No puede ser que estemos aquí para no poder ser, dejó escrito Cortázar. Y la frase aplica en estos momentos de desconcierto. Desdicha o desdicho de lo afirmado, contra todos los pronósticos, por el señor presidente Moreno cuando enunciara días pasados que en el país “se respiran aires de libertad”. El diario público El Telégrafo habría impuesto censura a sus colaboradores, negándose a publicar sus artículos, entre los cuales consta los de la escritora Lucrecia Maldonado, de reconocida trayectoria como editorialista del matutino estatal.
Maldonado, en un video que circula en las redes, ha manifestado su gratitud con sus lectores, que no son pocos, y que la siguieron cada semana durante ocho años que formó parte del grupo de columnistas de diario El Telégrafo. La escritora dejó en claro que durante ese tiempo “jamás hubo una agresión”, no obstante, al mismo tiempo señaló que su anterior artículo enviado al periódico la semana pasada no fue publicado. “Como estamos en un plano de parecer lo que no se es” -dijo Maldonado-, vale la aclaración.
Luego de la no publicación, Lucrecia envió una carta al diario, pero ésta aún no tiene una respuesta, por lo que deduce que “no debe escribir nada más, para el periódico”, puesto que “es absolutamente obvio, la libertad que se está respirando”. La editorialista manifestó que se siente “tranquila y en paz”, puesto que “ya no tengo que cuidarme de escribir en un periódico que, de un rato para otro, cambió a unas manos que lo llevaron a servir a unos intereses completamente diferentes, a los que yo me había alineado antes”.
Maldonado manifestó su malestar, porque esperaba que alguien del periódico le dijera: «Mire Lucrecia ya no queremos que escriba para el periódico, no estamos de acuerdo con sus ideas y usted no está de acuerdo con las nuestras, no nos gusta su estilo literario, no nos gusta su letra…”. La escritora estima que haberlo hecho, de parte del periódico, “habría demostrado un poco de decencia, porque así es como funciona la gente decente…sin embargo, cuando digo la palabra decencia, también me estoy dando cuenta de que, así como están las cosas, la decencia es una más de las cualidades humanas que no se pueden esperar en este momento de la historia”.
Quienes hacemos LAPALABRABIERTA, y en mi calidad de Director-Editor de la revista digital, nos solidarizamos con Lucrecia Maldonado, colaboradora nuestra, y reiteramos que ésta es su casa abierta, para que su palabra creciente y crecida, siga impulsando el leiv motive de seguir haciendo el periodismo que nos caracteriza: sin temor ni favor, analítico, diverso, bien intencionado y con la credibilidad que nuestros lectores nos otorgan día a día.
No podemos menos que rechazar, categóricamente, este atentado burdo a la libertad de expresión que contradice la política del señor presidente Lenin Moreno, quien aspiró a que estemos respirando aires de libertad en el país del diálogo. Al mismo tiempo, instamos a los medios a dejar el silencio cómplice y a los organismos que dicen defender la libertad de prensa -como Fundamedios, Sociedad Interamericana de Prensa y AEDEP-, para que se pronuncien y rechacen este presunto despropósito que desdice la convivencia democrática que lleva adelante el actual sistema político ecuatoriano.
Nota del Editor: Media hora después de publicada esta nota de prensa, ha llegado a nuestra redacción, extraoficialmente, una lista de editorialistas eventualmente separados de El Telégrafo: Sebastián Vallejo,Vito Muñoz, Ilich Verduga, Carlos Jimenez, Fabricio Gavilanes, Werner Vásquez, Melania Mora, Jaime Galarza, Víctor Mendoza, Rodolfo Bueno, Edmundo Vera, Claudio Campos, Freddy Jaramillo, Oswaldo Figueroa y Pedro Ortiz.