No hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague: El vicepresidente Jorge Glas, fue sentenciado a seis años de reclusión por el delito de asociación ilícita. El fiscal Carlo Baca habia pedido que los 8 procesados paguen USD 33,3 millones entre todos. Solo para Glas y Rivera, el fiscal exigió que cancelaran 14,1 millones. El Tribunal Penal ratificó ayer esos montos. Sin embargo, esta sentencia es de primer nivel y los procesados tienen otras etapas para apelar el fallo. Queda flotando en el ambiente una pregunta de fondo: ¿se hizo justicia o de consumó un escandaloso complot político? La respuesta a esta legítima interrogante periodística determinará, si Ecuador entró o no en el cauce de una reinstitucionalización en la aplicación de justicia, más allá de la judicialización de la política. En otras, palabras, si la justicia es libre o no del cerco de los poderes políticos y los poderes fácticos que la han asechado históricamente.
El Fiscal Carlos Mancheno ha respondido, a piejuntilla, que tanto la indagación fiscal como el debido proceso, se han caracterizado por un perfil técnico que incluyó con la presentación de elementos de convicción fiscal, entre los que destacan asistencias penales internacionales, recepción de versiones, pericias de reconocimiento, autorizaciones judiciales para revisar información en soportes electrónicos, pericias financieras, pericias de la cooperación eficaz, actuados a nivel de pruebas procesales.
Eduardo Franco Loor, abogado del Vicepresidente, ya adelantó que impugnará la decisión de los magistrados.“Es una sentencia inicua, bárbara, y afecta los derechos”. Mientras esas apelaciones judiciales no se agoten, la reparación integral para el Estado permanecerá en suspenso.
La siguiente inquietud periodística se relaciona con un pregunta obvia: ¿se trata de un juicio final a Jorge Glas y los otros implicados? La respuesta del Fiscal es negativa: “Es posible que pueda haber nueva información, que fue motivo de la cooperación eficaz de Odebrecht en su trama de corrupción continental” Y esa información alentaría, según Mancheno, la apertura de investigaciones a nuevos casos de delitos, presuntamente cometidos por una compleja y amplia red de corrupción que, algunos afirman, podría alcanzar al propio ex mandatario Rafael Correa.
El fiscal fundamenta su presunción de otros delitos cometidos en asociación ilícita, en el hecho de haber “fortalecido y protegido la idea de una fiscalía especializada contra la corrupción, que no es el resultado de una delación o de un fiscal con talento, sino del resultado de un equipo técnico analistas y fiscales en diversas áreas”.
Esta revelación del Fiscal hace sentido con una afirmación hecha por el ex presidente Rafael Correa, manifestada luego de la sentencia a Glas: Ahora vienen por nosotros. Si esa es la perspectiva, no se trata de un juicio final, sino de la primera hebra que llevaría al ovillo.
El fin último de la ley es hacer justicia, así como el fin último de la política es hacer que las cosas sucedan. El país espera que en esta dramática trama de cero tolerancia a la corrupción se llegue al fondo de la verdad con total transparencia y sentido de justicia. La política puede esperar.