Diversos matices tuvo la macha organizada por el FUT Frente Amplio dé Trabajadores en Quito con motivo del Dia Internacional del Trabajo. No obstante el tenor de la manifestación fue el rechazo a «las medidas antipopulares tomadas por el Gobierno del Presidente Moreno». Esa consigna se expresó en gritos, carteles y testimonios de los participantes. Los trabajadores organizados manifestaron que este no es un día para celebrar nada en Ecuador “porque existen miles de desempleados en el país”. El repudio y las pifias a las últimas medidas económicas adoptadas por el régimen de Moreno se hicieron sentir: Las modernas formas de explotación laboral y la propuesta de reforma laboral que harán más paupérrima la situación de los trabajadores.
José Villavicencio, presidente del FUT, señaló para el diario oficialista El Telegrafo “que la marcha es para exigirle al Gobierno rectificaciones en la política monetaria, debido al acuerdo firmado con el FMI. Esta marcha es contra los despidos masivos, la precarización laboral, en defensa de la seguridad social y de los derechos humanos.”
La marcha se inició en casi en las puertas de la caja del seguro social, IESS, en la Avenida 10 de agosto y Avenida Patria con un considerable número de manifestantes que portaron banderas y antorchas. El común denominador de los mensajes y proclamas fue: no a los despidos masivos en el sector público, tras una propuesta del Ejecutivo para optimizar el tamaño del Estado.
Un manifestante dijo: “Ofreció más 250 mil empleos por año y parece que se equivocó, y era 250 mil desempleados por año”. Otros se expresaron en contra de la “flexibilizacion laboral y el trabajo a medio tiempo”, medidas que se propone implementar y ampliar el actúa régimen. Las consignas fueron más allá de la reivindicación económicas: “Moreno, Correa, Nebot, Lasso, culpables de la miseria y desempleo de 5 millones de trabajadores y campesinos”, decían algunas pancartas.
En un punto de la marcha se incorporó Julio César Trujillo, presidente del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social transitorio (CPCCS-T). Los gritos de rechazo al personaje no se hicieron esperar: «Fuera Trujillo, fuera»; «Fuerza corrupto, fuera», exclamó un grupo de ciudadanos.
En otro momento una escaramuza de enfrentamiento con la policía tuvo lugar en las calles Espejo y Chile, en el Centro Histórico de la ciudad, cuando los manifestantes intentaron ingresar a la Plaza Grande donde se encuentra el Palacio de Carondelet, sede de gobierno. “Policías vendidos, nosotros también somos pueblos”, gritaban los manifestantes, mientras sacudían las vallas metálicas puestas para impedir el paso de la marcha.
Pero no todo es unidad en el seno de la clase trabajadora ecuatoriana. “FUT, CUT, CEDOCUT, en algún momento, se llegan a alinear con el Gobierno de turno y los trabajadores de a pie, de verdad, seguimos desprotegidos”, expresó un trabajador de la tercera edad.
El analista e historiador, Juan Paz y Miño C., explicó en entrevista para Ecuadorinmediato -que citamos como fuente- que “la posición económica del Gobierno está claramente identificada con los empresarios e industriales”, mientras que en el sector sindical se advierten las divisiones actuales aun cuando existen razones históricas para la unidad en la lucha sindical por las conquistas de los derechos laborales.
El periódico oficialista El Telégrafo destacó que “La consigna de la marcha se centró en el rechazo al acuerdo firmado entre el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI), el derecho a un trabajo digno, la estabilidad laboral y el control de los actos de corrupción”.
En la plaza de la Iglesia de San Francisco, sitio tradicional de concentración sindical en Quito, culminó el recorrido de la marcha. Desde una tarima instalada los dirigentes sindicales hablaron sobre su rechazo a un posible aumento de los años de jubilación, y no descartaron un paro nacional.