El segundo enlace realizado por Rafael Correa desde Bruselas, vía internet, parece confirmar que la política ya no es de principios, -es de programas- y, peor aún, ahora es de frías estrategias. Los propósitos políticos son verbalizados por sobre las acciones, sin que necesariamente el gobierno gobierne, como sugiere el análisis coyuntural correísta. En aproximadamente una hora y más, ante una cámara incorporada a una laptop, el ex presidente se mostró frontal y, alejado de la diatriba, realizó una revisión a los últimos acontecimientos de la política criolla.
Los temas referidos tienen relación con la utilización gubernamental de “la lucha anticorrupción como herramienta política”. Para demostrarlo, Correa acusó a Moreno de usar la nueva estrategia usada en Brasil de argumentar, sin pruebas, la culpabilidad del contrincante político, como fue el caso de destitución de la presidenta Dilma Rousseff y las acusaciones en contra de Lula da Silva, hoy exculpado por un fiscal, ante la evidencia de que sus acusadores mintieron para involucrarlo en actos de corrupción. Eso es -dijo Correa- “utilizar la lucha contra la corrupción, como simple instrumento de politiquería”.
Lucha anticorrupción, estrategia política
Con un documento probatorio extraído, supuestamente, de reuniones gubernamentales, Correa esbozó la hipótesis de que el gobierno de Lenin Moreno realiza estudios, encargados a expertos extranjeros, para medir la incidencia de ciertos temas en la población del país y, según eso, diseñar frías estrategias mediáticas. En las conclusiones de dicho estudio se dice: “Rafael Correa le está brindando apoyo excesivo a Glas y el vicepresidente ha sufrido una caída importante, puesto que actualmente se le reconoce vínculo con el caso Odebrecht”. Otra afirmación señala que en la percepción ciudadana “las acciones tomadas contra Glas, son consideradas como parte de su compromiso en la lucha contra la corrupción, antes que una señal de traición”, y que, “el efecto de la reciente coyuntura, también se ve reflejado en una pérdida de confianza en la palabra del presidente, aunque esta confianza es mayor de la que cuenta cualquier otro líder”.
El estudio mencionado por Correa, presuntamente hecho por la presidencia de la república, tendría como propósito adecuar las estrategias a las necesidades políticas, y adaptar la intervención verbal de Lenin, según lo que piensa y quiere oír la gente. Así continúan las observaciones del estudio, apuntando a un discurso presidencial acomodaticio que no responde a principios o valores, sino a estrategias y a la conveniencia política coyuntural.
“Es necesario tener cuidado con el tema del diálogo -recomienda en estudio a Lenin- porque puede ser usado contra el actual presidente en dos vertientes: dialoga con todos menos con los de su partido, y se involucra solo con los partidos cuestionados como el de Bucaram, donde sí tuvo éxito el discurso correista”. La minuciosa recomendación apunta a un hecho concreto: “la asociación con Jorge Glas, es la parte más débil de la estrategia de Rafael Correa”. Afirmación que el ex mandatario niega, señalando que, “prefiero perder todo, antes que ver un hombre honesto en la cárcel, no entienden de valores, solo les importa la estrategia”.
A renglón seguido, el texto del documento propone a Moreno que tome en cuenta lo importante que es “subrayar que la lealtad, es con el Ecuador y con la población, tanto en el discurso como en los hechos”. Esa es una forma manipuladora -según Correa- de esconder el puñal detrás de la sonrisa: Cada vez que escuchen al presidente decir que él es leal a la patria, no a las personas, está repitiendo lo que le dijeron los estrategas para ganar votos. Cada vez que escuchen eso, es porque les van a meter una puñalada, advirtió Correa.
El revelador documento establece pasos a seguir: “Si bien el presidente ha salido victorioso frente a Rafael Correa. No debería pensarse que esta situación le llevaría a ganar más apoyo de parte de la opinión pública. Un enfrentamiento mayor le llevaría a perder algo más de apoyo”. A lo que Correa replicó: Si me lanza flores, sepan que es porque está perdiendo apoyo.
