Subida a una tarima improvisada sobre una camioneta, Gabriela Rivadeneira manifestó -a voz en cuello- que “los ciudadanos en todo el territorio ecuatoriano han decidido movilizarse como una muestra más de que estamos vivos, organizados y listos para movilizarnos cuantas veces que sean necesarias, quienes creemos en esa patria soberana y de dignidad, con firmeza, convicción y pasión”.
La movilización convocada en el sector del parque de El Arbolito en la capital, copó la avenida 10 de Agosto, en un tramo comprendido entre los parques El Egido y Alameda, en una marcha “que busca reencontrarnos todos los que queremos un Ecuador libre, democrático y participativo”, dijo la dirigente desde la tarima.
Indígnate Ecuador, fue la consigna que corearon los manifestantes. Y las razones de la indignación las expresó Galo Mora, en una entrevista caminando a paso decidido, mientras puntualizaba que “toda revolución genera una contrarrevolución, eso es dialéctico, pero no a través de un caballo de Troya desde dentro del proceso revolucionario”.
Lenin Moreno llegó a la presidencia “para oponerse a un capital financiero y bancario, pero ese capital está manejando el aparato del estado para perseguir a Correa y a todo el que se oponga a una política neoliberal”, manifestó Edwin Jarrin. La lealtad sigue siendo la mayor de las virtudes de un ser humano, pero ellos (morenistas), piensan con la bandera norteamericana en las manos. El ex miembro del Consejo de Participación Ciudadana increpó a Trujillo, caudillo del nuevo Consejo transitorio, por su “invocación a la mayor afrenta de la historia republicana del Ecuador” al decir que es mejor “que Rafael Correa no venga, porque lo van arrastrar como Alfaro”. Esta declaración demuestra que hay una abierta decisión del gobierno ecuatoriano de incorporarse a un proceso de persecución, según manifestó.
Lo que queda por delante es resistir, que es vencer, recordó Jarrin- nos toca vencer con voluntad y esfuerzo, concluyó. Para Jarrin vivimos un momento de desinstitucionalización completa en que toda la institucionalidad del Estado ha perdido su horizonte, su razón de ser. “La corte constitucional perdió el horizonte, que es tener control sobre la constitucionalidad de los actos. Tuvimos una consulta sin informe de constitucionalidad, la cual fue ilegal y amañada. Tenemos una contraloría sin contralor legítimamente posicionado. Un contralor que se ha dedicado a perseguir a diferentes militantes del proceso de cambio. Una función judicial con autoridades designadas totalmente a dedo, con un fiscal ilegítimo que toma acciones ilegales contra cualquier procedimiento normativo, y un consejo de la judicatura designado a dedo en donde lo que está claro, y se ve que el país se lo están repartiendo como si fuera un pastel. La institucionalidad del Estado está destrozada. Como proyecto político había un proceso de recuperar la patria y consolidar una justicia que proteja los derechos ciudadanos. Esa patria se está destrozando ahora, cuando empiezas a repartir la institucionalidad del Estado no solo a dedo, sino subastada, concluyó Jarrín
Al fragor de consignas coreadas desde un megáfono, la marcha continua su paso por la Avenida 10 de Agosto, la arteria longitudinal de Quito. Por un instante, es posible ver la perspectiva de la vía. Un mar de banderas y pancartas, se agita en medio de la concentración que se constituye en la primera manifestación popular de importancia realizada contra el gobierno.