Estamos a las puertas del mes de septiembre. El noveno mes del año ha sido premonitorio de diversos desastres de fuerte impacto: el 11 de septiembre de 1973 un golpe militar en Chile inicia la dictadura más violenta y criminal de los tiempos modernos. El 11 de septiembre del 2001, el ataque al Word Trade Center de Nueva York inicia una nueva etapa de terrorismo mundial. En Ecuador, el próximo mes de septiembre será clave para el desarrollo del país. El gobierno anunciará, a mediados de mes, el plan económico que regirá la política pública en ese rubro estratégico.
Ante la proximidad de septiembre, viene a la memoria la célebre película Tuya en Septiembre, protagonizada por Rock Hudson y Gina Lollobrigida. El filme cuenta la historia de un hombre de negocios que regresa de sus vacaciones antes de lo previsto. Decide adelantar su viaje y al llegar a su casa descubre un problema: Lisa, su prometida, cansada de esperar a que él se decida a casarse con ella, ha aceptado la propuesta matrimonial de otro hombre.
¿Cuál es la moraleja de la película? Muy sencillo: no es bueno hacer esperar mucho tiempo a los interesados en nuestras decisiones. Y es malo desconocer el grado de fidelidad que nos profesan quienes dicen estar con nosotros.
Tuya en septiembre. ¿De quién será la política económica de septiembre, del pueblo desprotegido y para su justo beneficio, o del sector pudiente para la recuperación de sus privilegios?
La señal de lo que sucederá en septiembre comienza a vislumbrarse en el anuncio de la ministra de industrias Eva García. Ante la pregunta sobre qué reformas especificas está pensado el gobierno, dijo: estamos analizando eliminar el anticipo del impuesto a la renta. Medida que contempla obligación de pagar de forma anticipada dicho impuesto, lo cual permite al Fisco obtener ingresos antes de la finalización de un determinado ejercicio económico. Otra medida sugerida por el sector empresarial, es la eliminación del impuesto a la salida de capitales, en la que , -según la ministra García-, se está trabajando. Consultada si está de acuerdo o no con la eliminación del ISD, señaló: Por supuesto que sí, pero eso ya es una decisión del Frente Económico.
Los anticipos de la ministra Eva García son hechos en el marco de la estrategia gubernamental de establecer un nuevo discurso dirigido al sector productivo, señalándole “reglas claras para alentar la inversión”. De este modo, el Estado se propone incrementar el peso de la industria en el PIB en un 2% al año. Para eso el gobierno busca estimular a “las industrias básicas”, valiéndose de la infraestructura dejada por el gobierno anterior, e impulsar: innovación, calidad, productividad, inversión y mercados.
A simple vista, la cosa parece clara. Tuya en septiembre la inversión privada, pero, ¿a qué costo social? Para el analista Juan Paz y Miño las medidas anunciadas ya han sido estudiadas y son neoliberales, puesto que “generan un proceso de reversión, en cuanto a la desconcentración de la riqueza”. Es decir, “reconcentran la riqueza,” en sentido contrario a la redistribución justa de los recursos económicos de la sociedad. Aunque el gobierno ha dicho que no disminuirá la inversión social, ya hay señales de que las universidades, por ejemplo, verán recortados sus presupuestos afectando al sector educativo.
Los estudios señalan -manifiesta Paz y Miño- que aumentar impuestos al patrimonio y herencia de los ricos es una medida democrática, o redistributiva, que encuentra férrea resistencia en los sectores adinerados. Y la conclusión preliminar salta a la vista: los temas y medidas económicas neoliberales “son una masacre social porque reconcentran la riqueza y agudizan la pobreza”. Y cuando el pueblo perciba que no es suya la economía en septiembre, se produciría el estallido social.
Lo importante es la definición. ¿de quién será la economía en septiembre, de los ricos o de los pobres? Esta es una cuestión clave frente a la falta de liquidez que enfrenta el país. No hay plata, ¿de dónde sacarla? Los expertos visualizan tres salidas inmediatas: recaudación impuestos, endeudamiento externo y cambio de matriz productiva, con aumento de 2% del Producto Interno Bruto, PIB.
En otro aspecto de la estrategia económica de septiembre se perfila la apertura a los mercados y entrada de productos extranjeros con menos trabas arancelarias. Eso significa -dicen los especialistas-, que “la industria nacional se caerá en pedazos”, si se liberan los aranceles o se reducen los impuestos. La lucha entre comerciantes e importadores -que quieren apertura económica-, contradice las necesidades nacionales de desarrollo productivo. Habrá que tener cuidado con la política aperturista que agranda la brecha social.
Si se da el giro económico respecto de las leyes actuales, con las eventuales reformas sugeridas por la ministra García, podría provocarse “un desastre social”. A mediados de septiembre se dará a conocer el programa económico que dirá de quién y para quién es la economía: del pueblo o de los ricos contra el pueblo. ¿Con quién se casará el gobierno en septiembre? Esperar que la sensatez gubernamental se imponga sobre las veleidades de la oposición oligárquica y contra los coqueteos con el neoliberalismo económico. Tuya en septiembre, la economía en favor del pueblo.