Crecimos con ella, allá por los años sesenta cuando el ritmo de soul se imponía en el mundo de la música popular norteamericana que llegaba a Latino América con la cadencia tristona de una melodía intimista, desde el alma. Aretha Franklin consideraba la reina del género ha muerto y con ella, la expresión más alta de la música negra. Se había iniciado muy tempranamente cantando en el coro de la iglesia de su padre, un reverendo que le enseñó el arte del canto. Aretha dejó impregnado en el alma musical del mundo temas inmortales como Respect, A natural Woman, entre otros. Aretha padecía de un cáncer al páncreas desde el 2010 y el desenlace del mal se produjo a sus 76 años de edad.
El mundo artístico expresó su pesar: es difícil concebir el mundo sin ella. No solo fue una cantante excepcionalmente brillanýte, sino que su compromiso con los derechos civiles tuvo un impacto indeleble en el mundo, dijo Barbara Streisand. “Nuestro poder y nuestro dolor, nuestra oscuridad y nuestra luz, nuestra búsqueda de la redención y nuestro respeto, duramente ganado»., con esas palabras fue despedida por B. Obama.
La crónica de prensa consigna que Franklin nació en 1942 en Memphis (Tennessee), pero creció en el mismo lugar que le ha dicho adiós, Detroit (Michigan), la otrora próspera capital de la música y el automóvil. La suya fue una de las muchas familias afroamericanas que en los 40 emigraron del sur al norte al calor del boom industrial. El esplendor del jazz y otros ritmos en ciudades como Chicago o la citada Detroit se entienden a partir de ese fenómeno económico y demográfico; el declive del mismo, también. Su padre era Clarence LeVaughn Franklin, un pastor muy conocido e influyente, amigo de Martin Luther King, cuya voz resultaba tan musical que sus sermones acabaron editados en discos.
Franklin fue ganadora de 18 premios Grammy, con 10 millones de discos vendidos. No salió con frecuencia de los EE.UU. Y según dicen testigo, fue celosa de la carrera de Barbara Streisand y Whitney Houston. Su máxima expresión de bronca la manifestó cuando Beyoncé presentó a Tina Turner como la reina de los premios Grammy.
La diva de la música negra tuvo una vida precoz y turbulenta. Llegó a ser madre siendo aún una niña y esposa maltratada que acabó con un considerable historial de desavenencias y desdichas. Con ella desaparece la última gran superviviente de la era dorada de la música negra estadounidense.