La tradicional costumbre ecuatoriana de quemar “los viejos” en las calles el 31 de diciembre para despedir el año que concluye tiene un exponente mayor para ser incinerado en la ira y en la burla popular: el Presidente de la República que, según sondeos de opinión, representa el retorno al pasado, la recesión del país y la revocación del futuro. En diversos aspectos de la vida nacional Ecuador este año ha dado muchos pasos atrás al retorno de viejas prácticas partidocráticas, con vicios de forma y contenido, que lo muestran como un país de inequidades, privilegios y conculcación de derechos colectivos.
Lo más relevante
En un catastro de acontecimientos acaecidos durante el 2018, cabe consignar en resumen los sucesos más destacados en el ámbito político, económico y cultural.
Un primer hecho político destacado durante el año 2018 es la integración paulatina del gabinete de Lenin Moreno con cuadros políticos y económicos ajenos a los militantes del partido de gobierno Alianza PAIS. “Al inicio de su Gobierno, Moreno prefirió integrar su gabinete con gente de Alianza PAÍS, incluso, algunos de los ex colaboradores del anterior Presidente Rafael Correa, sin embargo, en este tiempo de administración, ha optado por dejar de lado la colaboración correísta para elegir cuadros de derecha, empresarios o de otras tendencias alejadas de PAÍS”, señala el portal digital Ecuadorinmediato.
En el ámbito económico, este año registra una ejecución presupuestaria que hasta junio llegó al 23,04%. Esta es la cifra más baja desde el 2012, según el Ministerio de Finanzas: el Presupuesto General del Estado ascendió a USD $34.853,37 millones. Del presupuesto devengado de inversión, el 82,41% se concentró en 30 proyectos, los cuales totalizaron USD $2.657,07 millones asignados, ejecutándose USD $934,43 millones, con una ejecución de 35,17% del total, a junio del 2018. El monto codificado para gasto social, a junio del 2018, ascendió a USD $12.047,67 millones, que representó el 35,31% del total del Presupuesto. Para el Ministerio de Educación USD $5,32 millones para la compra de mobiliario. Finalmente, por la cartera de Salud USD $3,14 millones.
En el campo internacional, en medio de un conflicto armado en la frontera norte de Ecuador y con críticas a su gestión como Canciller ante el secuestro y posterior asesinato del equipo periodístico de El Comercio, así como el inicio de un juicio político en su contra, María Fernanda Espinosa ganó la Presidencia de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en su edición 73, siendo la primera mujer de América Latina y el Caribe en ocupar el cargo, señala el resumen del portal informativo.
Lo más destacado en cultura fue la dinámica anual del cine que se desarrolló al margen de las decisiones del Ministerio de Cultura: este año Quito, Guayaquil y Cuenca convocaron a una pléyade de estrellas del cine nacional y mundial. El Festival Internacional de Cine de Quito, La Orquídea de Cuenca, y el Festival Internacional de Cine de Guayaquil son los eventos masivos que destacaron en el 2018.
Ecuador bajo análisis político
Un análisis político del país muestra al Ecuador en un proceso de transición que, según la mirada del analista Francisco Herrera Aráuz, “va dirigido a una entrega del poder a un solo grupo, al que se van coaligando una serie de fuerzas políticas y económicas”. El periodista -director de Ecuadorinmediato- señala que en medio de los fuegos artificiales lanzados al aire con el diálogo, “se llegó a conocer un pacto no declarado pero si asumido entre el morenismo y los socialcristianos”. El mencionado pacto habría dado resultados inmediatos en un plan concebido “que está imponiendo a la nación a un callejón con una sola salida, a una fórmula de solución que solo encuentra en las viejas recetas del pasado, con voceros y actores políticos que ya estuvieron en los tiempos de la partidocracia, la respuesta a los males que le aquejan al Ecuador de hoy”, señala Herrera Aráuz.
Este año se habría perfilado el régimen como un gobierno chantajeado -continua el analista- con un presidente presionado y, un grupo de transitorios abusivos que están usando este momento político para preparar el camino a los próximos gobernantes y, al menos por ahora, le van todo seguro en favor de los socialcristianos (PSC). Para el periodista resulta inaudito que todo el poder que el pueblo le dio al presidente Moreno y Alianza País, hoy sea dirigido para beneficiar a los socialcristianos. Herrera Aráuz caracteriza el actual momento político como un proceso que llevó a una transición manipulada, para lograr un resultado: Que gobiernen los que perdieron, y que no tienen esperanzas de ganar las elecciones, a no ser por efectos de la traición destruyendo la conciencia nacional. El analista expresa que “pocas veces he visto tanta traición acumulada con demasiadas conspiraciones exaltadas para disputarse el poder y asumir el gobierno. Qué asco! Nada más repudiable que la traición entre traidores”. Y concluye: En Ecuador en este último tiempo de transición ese odio político soldó una relación entre el gobierno de Alianza País, la derecha política con el PSC junto a al extremismo del MPD, UP, Democracia Sí y Suma. Las centrales sindicales no tuvieron rubor alguno y pronto se juntaron con los poderosos gremios de empresarios y, las ONG´s con ecologistas y todo se subieron raudos al carro del vencedor que acababa con los correístas.