“Es necesario cuidar la imagen presidencial, no sobreexponerse, porque corre el riesgo de debilitar su credibilidad”, -sugiere el documento estratégico- puesto que, “el principal sustento de la aprobación de Lenin Moreno, se encuentra en la imagen de lucha contra la corrupción, sin embargo, el no ser claro en este aspecto, también aparece como segunda causa para desaprobarlo”. Rafael Correa intenta una conclusión categórica: Osea, es estrategia política la lucha contra la corrupción. Esto es lo que estamos enfrentando: la lucha contra la corrupción como simple instrumento de politiquería.
La estrategia en acción
El ex presidente Correa se mostró categórico en acusar al gobierno de usar en los hechos a un corrupto como “reserva moral”, en referencia a Capaya, hombre de los Isaías que, a su vez, auspician a Bucaram, defensor del actual gobierno. Frente a estos hechos, Correa desafió al gobierno a poner a Capaya ante un detector de mentiras y hacerle dos preguntas: ¿Sabia o no sabía, Jorge Glas, que él (Capaya) estaba recibiendo coimas?, y ¿cómo es ese mecanismo de coimas con su primo Charlie Pareja Cordero? Este último, “que no es cualquier persona, fue el secretario de la presidencia de León Febres Cordero, altísimo dirigente socialcristiano, director de la campaña presidencial de Jaime Nebot, ese era el jefe de la mafia, hoy fugado en Perú”. El jefe que lavaba dinero y abría las cuentas, y no solo en el caso Petroecuador, sino también en el caso Odebrecht, se llama Charlie Pareja Cordero. Eso no dice nada la prensa, concluyó Correa.
La consulta popular
Frente al recurso de utilizar una consulta popular para dirimir conflictos políticos, Correa recordó que su gobierno lo usó para impedir que los candidatos a representación popular mantengan cuentas bancarias en paraísos fiscales, opción que ganó por amplia mayoría de votos. Correa denunció que la consulta al pueblo se la quiere hacer con el fin de dirimir la supuesta intromisión en la justicia. Al respecto, recordó que el contralor Carlos Polit, de SP y amigo de Nebot, ya estaba en el cargo cuando él asumió la presidencia de la nación, ya que “había sido elegido por el Congreso, y después ganó el concurso con méritos extraordinarios”. Llamar a consulta popular es pura demagogia -dijo Correa-, quieren volver al país de antes, cuando el Congreso elegía políticamente a los organismos de control. “Vamos a una Asamblea Constituyente, ahí nos vemos, y los volveremos a derrotar con los mejores cuadros de cada cantón, cada parroquia y cada provincia”, concluyó categórico Correa.
Acuerdos del gobierno con la banca
En referencia a la presencia de banqueros en Carondelet, Correa dijo que se trata de un acuerdo logrado entre el gobierno y los representantes del sector bancario del país, que consistiría en mutuo apoyo. ASOBANCA sería “la vocera encargada de proponer únicamente los cambios normativos para mejor uso efectivo y mayor uso de medios digitales, y el gobierno recogerá y apoyará estas peticiones”. Es todo un tongo ya preparado -dijo Correa-, se van hacer una serie de medidas en beneficio de la banca. ¿A cambio de qué? Los bancos apoyarán comunicacionalmente los esfuerzos fiscales.
El “amarre” bancario, como lo calificó, supone concederle aumento de tarifas de los servicios a los clientes, entrega del monopolio del dinero electrónico y levantar la restricción que prohíbe a los banqueros tener otros negocios vinculados. Nos pueden quebrar de nuevo, si se maneja mal el dinero electrónico, -advirtió Correa- si no está bien respaldado, por supuesto aquí puede haber un colapso económico.
Así mismo, existirían otros pactos como la entrega de las eléctricas estatales a Bucaram, a cambio de apoyo político; el pacto con Jaime Nebot de levantar la orden de detención de un familiar suyo, involucrado en el caso Petroecuador, y acceder a la petición del alcalde guayaquileño de derogar o reformar la ley de plusvalía en beneficio de los propietarios inmobiliarios.
Si el río suena, es porque piedras trae, dice el refrán popular. La clarividencia de que en la política del discurso virtual, las palabras de Correa impactaron, es que el socialcristiano alcalde de Guayaquil se quedó sin argumentos. Por eso Jaime Nebot -que sabe dónde golpear-, trató de desvirtuar, restar importancia y trivializar el enlace sabatino de Rafael Correa, al decir “que ya se deje de hablar pendejadas”.