Por Francisco Herrera Aráuz
La nación vive hoy una repetición de su historia ya como una constante en nuestra vida política: el comportamiento cínico de su clase dirigente que, cuando es sorprendida en trafasías opta por disimular o engañar, y sino censurar y atacar a quienes les recuerdan como gritaban antes y cómo actúan ahora. El cinismo es toda una moneda de pago para sus actos, pero esta vez llegaron ya al como en grado sumo.
La década anterior (2007-2017) fue una especie de tormenta que generó división y caos por el enfrentamiento entre gobierno de Rafael Correa con la oposición política multiplicada en mil frentes y, la “gran” prensa actuó como puntal para destruir al régimen actuante. Las acusaciones de lado y lado marcaron un terreno escabroso, dañado con frecuencia con la mentira, la falsedad o la calumnia e injuria. La campaña electoral para elegir al nuevo presidente en el 2017 fue todo un conflicto de miserias que destruían a diario a Lenin Moreno y a la Revolución Ciudadana. El grito de “¡fraude, fraude!” fue para descalificar al régimen que ascendió al poder, y así llegó al cambio de mando con una imagen desgastada.
Pero, en cuestión de semanas y por el arte de la deslealtad la nación ha visto asombrada como los que hasta ayer gritaban y acusaban hoy hacen lo mismo o peor. Mira con desprecio como esa prensa y los líderes de opinión con sus griteríos vocingleros, se han convertido en verdaderos fantoches que cambian de criterio y se vuelcan urgentes a servir al nuevo poderoso, al que hoy alaban y defienden.
Es de cinismo puro ver cómo han corrido a cercar al gobierno del presidente Moreno Garcés los partidos políticos de la derecha y extrema izquierda, los sindicatos, las organizaciones sociales y los ecologistas, la academia universitaria, los gremios de la producción y los grupos de poder económico, los movimientos indígenas, las iglesias y sus confesiones, tanto como las mujeres agrupadas. Todos al unísono para amparar y proteger al régimen, pero solo porque su actuación va dirigida a destruir a la Revolución Ciudadana y eliminar del espacio político al “correismo” al cual le tienen la suficiente inquina como temor por sus constantes derrotas.
Entre todos ellos montaron un show político para traicionar a lo que fue el proyecto político de Alianza PAIS, inventando una “Transición” que, según sus propias palabras es para “Devolver la Democracia a Ecuador”. Entonces, logran una convocatoria ilegal para una consulta espúrea, violan la Constitución y las leyes, proclaman limpieza del proceso electoral arrebatando el derecho a participar a los opositores al gobierno de Moreno Garcés, cometen un alto número de irregularidades en el proceso, observadas por la OEA, y sin embargo cantan victoria para abalanzarse sobre la institucionalidad del Estado para hacer suya la carroña.
Los que eran opositores al Socialismo del siglo XXI, por arte de este cinismo, pronto pasaron a ser fieles militantes del “Progresismo morenista” y lograron sus primeros grandes propósitos: remisión de deudas y perdón de multas por más de US$4500 de dólares; Impunidad para US$2000 por falsa facturación; tocata y fuga para los cobros indebidos por más de US$ 1000 de la banca, los seguros y tarjetas de crédito con el caso GEA. Imposición de medidas económicas como el incremento de un 46% de los combustibles; incremento salarial de un mínimo 3%; despido masivo de más de 160 mil empleados del sector público; reducción del presupuesto de educación superior por más de US$145 millones; eliminación de programa de becas; cierre de hospitales y escases de servicios médicos; destrucción de las escuelas del milenio; regresión a las escuelas unidocentes; afectación a policías y hospitales que generan un alto grado de violencia e inseguridad. Eso y más logra el cinismo político.
Como si no fuese suficiente, y ante el peligro que se les caiga todo este tinglado, prontos y presurosos acusan de una crisis económica que justifique todo. Así, los ministros –hasta ayer no más– críticos de China, acuden zalameros a suplicar préstamos; otros se dedican a lanzar planes de recuperación exactamente iguales a los de Correa que censuraban horas antes y; lo peor de todo, cual aves de rapiña, se abalanzan a la privatización de los bienes del Estado bajo la figura de concesiones. Ya han caído en sus manos CNT, las empresas eléctricas, pronto también las carreteras, puertos, aeropuertos y el propio seguro social. El cinismo mayor está dado porque se tomarán estas empresas al asalto y al empuñe sin poner un solo centavo, todo es del país, y ellos cínicos lo asumen como propio para hacer sus negocios sin disimulo alguno.
La política del cinismo la imponen al abalanzarse sobre la justicia, entidades de control y la institucionalidad toda. En forma cínica los transitorios llaman a juicio a todos los funcionarios públicos legalmente establecidos, destruyen las entidades, violentan el debido proceso y son insultados por J.C. Trujillo, ya que hay que sacar a todos, absolutamente a todos los correístas de la faz de la tierra. Más aún, para ratificarse en este oprobioso comportamiento integran las entidades con gente que no puede esconder sus ambiciones y se pelea en forma impresentable el control de las judicaturas con Merlo, Rigail y Albán a la cabeza. ¡Qué pobre espectáculo dieron! ¡Qué inoperancia y falsía! Peor aún, miren el concurso de elección de la Corte Constitucional que pone a jueces “de a 14” por el solo mérito de halagar al anciano tiranuelo. El contralor Céli usa el mismo método del cinismo, rompe su destitución y se queda en cargo con el aplauso del grupo que se hecho con el poder, el gobierno y el manejo del estado sin haber sido legalmente elegidos, sin legitimidad alguna. ¡Que más cinismo!
