El Ministro de Educación, Fander Falconí es un especialista en temas ambientales. Doctor en Ciencias Ambientales, especializado en Economía Ecológica, ha sido catedrático de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Flacso. Preocupado por la suerte global del planeta publica un libro revelador: Solidaridad Sostenible, la codicia es indeseable. En su despacho, una tarde de sol luminoso, conversamos sobre esta propuesta científica, pero factible; apasionada, pero rigurosa, sobre qué hacer para no sucumbir víctimas de nuestro propia codicia planetaria insostenible.
¿Cómo define el libro, señor ministro, cuáles son sus señas particulares?
Este libro intentar llamar la atención sobre uno de los problemas más gravitantes que tiene el planeta, que es el cambio global; una de cuyas expresiones es el calentamiento global. Básicamente, el libro muestra una evidencia bastante contundente de que, a partir de la revolución industrial de mediados del siglo 19, y en los últimos 50 años, hemos tenido un crecimiento desmesurado de energía de materiales, particularmente, por las sociedades más ricas que están llevando a una insostenibilidad y poniendo en riesgo el desenvolvimiento de la vida planetaria. Estamos frente a un problema de dimensiones mayúsculas, es un problema físico con un conjunto de componentes geofísicos y sociales. El libro muestra que hay salidas y cómo enfrentar esta situación de cambio global y climático con un altruismo societal. Por eso su nombre Solidaridad Sostenible.
El título es suscitador, porque enfrenta un valor y un desvalor: solidaridad y codicia. ¿Cuáles son las causas de la codicia, se puede ser solidario en el capitalismo?
Creo que hay gente solidaria en un sistema que está dominado por la globalización del capital. Frente a esa globalización que aparece con ímpetu enorme y gravita en la vida de los seres humanos, también hay otros seres que están tratando de construir modelos alternativos, a través de reflexiones éticas y colectivas. Al final, la ética está presente y se basa en valores societales como la solidaridad y el altruismo para enfrentar el embate del capitalismo.
La codicia capitalista conduce a la extinción, se dice en el libro. ¿Qué debemos hacer como país cuando EE.UU acaba de desconocer los acuerdos de Paris sobre cambio climático?
Estamos frente al gobierno de Trump que es un negacionista del cambio climático, que se ha alineado con los sectores más conservadores de la sociedad norteamericana y los más radicales del fundamentalismo religioso para negar la existencia de un cambio global. Trump niega este fenómeno científico, los EE.UU desconoció los acuerdos de Paris y eran acuerdos mínimos para paliar los efectos del cambio climático. Hoy China es el principal emisor de dióxido de carbono, con un cuarto de las emisiones globales. EE.UU emite el 18%, es decir, entre dos países emiten 42%. Si se suman emisiones de la Unión Europea y Japón, estamos hablando de más de la mitad. Por eso es paradójico que países como el nuestro, tenga propuesta globales como la creación de una Corte de Justicia Ambiental, o la iniciativa de mantener el petróleo y el carbón bajo suelo.
¿Se trata de favorecer a la industria del aerosol, esa es la idea, favorecer a las transnacionales norteamericanas?
El libro demuestra que si sigue la tendencia del crecimiento económico tal cual, vamos a generar un crecimiento toxico. Los países no pueden extraer toda su reserva de petróleo. Un artículo de la revista Nature demuestra que si se extrajeran todas las reservas de petróleo declaradas por las empresas, sobrepasaríamos de los 2 grados centígrados, que es el umbral sobre el cual se desbordaría el fenómeno de cambio climático. Por lo tanto, no es posible extraer todas las reservas porque estaríamos en un momento de incertidumbre, al rebasar sobre los 2 grados. Estamos en un momento clave de incertidumbre sobre cambio climático .
¿La codicia es fuente de corrupción?
Hay dos grandes desigualdades en el planeta. Por un lado la desigualdad de los ingresos que ha sido documentada por un conjunto de economistas ligados al establishment, es decir, hay una injusticia planetaria alrededor de esta famosa metáfora de que el 1% posee lo que el 99% requiere. La otra gran injustica es la injusticia ambiental, en el fondo de estas dos injusticias está una hiper acumulación del capital que ahora se expresa a una velocidad inaudita, lo que se conoce como el fenómeno de la financiación del capital. La idea sería que las sociedades más ricas reduzcan sus niveles de crecimiento económico y formulen procesos de descarbonización real de sus economías. Mantener petróleo bajo el suelo, ahora se lo discute con más fuerza. Estamos hablando de una inflación de activos que no son reales, el mundo va a tener que reducir su escala extractiva. La tragedia de este planeta es que vivimos desbocándonos hacia una interrupción de la vida misma. Estamos ante una catástrofe ambiental.
