Ampulosa la política española, protagoniza auténticos culebrones en largas tertulias parlamentarias al más puro estilo barroco. Tras una larga sesión del Congreso, el gobierno de Mariano Rajoy debió presentar la inmediata dimisión y el parlamento comunicó el resultado de la votación al Rey. El jefe del Estado, una vez firmado el decreto por el que se nombra al socialista Pedro Sánchez presidente del Gobierno, presidirá la posesión del nuevo Presidente ante Felipe VI.
Mientras esto ocurre, Rajoy, presidente interpelado, permanece ocho horas en un restaurante -Arahy -con aire de fusión oriental, cerca de la Puerta de Alcalá en Madrid, eludiendo los detalles de la censura política que defenestra al 6to presidente de la democracia española. La carta, un Menú degustación de 60 euros. Pez mantequilla trufado. Croquetas cremosas de boletus. Exquisiteces para pasar el mal rato -dice la crónica- variedades de atún rojo, cebiche, sashimi, tataki y vaca rubia gallega. Tal vez Rajoy encargaba de postre un mango y maracuyá con jengibre y fresas, o engullía un coulant de chocolate, mientras en el Congreso intervenía la oposión y anunciaba que apoyaba la moción de censura.
En el Arahy, comida y una larguísima sobremesa. Café, copa y puro con amigotes ministros pasando del rollo del Congreso de los Diputados, reporta la prensa madrileña: «Pocas veces la realidad paralela del PP ha tenido una representación tan flagrante, o in fraganti. Su gobierno hundipendose, España pendiente del Congreso y Rajoy fumando puros en un reservado».
Nada más estrambótico.
En tanto, en el hemiciclo político madrileño la cosa ardía en ausencia y en contra de Rajoy y representación de gobierno del Partido Popular, con 180 votos a favor de la censura, 69 en contra y una abstención. Pedro Sánchez, nuevo presidente del gobierno español, inauguraba por primera vez un triunfo de su partido en una moción de censura, esta vez con apoyo de Unidos Podemos, ERC, PNV, PEDECAT entre otros grupos, que tumbaron al gobierno del PP condenado por el caso Gürtel, que confirma que el PP se financió con una caja B en su sede central. La condena al PP se relaciona con un pago de más de 245.000 euros como «partícipe a título lucrativo» de la trama, se considera probado que hubo una caja B en el partido desde 1989 y se impone una pena de 33 años de prisión al extesorero Luis Bárcenas. Además, el texto de la Audiencia Nacional cuestiona la credibilidad del testimonio de Rajoy como testigo del caso. Finalmente, la moción presentada por el PSOE alega que el mantenimiento del PP en el Gobierno “no garantizaba la estabilidad en España”.
En breve intervención, Rajoy consideró un honor haber presidido el Gobierno, “y dejar una España mejor que la que encontré. Ojalá mi sustituto pueda decir lo mismo”, dijo con desparpajo. En tono “muy corrosivo”, el portavoz parlamentario del PP, agregó que la oposición de su partido “será inflexible” y recordó que cuenta con la mayoría en el Senado para “poner palos en la rueda del nuevo Ejecutivo”. Sánchez, en réplica, ha deseado al PP que se comporte con el Gobierno “con la misma lealtad con la que lo hizo el PSOE desde la oposición”.
Surrealismo político español.