El ex mandatario brasileño Inácio Lula Da Silva, se proyecta como un gran ausente en las proximas elecciones presidencias del país carioca, luego de que cuatro de los siete jueces del Tribunal Superior Electoral TSE de Brasil “rechazaron este viernes 31 de agosto la candidatura de Lula”. El voto de los magistrados opuestos, de improbable cambio de criterio, viene a consumar una persistente campaña por dejar fuera del juego político a Lula que, actualmente, guarda prisión condenado a 12 años por cargos de supuesta corrupción y lavado de dinero.
La candidatura del exmandatario (2003-2010) fue objetada en base de la aplicación de la ley de «Ficha Limpia», que impide a un condenado en segunda instancia presentarse a cargos electorales. El mandato legal dio pábulo a los miembros del tribunal electoral para prohibir al Partido de los Trabajadores (PT), usar la figura de Lula en su campaña por televisión, que empieza el sábado para las elecciones presidenciales del 7 de octubre.
La decisión del tribunal dejó al PT sin su lider máximo, y ahora de cara a las elecciones deberá reemplazarlo por el segundo a bordo: su compañero de fórmula, el exalcalde de Sao Paulo Fernando Haddad. La reacción de los partidarios de Lula no se hizo esperar, al punto que miles de brasileños se movilizaron por las calles de la ciudad de Fortaleza, estado de Ceará, en defensa del expresidente que entre 2003 y 2010 que, según proclaman, sacó a 28 millones de personas de la pobreza. En rede sociales la etiqueta #LulaNasUrnasTSE, se volvió tendencia el dia de ayer, ante la convocatoria del Partido de los Trabajadores (PT) para apoyar la candidatura de Lula y a continuar la lucha junto al líder.
Apoyo popular
Los sondeos de opinión confirman la respuesta popular de los brasileños en apoyo a Lula da Silva, que si se presentase a las elecciones de octubre próximo, obtendría una amplia ventaja, según las encuestas realizadas a nivel nacional en Brasil. La última consulta al pueblo realizada el miércoles de esta semana, en base a 8.433 entrevistas, otorga al lider de la izquierda brasilera un 39% de intención de voto, frente al 30% que había obtenido en junio. Lula mantiene ventaja en la preferencia sobre el candidato de ultraderecha Jair Bolsonaro que ostenta un 19% .
Según análisis electorales los otros once candidatos no superarían en forma individual la barrera del 10% en los comicios del 7 de octubre. En una segunda vuelta del 28 de octubre, Lula derrotaría a Bolsonaro por veinte puntos de ventaja (52% a 32%, con 14% de votos en blanco y nulos y 2% de indecisos); y por un margen aún mayor a cualquiera de sus otros eventuales adversarios. Sin Lula, ganan los indecisos. En una elección sin Lula, el apoyo a Bolsonaro pasaría de 19% a 22%; seguido por la ecologista Marina Silva, con 16%. Sin el exmandatario, el número de personas que se declaran «sin candidato» pasaría de 14% a 28%, superando los sufragios obtenidos por cualquiera de los postulantes.
De igual modo, el reemplazante de Lula, su compañero de fórmula Fernando Haddad, obtendría solo 4%, según el sondeo, realizado el 20 y el 21 de agosto .La llamada transferencia de votos, o endoso electoral, de Lula a Fernando, parce muy difícil, ya que solo 31% de los encuestados favorables a Lula votaría por quien indique su líder, frente al 48% que no acataría la consigna, según encuestas.
Las estrategias de mantener a Lula como una gran opción presidencial, ha dado resultado en contra de los poderes fácticos. El lider del PT encarna la esperanza de miles de brasileros, y que durante veinte años ha dominado el escenario político de su país. Los indicadores de popularidad vienen, de este modo, a contradecir la decisión del tribunal electoral que deja a Lula fuera del match electoral, en un país competitivo en términos políticos y futbolísticos. No obstante, Brasil con la ausencia de Lula en las elecciones, esta vez no se titulará de campeón mundial de democracia.