En una antología de afirmaciones políticas, remozadas cada cierto tiempo, y sacadas del baúl de las mentiras bien presentadas, está aquella que habla de que los EE.UU. es nuestro aliado ideal. Visto como el paraíso de las oportunidades por los filoestadounidenses, el país del norte conducido por Donald Trump, presidente más conservador y reaccionario del mundo, ha dado un vuelco de lo que otrora fuera la nación dispuesta a seguir una política “más humanista” hacia sus propios connacionales y “menos imperialista” hacia sus eventuales socios comerciales.
Pero los porfiados hechos confirman lo contrario. El presidente Donald Trump presentó el lunes un proyecto presupuestal con un multimillonario plan para modernizar la infraestructura de Estados Unidos y con grandes recortes en gastos sociales. Sin duda, una decisión que afectará el destino de millones de norteamericanos. El gobierno norteamericano “busca recortar billones de dólares en gastos federales y el cuchillo irá hasta el fondo especialmente en el área social”, dice una versión de prensa. Se trata de eliminar el programa de seguro de salud del presidente Barack Obama y reducir en más de 200.000 millones de dólares la asistencia alimentaria para los pobres. El recorte de los programas de salud apunta especialmente a los estadounidenses más pobres y viejos, señala un informa de la prensa local.
Esta decisión viene acompañada por un incremento significativo en los gastos de defensa militar, política de Trump que afecta el destino de millones de ser humanos en el mundo. En declaraciones, Trump matizó la versión de prensa y afirmó que “cambiará los dispendiosos gastos militares instaurados tras los ataques del 11 de setiembre de 2001”. Pero observadores estiman que el proyecto da un gran impulso al sector militar, incluyendo la renovación del arsenal nuclear de forma tal que el de Estados Unidos será «por lejos, superior del de cualquiera».
Las críticas se dejan oír desde las esferas del poder legislativo. El senador Chuck Schumer, líder la oposición demócrata en la Cámara Alta, acusó el lunes a la Casa Blanca de hacer que los «regalos» fiscales a las empresas caigan en los hombros de la clase media, los niños y los trabajadores «Si los estadounidenses quieren una imagen que muestre para quien trabaja Trump, la combinación de la reforma impositiva y este presupuesto, es absolutamente clara», dijo Schumer en una declaración. «Él está a favor de los ricos y poderosos a expensas de la clase media», añadió.
¿Cómo entender como aliado ideal a un país que prioriza gastos militares por sobre los presupuestos del área social? Observadores internacionales estiman que los EE.UU. tienen siete razones para firmar un TLC con Ecuador, según se lee en el portal América Latina en movimiento. Incrementar las exportaciones norteamericanas, pues el creciente déficit en la balanza comercial, es decir, los estadounidenses están importando más de lo que exportan. La brecha negativa entre ventas y compras se empinó a 617 mil millones de dólares durante el 2004.
El tratado de Libre Comercio es mucho más que un simple acuerdo comercial, pues su aplicación contempla casi todos los sectores de la economía, e incluye temas tales como: propiedad intelectual, inversiones, compras del sector público, normas de origen, telecomunicaciones, entre otros, Si se llegará aplicar este tratado tendríamos que hablar de un Ecuador antes y después de su aplicación, pues reconfiguraría toda la sociedad ecuatoriana en función de los intereses de los Estados Unidos, y pasaríamos sin duda a constituirnos en poco menos que una colonia como lo es Puerto Rico. En quinto lugar la ubicación geográfica del Ecuador les es extremadamente importante para la nueva doctrina militar imperialista, en su conflicto con China de allí la existencia de la Base de Manta y la probable apropiación de las Islas Galápagos.
Sexto el objetivo de los Estados Unidos al firmar Tratados Bilaterales con los países latinoamericanos tiene por objetivo de ir cercando paulatinamente a Brasil, este es el país que más le interesa al imperialismo, por su desarrollo económico y los grandes recursos de la Amazonía, con la firma de tratados bilaterales con los países sudamericanos forzaría en el mediano plazo la una firma de un TLC con MERCOSUR.
Siete apropiarse de los recursos estratégicos de nuestros países entre otros. petróleo, telecomunicaciones, electricidad, agua y biodiversidad, facilitando la apropiación de estos recursos a través una legislación supranacional sobre inversión, propiedad intelectual, subordinando inclusive la Constitución de la República del Ecuador a este Tratado.
Según el portal, de firmarse un TLC entre nuestro país y los EE.UU., el Ecuador pasaría a constituirse en una colonia de los Estados Unidos, con un estatus muy inferior a Puerto Rico, puesto que en el TLC, no se establece libre movilidad de la mano de obra, lo que si tiene Puerto Rico. Se incrementaría el déficit comercial de Ecuador con EE.UU. y consiguiente impacto negativo en el país. El TLC con EE.UU. hará a la economía ecuatoriana más vulnerable a las crisis internacionales, la dejará más dependiente de la evolución de la economía norteamericana y de las decisiones de sus gobernantes. La mayor presencia de empresas, productos, servicios, capitales, tecnología y recurso humano norteamericano. Tendencia al aumento del déficit fiscal, o bien, mayores impuestos a la población o recorte de servicios sociales. Se imponen fuertes limitaciones a la capacidad del estado para ejercer soberanía en el ámbito económico y social.
Entre los sectores directamente perjudicados estarían las pequeñas y medianas empresas industriales, comerciantes, transportistas, servicios profesionales independientes, pequeños y medianos agricultores, comunidades indígenas, creadores y difusores de la cultura, Nuevas limitaciones se imponen a los servicios públicos de salud, educación, lo que presiona a una mayor privatización. El empleo precario tenderá a aumentar.
La ilusión ecuatoriana de contar con los EE.UU. como un socio comercial favorable, es nada más que otra ilusión. Y de paso resulta ser un síndrome del minusválido desprotegido, que busca cobijarse, a como dé lugar en el “socio” mayor. Recientemente una tibia declaración de la diplomacia estadounidense dejó en claro que va a esperar una propuesta ecuatoriana sobre un eventual TLC entre ambos países. En el estado de ánimo de los norteamericanos se advierte una cauta actitud, mientras el entusiasmo ecuatoriano se sale de los márgenes de la realidad.