Y como si fuera poco va J.C. Trujillo a la Asamblea para admitir que “pudieron haberse equivocado” en los nombramientos, pero “todo es culpa de Correa”. Uno siente vergüenza ajena escuchando al personaje, sin entender ¿Por qué tanto cinismo?
Más: el punto máximo de lo cínico es lo que está haciendo el Consejo Nacional Electoral (CNE) con las elecciones del 24 de marzo de 2019. Con gritos violentos y agresivos acusaron a los anteriores consejos de haber promovido elecciones fraudulentas y el gran justificativo para remover al poder electoral, para eliminar al contencioso, siempre fue el sonsonete de ¡fraude… fraude ¡y así llegamos a los actuales comicios.
La nación debe mirar con preocupación cómo actúa el CNE “legalmente posesionado”. En el mismo no pudo faltar la artera traición, la disputa de cargos de los consejeros y el descrédito entre ellos mismos. Han aprobado decisiones imposibles, la candidatura de Galo Lara pese a su lío con la justicia; la negativa a invitar a la OEA como observador electoral por resentimiento del gobierno al haberles demostrado lo ilegal de su consulta; se prohíbe que los observadores electorales se entrevisten con funcionarios o candidatos; se tramita a destiempo las inscripciones de candidaturas como las de los socialcristianos en Azuay; se pierden de manera sospechosa los papeles de los candidatos como Mario Maldonado (AEA) en Pichincha y no hay resolución; se impide la campaña electoral a los miembros del Consejo de Participación Ciudadana por la duda de que son correistas y si llegan les tumben toda la transición ilegal en la que han metido al país; así como tampoco habrá control y monitoreo de publicidad porque se demoraron extrañamente para no controlar nada, y ya se inicia mañana la campaña electoral. Es un desastre grave, una desorganización crítica que se refleja en que hasta estos momentos hay provincias que no han sido calificadas la totalidad de sus listas. Si no hay duda, al menos hay sospecha de fraude en este comportamiento sinuoso del “CNE de la transición”
Como se saben impunes entonces atropellan el derecho. El 20 de diciembre de 2018, el pleno del CNE a petición del consejero Luis Verdesoto Custode, reforma el reglamento para el pautaje de publicidad electoral incorporando a los medios de comunicación digitales. El tema desató el pánico de los socialcristianos ante la comunicación en internet que ellos no controlan. El consejero José Cabrera (PSC) cumplió con la consigna de impedir el tema, la gran prensa cabildeó urgente y desde el seno del organismo se dio paso a la consigna de no permitir que participemos. Fue una orden contra Ecuadorinmediato para perjudicarnos, así de claro. Este 1 de febrero de 2019, dieron de baja el reglamento y una vez más se atropellaron nuestros derechos, de nuestro medio, de la prensa digital, de la democracia en el país. Y como siempre la clase política, perjudicada también por esto, se calla cobarde y cómplice. Es el cinismo en su más alta especie.
Pero, lo que faltaba es que la conducta cínica tenga un emblema, y lo acaba de obtener en la Asamblea Nacional. Esta función del Estado resulta inútil para el país, y con todo el griterío de la oposición después de denunciar tanta corrupción, resulta que ahora tiene que investigarse a sí misma y a esa oposición que ha sido más corrupta de lo que acusaba. El caso de Ana Galarza (CREO) no puede ser más sintomático de la forma cínica con la que pretende actuar, ya que se llega a comprobar que se cometieron presuntos delitos en su comportamiento legislativo. Así: la suplantación de identidad, cobro de dineros sin trabajo de asesoramiento; falso testimonio con un asesor que resultó ser conductor de flota Pelileo y otra como su empleada personal; atentado a la seguridad de la Asamblea; presencia de su pareja sentimental en condición irregular mal usando las tarjetas de pase legislativo; a más de la comprobada declaración de tráfico de influencias y petición de cargos a la asambleísta Janine Cruz. Qué cinismo el de Raúl Tello (MPD) y Lourdes Cuesta (CREO) de considerar que todo esto es solo una falta administrativa y de paso Culpar a Correa de las faltas de la señora Galarza. Con ese cinismo actuarán los legisladores para salvar a la mencionada asambleísta, que ahora culpa a “un cercano” de Moreno como el culpable de sus desgracias. Por demás está decirles a los inútiles asambleístas que tendrán un reclamo pendiente contra el Estado si no destituyen a Galarza, tal como hicieron con Sofía Espín y Norma Vallejo. Que doble moral, que cinismo más grotesco, así han sido, así seguirán siendo.
Pero como todo tiene su tiempo. Ha de ilustrarse siempre la nación que cínicos como estos han existido todo el tiempo, y siempre han caído por debajo de su moral, porque como dijo el ilustre Benjamín Carrión en “El Cuento de la Patria”. “El ecuatoriano aguanta todo, menos que le hagan el tonto” (FHA)
Reproducción autorizada por Francisco Herrera Aráuz en exclusiva para LAPALABRABIERTA
Dr. Francisco Herrera Araúz es Director General de Ecuadorinmediato.co
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Fuente fotos Archivo Ecuadorinmediato /Twitter)