va a encargar de mejorar las condiciones, especialmente de reabastecimientos, “y veremos a futuro que más podemos establecer, para que se mejore la llegada, eso está en exploración, pero a cargo de los Estados Unidos, y no está a costo de Ecuador.”
El ministro Jarrín no admitió usar el término de “base militar”, en referencia a las Islas Galápagos, puesto que esta situación está prohibida en la Constitución del Ecuador: “Nadie va a quebrar la Constitución, de eso no hace falta hablar, eso sí hay que mejorar el aeropuerto, para reabastecimiento y para que puedan aterrizar los aviones que van a realizar la cooperación en la exploración aeromarítima.”
La pregunta pertinente es: ¿supone esta maniobra militar una pérdida de soberanía ecuatoriana frente a los EE.UU? De ser afirmativa la respuesta constituye el acto de entreguismo más repudiable en que puede incurrir un gobierno latinoamericano frente a la potencia hegemónica del norte. Para que no quede asomo de duda de aquello, el ministro Jarrín concluyó: “Cada operación será escoltada por oficiales ecuatorianos, sin una permanencia establecida”.
Recabada la opinión por la prensa internacional, habitantes de las Galápagos concluyeron en que “las islas pertenecen a nosotros, y que hagan una base de Estados Unidos, no sería dable de ninguna manera.”