Al respecto de la posibilidad de que el régimen de Moreno esté dando paso a los socialcristianos para sucederle en el poder con la presencia de Jaime Nebot en Carondelet, el periodista Santiago Rivadeneira señala que “Nebot se las ha arreglado para que los giros de la estabilidad institucional -incluyendo los estados de excepción- estuvieran atados a sus decisiones para que siempre el control regrese al círculo del poder hegemónico”. A renglón seguido caracteriza al lider derechista guayaquileño como “el máximo ‘cuentero’ de la política ecuatoriana», que ha logrado, mediante toda clase de artimañas y embustes, la ‘identificación absoluta de la política, con la administración del capital’. Rivadeneira coincide en que una presidencia de Nebot para el período 2021-2025, “sería el sueño largamente buscado del político depredador más importante y tradicional…que conoce los entresijos del poder más que nadie y conoce a cada uno de sus actores, tanto de derecha como de izquierda, con quienes pacta o negocia de acuerdo a sus intereses, que supo fundar una noción de gestión y de política, con los ladrillos de una lógica totalitaria: la del capital financiero”.
Como hombre de cultura, a Rivadeneira le preocupa que paralelamente a los hechos políticos los acontecimientos culturales sigan una lógica similar: “Pero un poco más allá, la Presidencia de la República, el Ministerio de Cultura y la Casa de la Cultura, acaban de crearse (para ellos solitos) el proyecto Arte en el Barrio 2019, (elaborado por Julio Bueno de Presidencia, Paulina Rodas del MCYP, Shina Camacho de la CCE y Julio Villacís de OSNE) con un presupuesto de $ 8.634.122,77, de los cuales se destinan $ 560.011,20 solo para el área de comunicación y publicidad, mientras en la proforma presupuestaria los recursos para el Ministerio de Cultura disminuyeron el 26%; para la CCE el 12%; el INPC el 9%, y el ICCA 8%; es decir, 8 millones de dólares”.
Las finanzas anuales
El año económico en la visión del historiador Juan Paz y Miño destaca “el predominio de la ideología económica de los altos empresarios, de los economistas y editorialistas que difunden esos intereses empresariales”. Paz y Miño identifica a un aliado de esos sectores: el monopolio que tiene sus voces en los distintos medios de comunicación. Para el académico “en medio de la orientación oligárquica del gobierno de Lenín Moreno, se ha creado en Ecuador un ambiente cultural en el que parece que tienen razón quienes promueven el alivio de los impuestos, el achicamiento del Estado, la disminución del gasto público, el despido de burócratas, la flexibilización de las relaciones laborales, o las medidas de “ajuste” consideradas incluso como inevitables”.
Ese panorama se ha cristalizado en diversas medidas económicas implantadas por el régimen de Moreno durante el 2018: “Las medidas que se han venido adoptando siguen la misma tradición del caduco neoliberalismo de las décadas finales del siglo XX, dice Paz y Miño. Suponen que Ecuador cuenta con inversionistas privados promotores del desarrollo, cuando la realidad es absolutamente distinta, porque se trata de sectores anclados a visiones del pasado y a comportamientos simplemente rentistas”. Las políticas económicas anuales del gobierno adolecen de una falla evidente, según el analista: “No se sustentan en experiencias históricas y peor aún en estudios teóricos e investigaciones académicas. Son recetas de simple administración contable fiscal. De modo que no provienen de un cuadro coherente de políticas económicas, entendidas como proyecto nacional y para un futuro social distinto”.
Paz y Miño recuerda que en la Constitución del 2008 “el modelo económico constitucional fue concebido para dar solución a los problemas nacionales en materia económica y social, y no para privilegiar a un sector empresarial sobre la vida del conjunto de los ecuatorianos. Por consiguiente, las propuestas del sector empresarial antes referido «convocan a violar la Constitución”. El sector empresarial se vería obligado a promover entre sus representantes políticos, una reforma a la Constitución o promover una nueva. Por el momento, Paz y Miño identifica las “llaves del crecimiento económico” propuestas por el sector empresarial antes referido, que “no son modernas, sino tradicionales, conservadoras y atrasadas. Demuestran la misma línea del viejo comportamiento oligárquico y la incapacidad de esos sectores para constituirse en una burguesía nacional con afán de progreso y adelanto. Reflejan exclusivamente intereses privados y frenan las posibilidades del desarrollo del país”.
