Dime con quién andas y te diré quién eres. Este adagio popular inspira la percepción que el sector duro del correísmo tiene respecto del gobierno de Lenin Moreno, el cual según la oposición del expresidente Correa, ejecuta “un verdadero reparto de la patria”. La afirmación la hizo ayer desde su cuenta de Twitter, en alusión al diálogo que impulsa el gobierno de Moreno. Correa señaló que “nadie puede estar contra el «diálogo», incluso con la partidocracia, pero, no se engañen, lo que existe es un verdadero reparto de la Patria, como en el viejo país”. Fruto de ese diálogo sería -según Correa- el entendimiento que se está dando entre el gobierno y los sectores bucaramistas, con quienes se habría acordado “el pacto con Bucaram, para que regrese al país y apoye al Gobierno, a cambio de la entrega de las empresas eléctricas”. Correa dice tener pruebas de que “el 5 de mayo, un actual alto funcionario del Gobierno viajó a Panamá a pactar con Bucaram. Hay todas las pruebas al respecto, pero nadie investiga, la prensa cómplice calla”.
El ex presidente Correa denunció lo que llamó la “corrupción institucionalizada”, que se estaría dando luego del pacto con Bucaram para la entrega del sector eléctrico a sus coidearios: Esta corrupción institucionalizada no la puede aceptar AP. Si AP calla ante esto, es mejor que desaparezca, o, los que no toleramos el cinismo, separarnos y hacer un nuevo movimiento. Y empezar desde cero, con la frescura y entusiasmo, ternura y pasión del 2006. Recuerden: el cinismo, la traición y la mediocridad serán efímeros, concluyó Correa.
En el mismo tenor se pronunció Jorge Glas, vicepresidente de la República, en una extensa carta dirigida a la opinión pública, en la que hizo evidente sus diferencias con varias medidas y posturas tomadas por el jefe de Estado, Lenín Moreno. Glas denunció una «posible aplicación de un paquetazo”, medidas que se adoptarían en el mes de septiembre: «Se está orquestando el retorno del viejo país a través del reparto, del tongo. Se construye un escenario propicio para la corrupción institucionalizada», indicó.
También dejó en claro que una cosa es que ocurran casos de corrupción en un gobierno; otra, muy distinta, es crear las condiciones para que un gobierno entero sea corrupto. Glas coincide con Correa en que se estarían sentando las bases para un Estado de corrupción. Prueba de ello, dijo, es pactar con personajes nefastos de la historia nacional, como los Bucaram, al entregar servicios e instituciones a personas vinculadas con el pasado oscuro del país: “la banca del Feriado Bancario, los malos empresarios acostumbrados a explotar a sus trabajadores, los de las barcazas, los que pretendían quebrar al Estado para privatizar y hacer grandes negocios, los seudo-sindicalistas acostumbrados a tener privilegios.”
El vicepresidente señaló que Moreno le pidió tiempo para solucionar sus inquietudes, a lo que Glas respondió: Ya no hay tiempo. La Patria no puede perder tiempo. Enseguida, enumeró las decisiones, medidas y hechos que contrarían totalmente “nuestros principios”: El ‘pacto’ con los Bucaram, la entrega de los medios públicos a representantes de los medios privados y la manipulación de manera perversa de las cifras económicas, pretendiendo imponer un imaginario de que el Gobierno de la Revolución Ciudadana manejó mal la economía. Glas increpó al presidente Moreno, señalándole que él conocía la situación económica del país porque era parte del Gobierno anterior: «¿Por qué en campaña no cuestionó las cifras económicas?». El vicepresidente dijo que es inaceptable que se esté acusando a los miembros del Gobierno anterior de corruptos, porque el mismo presidente Moreno fue funcionario y miembro del Gobierno anterior. Añadió: «jamás hemos encubierto corruptos, al contrario, los hemos denunciado”.
Glas se pregunta: ¿O acaso está preparando el terreno para perseguir a sus antiguos compañeros para saciar la sed de venganza de sus nuevos amigos?. Dijo no tener miedo, y enfatizó que es «honesto, responsable, jamás he traicionado mis principios ni a mi pueblo». Finalmente advirtió a Moreno que fue electo «gracias a la confianza de todo un movimiento político que le permitió ser candidato». Y aseguró, Glas, que no lo callarán y que seguirá «dando la cara, defendiendo a mi pueblo», frente a reparto de la patria.