La noche de Navidad, -velada de paz y encuentro familiar- se convirtió, literalmente, en un infierno en llamas para los concurrentes al restaurante Toronto, en la capital ecuatoriana, cuando un tanque de gas provocó una explosión que segó la vida de dos personas y destruyó la planta alta del local de comidas rápidas. Este lunes la Secretaría de Seguridad del Municipio y el Cuerpo de Bomberos de Quito emitieron un informe de la explosión en el restaurante Toronto, ubicado en la avenida Río Coca y 10 de Agosto, en el norte de la ciudad.
Durante las investigaciones se pudo detectar una instalación de gas clandestina y la existencia de más de 40 tanques domésticos conteniendo dicho combustible que, según técnicos, debió ser manejado de manera industrial. Un oficial de polícia dijo que en el local de comidas existía una instalación inadecuada de gas. El oficial exhibió imágenes de esas conexiones, entre los escombros que quedaron de la infraestructura.
El saldo de dos fallecidos fue confirmado por Christian Rivera, técnico de riesgos de la Secretaría de Seguridad del Municipio de Quito, -entre ellos un niño de 9 años. Rivera manifestó que “una segunda persona había fallecido, con base en información proporcionada por sus familiares”. Se trata de una mujer de 80 años que estaba en estado crítico, en el Hospital Pablo Arturo Suárez de Quito. La comensal había sido aplastada por la estructura del segundo piso del restaurante que se desplomó tras la explosión. A las pérdidas de vidas humanas hay que sumar una docena de heridos de gravedad y el destrozo de 12 vehículos que resultaron afectados por la explosión.
Las autoridades procedieron a clausurar el restaurante, luego de confirmar la instalación ilegal de un sistema de gas licuado. Además no se habría cumplido con la norma de mantener tecnología industrial en lugar de tanques de gas domésticos. Testigos que presenciaron el siniestro, informaron que el restaurante ardió en llamas y que había muy pocas posibilidades de escapar al fuego. Al dolor de los familiares de los afectados se suma la interrogante: ¿quién responde por las vidas humanas y los heridos que resultaron afectados luego de la tragedia? ¿Se trata de una tragedia o de un acto de irresponsabilidad de los dueños del restaurante que habrían infringido normas de seguridad?
Según informacipon de prensa y de acuerdo a un informe estructural de la Secretaría de Gestión de Riesgos, «el lugar funcionaba con la Licencia única de actividades económicas (LUAE), explicó Juan Zapata, secretario general de Seguridad y Gobernabilidad del Distrito Metropolitano de Quito. El documento lo otorga el Municipio luego de las inspecciones de seguridad contra incendios a cargo del Cuerpo de Bomberos que, para este caso, se realizaron en abril de 2016. Según la Ordenanza metropolitana 470, se constató la existencia de una sola centralita de gas (lugar que conecta una o varias mangueras con los cilindros instalados), en la planta baja del establecimiento, confirmó Eber Arroyo, comandante del Cuerpo de Bomberos-Quito. El 6 de febrero de 2017 los bomberos volvieron al local Toronto para una inspección de seguridad contra incendios, pero las puertas estaban cerradas, contó Zapata, basándose en la notificación 4867. Allí consta que el representante legal del sitio tenía que comparecer ante la institución. Eso se incumplió. En julio de 2017 el Cabildo hizo una revisión de rutina “sin encontrar ninguna novedad en virtud de que se verificó que la centralita cumplía con los parámetros correspondientes”, señaló Zapata. Pero los propietarios del restaurante tenían una segunda centralita en la cual usaban cilindros domésticos. Allí se habría originado la deflagración (combustión rápida con llama y sin explosión) del restaurante, según los bomberos»
¿Hay que esperar que sucedan los desastres para tomar medidas correctivas? Esto, por decir lo menos, es inadmisible. Se supone que un restaurante de esa naturaleza pasa los controles municipales, de bomberos y demás autoridades para poder funcionar y albergar público. Existen requisitos que el restaurante Toronto no observó al momento de obtener los permisos municipales. ¿Cómo es que la autoridad otorga permisos de funcionamiento y luego de la explosión recién se detectan instalaciones clandestinas y ductos inadecuados para el flujo del gas?
La minuciosa investigación de las causas del accidente que está en marcha, deberá establecer las responsabilidades, así mismo el cuplimiento del protocolo para asistir y acompañar a las víctimas y a sus familiares, fin último de la gestión estatal.