El historiador concluye con un mirada al pasado del Ecuador: “Las “soluciones” empresariales propuestas ya han sido probadas en distintos momentos de la historia nacional, como la época plutocrática (1912-1925) y especialmente las décadas del “modelo empresarial” de fines del siglo XX. Demostraron que mejoran los negocios privados, pero sobre la base de agravar las condiciones de vida y de trabajo de la población, además de desinstitucionalizar al Estado”.
En materia de Comunicación y medios informativos, el Ecuador experimentó un retroceso jurídico el año 2018 con la “reforma” a la LOC que “se exhibe como el mayor trofeo político”, según el periodista Orlando Pérez. El ex director de El Telégrafo se pregunta si ahora hay libertad de expresión, si la pluralidad abunda en los medios, si se han desintegrado los monopolios o si las radios comunitarias tienen acogida nacional, gracias a la nueva estructura legal de la comunicación, o si los medios públicos dejaron de ser estatales por obra de la Asamblea Nacional. La respuesta que ensaya es obvia: Con la reforma a la LOC, “por lo pronto: AP, PSC, CREO, Pachakutik, ID, MPD y SUMA han creado las condiciones para un autoritarismo mediático que impida la rectificación, la réplica y la aclaración. Ahora, además, por obra de los “demócratas” de derechas la judicialización contra los periodistas, no contra los medios, será la mayor amenaza para ejercer el oficio con libertad y para desarrollar la investigación y la denuncia de los casos de corrupción”.
Pérez concluye que el silencio de las instituciones relacionadas con la comunicación es evidente: “guardan silencio los más libertarios de la prensa, UNP, FENAPE, CIESPAL y las facultades de comunicación. Y ni qué decir de los grandilocuentes periodistas que en sus cuentas de redes sociales eran muy activos para cuestionar a la LOC. Hoy están amordazados porque en sus medios están amenazados”.
Como colofón del análisis al país, la analista Carol Murillo ensaya diversos cuestionamientos al gobierno en la persona del Presidente Moreno, y pregunta:
¿No te da vergüenza Lenín ser parte de una plataforma de inducción ideológica masiva que pretende legitimar tu mandato cuando después de casi veinte meses sabemos que no gobiernas y que te dejas usar -con plena conciencia y oportunidad- gracias a tus debilidades políticas e ideológicas y por las veleidades de la tradición familiar?
¿No te da vergüenza exaltar a tus nuevos aliados y subscribir una praxis económica que nos hunde en la telaraña de los intereses privados locales y sus vínculos con la mafia de los organismos prestamistas internacionales?
El Ecuador recesivo
Ante las circunstancias vividas en los diferentes ámbitos de la vida nacional la realidad muestra a un Ecuador recesivo, vuelto al pasado y sin vocación de futuro.
Las señas particulares del país indican hoy que se consolida la desinstitucionalización bajo la forma de negación de todo lo instituido constitucionalmente en materia de derechos económicos, soberanía nacional y defensa de los derechos colectivos. El país ensaya el retorno de antiguos privilegios clasistas, regionales y privados. Se impone el arbitrio de nuevos actores que hacen y deshacen instituciones cooptadas con fines políticos. Se vive hoy en el país la absorción institucional -o secuestro político- de determinadas instituciones claves que generan leyes, aplican leyes y otras que controlan el cumplimiento de las dos anteriores. Ecuador vive en un limbo institucional con ausencia de instancias que, en la teoría y en los hechos, estén por sobre el bien y el mal de la contienda política. Sólidas instituciones que reflejen grandes ideas fundacionales del país, más allá de los mezquinos intereses localistas, partidistas, personales y, por tanto, circunstanciales.
El “populismo” impuesto por el régimen de Moreno es una forma de democracia autoritaria, que es el término clave para entender cómo deambula el fascismo -tal un fantasma- en los acontecimientos y estrategias políticas que reformulan sus legados en los nuevos tiempos democráticos.
Acreedor de sus propios errores de gobernabilidad, el régimen morenista tiene abierto frentes por doquier. Las marchas de protesta de diversos sectores estudiantiles, laborales y ciudadanos lo confirman. La gente empieza a perder la paciencia y, por tanto, el miedo a ejercer el legítimo derecho a la protesta callejera. Ante esta situación, es natural que crezca la alarma social, que empiece a expresarse como protesta ciudadana, como primigenia rebeldía social y que, más temprano que tarde, deberá echar las bases de un nuevo prospecto de país.
Al término del año en curso, el horizonte gubernamental no se avizora auspicioso, al contrario, el clima electoral podría caldear la protesta ciudadana y frente a la poca capacidad gubernamental de construir relaciones políticas, sería el detonante de inminentes reveces electorales para el régimen de Moreno.
Visto así el panorama, a fin de este año el gobierno deberá hacer un esfuerzo por quemar sus crasos errores. Porque no sería raro que en la voluntad popular, el más quemado sea el propio Presidente Moreno.