No tengo duda que el sector empresarial construirá el escenario para la desdolarización en el Ecuador, así lo manifestó Kintto Lucas, exvicecanciller de la República, en radio Pichincha Universal, en referencia de la designación de Richard Martínez al Ministerio de Finanzas.
El ex diplomático ecuatoriano-uruguayo sostuvo diversos criterios que apuntan a perfilar al equipo económico que acaba de asumir funciones en el gobierno de Lenin Moreno. Manifestó no conocer a ciencia cierta los pasos que dará el nuevo ministro de Finanzas, no obstante fue enfático en manifestar que “sus antecedentes que son muy claros. Vinculado con la Federación de Exportadores, vinculado con los grandes exportadores y grandes importadores, por lo tanto es medio obvio que además ha reivindicado algún tipo de política que tiene que ver con el modelo neoliberal y eso lo veremos cuando lo ponga en práctica”.
Richard Martínez, en declaraciones para un canal de televisión local, declaró que “mi palabra ya no es la de los empresarios”. El flamante ministro dijo que “trabajará para viabilizar reformas, para precautelar la estabilidad financiera en el país, la eliminación del impuesto mínimo sobre la renta y transparentar todo lo concerniente a la deuda y las finanzas públicas”. Agregó que «todos debemos arrimar los hombros» para mejorar la situación económica”. El funcionario indicó que su gran objetivo al frente del ministerio de Economía y Finanzas será generar empleo, «a través del crecimiento económico sostenido que sea capaz de garantizar la continuidad de los programas sociales del Gobierno», que los calificó como un «eje fundamental».
Martínez, en explicita declaración, desglosó su agenda: Restablecer el orden en las cuentas fiscales. Reducir el tamaño del Estado, «de manera gradual y disciplinada». Facilitar la participación de inversiones privadas, a través de alianzas público-privadas. Tratar de forma técnica y estandarizada la deuda pública para que «su monto y su forma de registro no puedan estar sujetos a interpretaciones». Honrar todas nuestras obligaciones en los plazos y montos establecidos. Impedir nuevas afectaciones a la economía a través de reformas en la Asamblea Nacional. Buscar nuevo financiamiento, respetando las regulaciones y las recomendaciones de Contraloría.
Gobierno empresarial
Lucas dijo estar seguro de que “los empresarios están gobernando”, puesto que toda la parte económica del Gobierno está dentro de sectores vinculados a nivel empresarial, el Ministro de Finanzas, el Ministro de Comercio Exterior, la Ministra de Producción e Industrias y el Ministro de Turismo, son todos vinculados al empresariado, afirmó. En su descarnado análisis comparó lo ocurrido en la década de los 90 con la coyuntura actual, cuando “los empresarios cuidan sus intereses” desde el poder. Incluso concedió el beneficio de la duda al eventual comportamiento de Martínez: de repente en tres o cuatro días cambió de ser neoliberal a ser progresista, todo puede pasar en la vida. Pero digamos que es casi imposible que eso ocurra.
Respecto del futuro de “los sectores de izquierda dentro del gobierno”, Lucas dijo que espera “pues nada, muy poca cosa: algunos saldrán otros se quedarán ahí hablando de unidades nacionales como se ha hablado en otros tiempos”. Este escenario se perfila, porque “así es la dinámica politica”, desde el momento en que “quienes ganan son los que tuercen la balanza hacía su lado, y creo que la derecha en el Gobierno ha ganado la correlación de fuerzas y va acelerada a cumplir el programa que siempre esbozaron”, concluyó el analista.
En otro frente del poder -el militar-, Lucas fue enfático en identificar a Oswaldo Jarrin, Ministro de Defensa, como un hombre “que más allá de la cuestión ideológica, Jarrín es una persona que sabe de FFAA”, a diferencia de Zambrano “que no sabía nada y terminaba yendo atrás de lo que le decía Colombia y otros”, en asuntos de política de defensa nacional. Jarrín tiene “una relación de igual a igual con los militares”, y eso es mejor -según el criterio de Lucas- a diferencia de “alguien que no sabía nada”. Las FFAA por toda su historia, pueden reivindicar una visión nacionalista, pero cuando tienen un mando que no sabe a dónde va y que puede dejarse llevar por quién sea, los militares empiezan a ponerse nerviosos, porque finalmente no saben a dónde van”, acotó Lucas. Tal vez nos involucremos menos en el tema colombiano con Jarrín que con lo que era Zambrano, supuestamente del partido socialista, concluyó.
El frente laboral del gobierno cuenta con obsecuentes sindicalistas, cuya posición quedó expresa el día domingo anterior cuando, en coincidencia con el sector empresarial, la dirigencia obrera ya marca “una verdadera sumisión de clases, no es ni siquiera una conciliación de clases, eso es una sumisión de clases lo que está esbozando la dirigencia del FUT y esas dirigencias sindicales”.
El rol de los partidos llama a definiciones, según el analista, excepto el Partido Socialista, “que siempre ha estado con cualquiera y además son cinco que tienen la suerte de colocar embajadores por aquí y por allá. Pero son cinco que además hacen mal las tareas, por ejemplo Zambrano fue un desastre, ósea en general el Partido Socialista siempre ha sido poca cosa y está dividido porque gran parte del Partido Socialista está fuera. Entonces hoy piden una parte del pastel de Gobierno. No hay que esperar mucho, concluyó Lucas. En relación al rol del Partido Comunista, “por su carácter ideológico, más que por su trascendencia, habrá que ver”. En relación a otros sectores involucrados -Pachakutik y Conaie, el analista reservó un compás de espera: habrá qie ver cuál es su posición.
La radiografía al movimiento de la Revolución Ciudadana que gobernó el país durante la década anterior, el ex vicecanciller de ese régimen fue enfático: “Se decía que los 10 años de la Revolución Ciudadana fue una revolución, y no fue una revolución, eso siempre lo dijimos; fue un Gobierno Progresista con cambios importantes, con una modernización del país que era necesaria porque habían lugares que hasta teníamos relaciones feudales. Había una situación que se tenía que cambiar y fue un Gobierno Progresista importante, pero no fue una revolución, la revolución tiene un cambio de estructura”.
Y el cuadro final fue trazado con pinceladas enérgicas: “El Gobierno de Moreno se dijo que era de izquierda y nunca fue de izquierda, era de centro y va hacia la derecha, entonces creo que siempre confundimos los conceptos”.
Frente a este panorama, frente a la posibilidad de que se produzca “un aglutinamiento de sectores progresistas para enfrentar un modelo que se nos viene de la derecha”, el entrevistado manifestó que “puede ocurrir pero, tenemos que tener en cuenta que, por ejemplo, el Gobierno de Rafael Correa, ganó las elecciones y se mantuvo, por una amplia alianza donde estaban los sectores progresistas, los sectores de izquierda-izquierda, los sectores un poco más radicales y sectores de derecha. Para ganar las elecciones, y para presionar a un Gobierno, necesitas una amplia alianza y una gran capacidad de movilización desde las organizaciones sociales que ahora es muy baja, expresó Lucas.
En el corolario del interviú, Lucas remató su idea primaria: lo que sí va a irse complicando es la realidad económica. Si vemos la historia del Ecuador, la historia de la sucretización, la historia del feriado bancario y dolarización, no dudo que los empresarios tengan muchas ganas de ir a una desdolarización para ganar, los mismos que ganaron en la sucretización, que ganaron en el feriado bancario. No digo ahora ni mañana, pero que pueden construir un escenario para eso, no tengo la menor duda y ahí terminaría cayendo el Gobierno.