Fernando Alvarado, el otrora super Secretario de Comunicación del gobierno de Rafael Correa dijo adiós al grillete electrónico que portaba como medida sustitutiva de localización y prohibición de abandonar Ecuador por un caso de peculado, y confirmó su salida del país. La acción cogió por sorpresa a los responsable de monitorear el dispositivo que no dio señales de alarma, al momento de ser retirado del cuerpo de Alvarado que ahora integra la lista internacional de los más buscados con notificación azul de Interpol. Las autoridades reconocieron que lo que les alertó fue un mensaje de WhastApp que, supuestamente, envió el propio Fernando Alvarado.
La fuga electrónica ha desatado el caos y el ministro de justicia encargado Paul Granda anunció una investigación en su propia cartera. En primera instancia, se ha pedido la renuncia a la viceministra Liliana Guzmán y al subsecretario de Justicia, adicionalmente se anunció una reestructuración total del personal de rehabilitación social. El escape de Alvarado ocurre luego de que el exsubsecretario de Comunicación, Pablo Yánez, había pedido acogerse al programa de testigos protegidos para así entregar información sobre cómo era el funcionamiento de la Secretaría de Comunicación. Ante esta eventualidad, Alvarado deja el país burlando un dispositivo de fabricación china, cuyo uso el ex comunicador del régimen anterior, compartía con otros dos mil ciudadanos portadores del grillete electrónico.
La fuga de Alvarado pone en entredicho las medidas existentes en las instancias judiciales para casos de prevención y medidas sustitutivas que, se confirma, son susceptibles de ser vulnerados. La investigación respectiva que se ha puesto en marcha deberá establecer el modo de operación de una maniobra que burla lo que se supone es un tema alta seguridad. Una mancha más al tigre de la justicia ecuatoriana que ha mostrado varios flancos vulnerables en sus aspectos profesionales, técnicos y éticos.
Foto El Comercio