Trauko es un duende que hace de las suyas en la isla de Chiloé al sur de Chile, embarazando a las muchachas solteras. La creencia pervive, desde siempre, incorporado a la mitología de los isleños, como el ser imaginario que da cuenta de la virginidad de las mozuelas chilotas en una región de cielos cubiertos. Trauko, en el bosque tropical húmedo, al noroccidente de Quito en la localidad de Mindo, es el nombre del taller de artesanías chilenas de cobre, tan míticas como el mismo duende sureño.
De las manos creativas de Ricardo Cornejo, el artesano chileno residente desde hace algunos años en Ecuador, emergen míticos collares, aretes y pendientes hechos de láminas cobrizas, anillos de lapislázuli de intenso azul, pulseras de cuero repujado y pipas de hueso donde aspirar humo del cannabis.
Ricardo aprendió el oficio de orfebres en un lugar próximo a las minas de metales semipreciosos en el desierto de Atacama, al norte de Chile. Eran los duros días de la dictadura militar chilena en los años ochenta, y para sobrevivir al hambre y al miedo de un país reprimido, se hizo artesano de la mano de un amigo de aventuras.
-Por aventurar me hice artesano, en ese tiempo de dictadura cuando no había dinero para salir de vacaciones. Empecé a doblar alambritos y aprendí a trabajar el cobre y así sobreviví. Era medio anarquista para mis cosas. Ese tiempo era clandestino todo y cualquier muestra de cultura, era reprimida y los artesanos nos vinculábamos mucho con el canto de protesta contestataria.
Este artesano chileno ha practicado diversas formas de arte popular como hilografías, fibras de hilo unidas por cientos de pequeños clavos que forman figuras sobre un trozo de madera. Un día decidió venir a Ecuador y se radicó en Quito. Pero la vida le tenía reservado su sitio natural en medio de la exuberante selva en la mítica localidad de Mindo, mundialmente conocida por las observaciones de pájaros, colibríes y mariposas. En la avenida centra del pueblo Ricardo instaló su taller y tienda donde es posible encontrar artesanías de cobre chileno, pulseras colombianas y zapatos de fibras vegetales de origen ecuatoriano.
Ricardo reconoce en su trabajo influencia de la platería mapuche, tejidos de Chiloé y de la artesanía urbana de repujado en cobre, alpaca o bronce, con aplicaciones de lapislázuli. Los diseños mapuches son simples hechos como un bruñido en bajo relieve. Los indígenas reprodujeron en su cosmovisión soles míticos, instrumentos como el cultrún y elementos alegóricos del culto a la pachamama.
-Me llamó la atención la selva, siempre quise descubrir raíces y vine a Mindo y me quedé aquí y hago artesanía inspirada en la etnia y tatuajes. En la capital todavia los espacios urbanos son peleados.
Ricardo no se define como orfebre, sino como un artesano vinculado a la sabiduría ancestral. Su arte satisface la curiosidad de turistas gringos, ecuatorianos y latinoamericanos que reconocen su trabajo como un artesano de vocación artística.
-No me identifico con el duende Trauko, que preñaba vírgenes. Soy solo un artesano del mundo.