Esta catástrofe es inherente al capitalismo, ¿cómo hubiera respondido el socialismo a los problemas ecológicos?
En el fondo, lo que hay que generar es la propuesta de un eco socialismo. El libro cuestiona a la teoría del valor centrada solo en los valores de cambio mercantiles y habla de devolvernos los valores de uso, de esencia patrimoniales, que tiene el medio ambiente, pero también podría ser insuficiente. Se parte de la necesidad de generar una nueva teoría del valor que incluya los valores ambientales que han sido despreciados por la ética capitalista. El socialismo de antes de la caída del muro de Berlín, era un socialismo tremendamente productivista que acechó también con sus políticas al medio ambiente y el capitalismo nos está llevando por el mismo camino.
¿Tiene sentido que privilegiemos los aspectos ecológicos por sobre lo social, con tanta pobreza en el mundo?
Hay dos formas de ver este tema. Somos tan ricos como sociedades que podemos ir hasta valores posmaterialistas, el ambiente se convierte en un bien de lujo. El movimiento ecologista de los años sesentas donde la sociedad era tan rica, que se podía dar el lujo de ser ambientalista. Y hay lo que se llama el ambientalismo de los pobres. Ecologistas son aquellos que defienden sus bosques, su patrimonio natural. En ecuador el movimiento de las concheras de Esmeradas que dice no a la explotación de los recursos naturales porque están acabando con la vida del manglar, que es sustento de sus vidas.
¿Que significa un crecimiento económico sostenible, es imposibloe lograrlo?
No es posible. Esa es uno de los puntos que el libro polemiza, es decir, parte de que no hay posibilidad de tener crecimiento económico sostenible. Ni siquiera un desarrollo sostenible, por eso la idea de sostenibilidad o sustentabilidad a secas, porque el crecimiento en sí es depredador. Es como la luminosa oscuridad, no es posible tener crecimiento sustentable.
¿Qué puede hacer el Estado para conseguir la solidaridad sostenible al interior del país, el Ministerio de Educación tiene una gran labor en ese sentido?
El libro es mucho más global. Aparece la palabra Ecuador en dos partes del libro. No es un libro sobre política ambiental ecuatoriana, pero es mucho lo que se puede hacer desde la educación. Es más, en una de las doce propuestas aparece el tema de la educación como una de las herramientas fundamentales para crear una nueva consciencia ambiental.
¿Se trata de un problema generacional, en el sentido de que la sapiencia de los unos debe ser transmitida a la inconciencia de los otros?
Creo que el punto de partida es que estamos frente a un problema intergeneracional, las siguientes generaciones no van a tener el sustento de la vida misma por el deterioro de los recursos naturales, por la erosión de los suelos, por las alteraciones que provoca el cambio climático; por lo tanto, el trabajo es esencialmente educativo en la preservación y para eso hay que trabajar muchísimo educacionalmente.
¿Quién es el lector natural de su libro, Fander?
Este libro, pese a la abrumadora evidencia científica que presenta y que está dentro de los códigos de la academia, -porque fue sujeto de evaluación].l0o. por parte de los especialistas de la Flacso-, está escrito en forma absolutamente coloquial, por tanto está accesible para todos, puede leerlo perfectamente un estudiante, así como un científico.
¿Dónde se lo encuentra al libro?
La primera edición fue distribuida por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Flacso, y se agotó. Y ahora hemos hecho una nueva edición con la editorial El Conejo que esta disponible a todo el público en todas las librerías ecuatorianas.
¿Alguna idea que se quedó en el tintero?
El libro tiene un prólogo de Jesús Ramos, economista ecológico catalán, rector de la Universidad Regional Amazónica Ikiam, quien propone su lectura porque llama a la acción a una serie de propuestas destinadas a mejorar la sostenibilidad global con base en la solidaridad internacional. El libro será presentado este miércoles 23 de agosto, a las 18h00, en la Flacso.