La economía es la política del bolsillo de los ciudadanos. Todo lo que se decida y ocurra en las arcas fiscales, repercute en nuestros presupuestos familiares. Ese circuito de ida y venida de los recursos del país, hace que nuestro interés por los temas económicos deba ser una preocupación permanente.
Las afirmaciones recientemente hechas por el representante ecuatoriano ante el Fondo Monetario Internacional, Francisco Rivadeneira, pintan un escenario distinto a las apocalípticas visiones que el FMI auguró sobre el Ecuador. El organismo internacional tiene ahora mismo una positiva percepción sobre el desempeño económico ecuatoriano: “es bastante bueno, inclusive ha superado la visión que tenía hace poco que era, más bien, bastante negativa con perspectivas de crecimiento casi inexistentes, pero esa situación ha dado la vuelta y nos ha llamado la atención”, dijo Rivadeneira.
¿Qué hace que el FMI cambie de opinión respecto a la economía ecuatoriana?
El trabajo que se hizo durante los dos últimos años “fue positivo, en el sentido de que para poder salir de la crisis, se hizo una reducción sustancial del gasto como se tenía que hacer”, y también en algunos momento el fondo preveía una cifra de decrecimiento, no obstante, “pasa a prever 0.6% positivo en el próximo año, habiendo tenido más bien valores negativos hace muy poco tiempo”.
El crecimiento de este año ha sido relativamente pequeño, porque venimos de una situación económica difícil de estos dos últimos años. Frente a esa realidad, la visión que tenía el FMI era que demoraríamos más tiempo en salir de esta situación de números en rojo. Rivadeneira dice que “eso es lo que alaba del país, que en un tiempo corto ha logrado esos resultados positivos y que parece que la previsión de 0.6% de crecimiento va a ser superior”. Pero el crecimiento debe ser sostenido -dicen los economistas- y que se alcance, inclusive, un 1.6% de crecimiento en el 2018.
En esa perspectiva, se prevé una política de cuidar gastos de inversión a través del endeudamiento, mientras que las exportaciones se ven estimuladas como resultados de acuerdos preliminares con la Unión Europea. La búsqueda de recursos en el sector financiero llevó al diálogo al gobierno con sectores bancarios. En esa línea de acción el FMI ve con buenos ojos que Lenin Moreno dialogue con el sector privado, “porque es el principal motor de la economía”. Esa política de mayor transparencia implica mayor seguridad jurídica, por tanto mayor previsibilidad, lo que permite que venga más rápido la inversión extranjera con aumento de las dividas disponibles.
En esferas empresariales el incremento del impuesto a la renta es visto como una decisión que “hace perder competitividad a nuestros productos en los mercados internacionales”; según el representante ecuatoriano del FMI, que considera que “fue positivo el sistema de salvaguardias, pero, al mismo tiempo, desmantelarlo ayudó en parte a este crecimiento del comercio en el país”.
El presupuesto educativo
Mientras el FMI reconsidera las metas de crecimiento del Ecuador para el próximo año, el país se apresta a iniciar el año 2018 con algunas novedades presupuestarias en el sector social que es, precisamente, el más sensible a las percepciones ciudadanas.
El sector donde se encuentra la educación y la salud, entre otros, recibirá un presupuesto de 9.300 millones de dólares, mientras que solo el rubro Educación,- incluido universidades, colegios secundarios y primarios-, tiene una asignación de 5.234 millones para el 2018, de los cuales está previsto que el Ministerio de Educación reciba 3.851 millones de dólares para su gestión.
Una parte del presupuesto educativo se destinará para la regularización de directivos y docentes, logrando que 6.000 partidas reciban pagos correspondientes a la mejora de escalafón, gracias a las capacitaciones recibidas. Por otro lado, se destinarán recursos para el mantenimiento de las unidades educativas a nivel nacional. Además, en el ámbito de la protección de derechos, se utilizarán los recursos para el fortalecimiento de los Departamentos de Consejería Estudiantil (DECE). Para el próximo año, también se prevé una asignación de 655 millones de dólares para temas de inversión variada en temas de Educación, con lo que se plantea mantener activa la política de mejoras del sector educacional impulsada por el Estado.