El huésped ecuatoriano, Julian Assange, residente en la embajada de la misma nacionalidad en Londres, permanece en la mira de los EE.UU. con mayor intensidad, según declaraciones del fiscal general de ese país, Jeff Sessions. El fiscal dijo en una conferencia de prensa en El Paso, Texas, el jueves pasado: «Vamos a intensificar nuestro esfuerzo (de arrestarlo) y ya estamos haciéndolo». El funcionario declaró hace unas horas que “el arresto del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, ahora es una prioridad para Estados Unidos”.
Assange, que permanece ya seis años en la misión diplomática ecuatoriana en Londres, ahora enfrenta la prioridad estadounidense en su eventual captura, acusado de filtrar información confidencial de los organismos de seguridad de los EE.UU. El gobierno de Trump que se propone arrestar a Assange “de una vez por todas”, se muestra sorprendido por las acciones de WikiLeaks: «Este es un asunto que ha ido más allá de lo que yo sé. Contamos con profesionales que han estado en el negocio de seguridad de los Estados Unidos durante muchos años que están sorprendidos por la cantidad de filtraciones y algunas de ellas son bastante graves «, ha dicho el fiscal general.
Trump en su campaña electoral había manifestado su “encanto” por WikiLeaks, según declaración al periódico británico The Guardian. Las autoridades estadounidenses “han estado investigando a Assange y WikiLeaks desde el año 2010 cuando publicó, en cooperación con publicaciones como The Guardian, más de un cuarto de millón de cables clasificados de las embajadas estadounidenses” filtrados por la denunciante del ejército estadounidense, Chelsea Manning.
Protección ecuatoriana
El medio de prensa londinense, ahora ha difundido que “durante más de cinco años, Ecuador destinó al menos 5 millones de dólares en un presupuesto de inteligencia secreta para proteger al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, quien recibía visitas que incluyeron hackers, activistas, abogados, periodistas, miembros de grupos nacionalistas europeos e individuos vinculados al Kremlin”.
The Guardian reveló que Ecuador empleó a una compañía de seguridad internacional y agentes encubiertos para monitorear a sus visitantes, operación que habría contado con la aprobación del entonces presidente ecuatoriano, Rafael Correa, y del ex canciller, Ricardo Patiño. La empresa monitoreaba a los visitantes de la embajada ecuatoriana 24 horas al día con dos personas de turno, ubicadas en un departamento por el que se pagaba unos 3.780 dólares al mes (£ 2,800), situado a la vuelta de la esquina de la embajada ecuatoriana en Londres, en el barrio londinense de Knightsbridge.
Adicionalmente, los funcionarios ecuatorianos idearon planes para ayudar a escapar a Julian Assange. Operativo que incluyó los planes de trasladarlo “en un vehículo diplomático o el nombramiento de él como representante de las Naciones Unidas en Ecuador para que pudiera tener inmunidad diplomática para asistir a las reuniones de la ONU”. El otorgamiento de la nacionalidad ecuatoriana a Julian Assange, fue confirmado por la canciller de Ecuador, María Fernanda Espinosa. Los planes de protección incluyeron mejoramiento de imagen de Assange, para lo cual se contrató a un abogado encargado de diseñar una “estrategia mediática” para conmemorar el «segundo aniversario de su asilo diplomático».
Como asunto prioritario, en las últimas horas, el cancerbero estadounidense cierra el cerco al célebre activista de la libertad de expresión mundial, Julian Assange, ecuatoriano asilado en la sede diplomática de su propio país adoptivo.