Con un discurso basado en la estrategia de proyectar prioritariamente el frente social del gobierno, el Presidente Moreno realizó varios anuncios en su informe anual a la nación. Fue la vuelta al país en ochenta minutos, a bordo de un discurso matizado por chistes, anécdotas y sentencias al más puro estilo presidencial. Entre frases reiteradas, escritas en el prompter y leídas con un ritmo pausado, Moreno presentó un proyecto de estímulo económico, Ley Orgánica para el Fomento Productivo y Atracción de Inversiones, Generación de Empleo, Estabilidad y Equilibrio Fiscal.
En esencia, se propone el “no pago del impuesto a la renta por 8 años para todos aquellos empresarios que inviertan en Quito y Guayaquil”. Para quienes inyecten capitales en el resto del país “la exención será por 10 años”. El mandatario dijo que el proyecto contempla “la reducción gradual del Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) y la exoneración del Impuesto a la Renta por 3 años para las nuevas microempresas”. Y una dedicatoria para los actores de la economía popular y solidaria: un fondo de garantía para que puedan acceder de manera más fácil a los créditos. Otra dedicatoria para el Estado: proyecto de Ley de Extinción de Dominio que permite «que los bienes, producto de narcotráfico, corrupción y lavado de activos se reviertan al Estado, en compensación por el daño perpetrado por esos criminales».
Hacer que el frente social protagonice la gestión del gobierno, suena bien; el quid del asunto consiste en saber cómo se compatibiliza aquello con uno de los actores invitados: el afán de lucro de un voraz sector empresarial revivido en sus privilegios.
En otros ámbitos temáticos el mandatario se concentró posicionar las cifras pertinentes a los planes de gobierno: logros en educación en el propósito de reducir las brechas entre los derechos educativos y la realidad. Con claro afán propagandístico, Moreno no escatimó tiempo en mencionar los pormenores del «Plan Toda Una Vida», como la asistencia a niños menores de 5 años, las misiones «Las Manuelas» y «Médico del Barrio». Además se dedicó a detallar “los esfuerzos que se han realizado para la reactivación económica”. En ese rubro destacó los programas para empleo juvenil, entrega de créditos productivos y apoyo a los microempresarios.
Conforme lo que Moreno llamó, «el rumbo correcto a la economía», justificó la apertura de negocios con diversos países y una atención especial al sector privado, uno de sus principales motores de arranque económico. El plan tiene tres ejes: sostenibilidad fiscal, generación de empleo y atracción de inversiones.
El rector de la Universidad Central del Ecuador, David Chavez, y el director provincial del movimiento Democracia Sí, Andrés Valdivieso, analizaron el primer año de gestión del presidente Moreno, proyectando opiniones distintas. Chávez fue enfático en señalar que «el mandatario está dejando la «mesa servida» para los sectores más conservadores del país, delineando el «viraje hacia la derecha» de la administración morenista. De su lado, Valdivieso destacó que desde un inicio, el primer Mandatario se topó con hechos de corrupción palpables, que no son una ficción». La bancada Revolución Ciudadana -en declaración de prensa- aseguró que el Gobierno termina con saldo negativo el informe a la nación por un año de gestión. Según el movimiento, no se ha cumplido con las ofertas de campaña. En lo económico, no hay horizonte estratégico ni programa, dijo.
El desafío del gobierno sigue siendo el mismo: definir en qué sentido dará los golpes de timón. Se está con el pueblo, o se está contra él.