Hay contiendas que son la madre de todas las batallas. La brega por la Vicepresidencia del Ecuador es una de ellas. Al cumplirse el 2 de enero 90 días de ausencia del vicepresidente Jorge Glas, por permanencia en la prisión N4 de Quito, queda constitucionalmente vacante su puesto, por abandono del cargo, y que el presidente, Lenin Moreno, debe llenar enviando una terna de tres postulantes a la Asamblea Nacional.
La decisión de Moreno es a todas luces la mayor disposición de su gobierno en lo que va del periodo en vigencia, puesto que no se trata de un simple reemplazo, sino de una elección de la cual emana su propio eventual sucesor. Y, como si fuera poco, se trata de una decisión politica que marcará el posicionamiento definitivo del régimen. Oscilante entre posiciones de izquierda y derecha, según observadores, el gobierno deberá definirse por una línea de acción politica que no excluye una tercera vía: centro centro. No obstante, el tira y afloja hace que el presidente Moreno escuche a sus asesores, a sus amigos e incluso a su propia esposa, personajes de confianza se supone, que sabrán dar el mejor consejo, mostrar la óptima alternativa. Dialogante como se ha mostrado Lenin, no escatimará esfuerzos por escuchar a todo el mundo y tomar la decisión de su vida.
Entre las múltiples opciones, por descarte el bloque CREO ha manifestado su desinterés en integrar el gobierno con un representante en el Ejecutivo, mientras que los socialcristianos madera de guerrero que han dialogado con el régimen en varias ocasiones, no muestran evidente interés en formar parte del gobierno.
Dada la correlación de fuerzas politicas vigentes las opciones que tiene Lenin Moreno van desde el centro a la izquierda para elegir a un cogobernante que según, ha manifestado el Mandatario, tiene que ser “mujer costeña” para un bien visto equilibrio regional y de género. No obstante, en política los equilibrios son como el danzante en la cuerda floja, no representan necesariamente la armonía. Una de las cartas presidenciales para nombrar a su colega gobernante emerge de las huéspedes de Carondelet, se trata de la vicepresidenta encargada María Alejandra Vicuña que, según encuestas goza de un 37,4 % de agrado en la ciudadanía y un 38,9% de credibilidad. Por protocolo, la segunda dama del gobierno asoma como una opción de continuidad, sin embargo los acontecimientos políticos de última hora ameritan cambios en la cúpula gubernamental.
Si bien aún no existe un perfil definido para seleccionar al nuevo Vicepresidente, “Silvia Salgado, integrante del buró político ampliado del Gobierno y representante del Partido Socialista, considera que debería ser alguien que haya sido parte de la construcción de la Constitución de Montecristi”. Una de las reivindicaciones políticas de este Gobierno, según versiones oficiales, precisamente es recuperar el “espíritu” de Montecristi. Salgado apunta dos nombres con esas características: Vicuña y la canciller María Fernanda Espinosa.
En los diversos escenarios políticos no se descarta que una de las preguntas claves de la consulta, es decir, la que trata de la reelección indefinida no esté cabalmente asegurada en términos afirmativos como esperarían sus promotores. En ese eventual escenario, todo sería distinto y el Presidente Moreno se ve en la imperiosa necesidad de asegurar la conducción del proceso político que lleva adelante y para ello necesita cohesionar las fuerzas que lo eligieron. El mandatario echaría mano a sus propios coidearios, incluido el bloque asambleísta de AP que debería votar cohesionado y en unanimidad por el eventual postulante, en primera línea, a la vicepresidencia. ¿Quién es ese personaje en capacidad de unificar criterios, dentro y fuera en Alianza PAIS?. Según observadores, la cualidad consensual recae en la persona del actual Ministro de Educación, Fander Falconi, coautor del proyecto de la revolución ciudadana y unos de los ideólogos de Montecristi.
Hombre de solvente prestigio público, Falconi es “doctor en Ciencias Ambientales, con especialización en Economía Ecológica y Gestión Ambiental, por la Universidad Autónoma de Barcelona (España), tiene maestría en Economía Ecológica y Gestión Ambiental en la misma universidad. Estudió Economía en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Falconí es docente investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso). Ejerció el cargo de secretario nacional de Planificación y Desarrollo de la República del Ecuador (Senplades) en 2011 y en 2007 y en 2008 ocupó el cargo de ministro de Relaciones Exteriores, Comercio e Integración de la República del Ecuador, según reseña ministerial.
Falconí fue posesionado por el presidente Lenín Moreno el 24 de mayo en una ceremonia realizada en la Plaza de la Independencia y en la actualidad está evaluado como uno de los mejores ministros del régimen de Moreno. Ha tenido que mostrar capacidad de respuesta, liderazgo y ejecutividad para responder eficientemente ante la crisis que tuvo lugar en el sector educativo por denuncias de violencia y acoso sexual contra estudiantes.
Según el secretario de la política, Miguel Carvajal, “la definición de los nombres no ha sido una prioridad en las últimas reuniones en Carondelet, puesto que no existe un tiempo definido en la Constitución para que envíe esa terna a la Asamblea Nacional. El anuncio, según la ley, podría darse en medio de la campaña por la consulta popular, que se hará entre el 3 de enero y el 1 de febrero del 2018.
Un Vicepresidente que tenga la aceptación de la ciudadanía podría fortalecer la imagen del Régimen y eventualmente lograr más respaldo a la consulta popular. Lenin no debería dudar mucho al momento de elegir, “sin la presión de las fórmulas electorales”, a su nuevo cogobernante: un cuadro político en capacidad de gobernar con eficiencia, eficacia, transparencia y sensibilidad social. Ecuador no se merece menos.