Una de las frases de Nietzsche más conocidas sobre la música, es aquella en la que el filósofo alemán da un enorme valor al arte de la armonía: sin música la vida sería un error. Nunca antes de los años sesenta, la sentencia nietzscheana tuvo mayor veracidad que al oír a los Rolling Stones.
Por esos años la novedad de que el grupo inglés estrenaba un nuevo disco, era una noticia que se comía a la noticia. La euforia mundial provocada por los legendarios rockeros ingleses, cada vez que se ponía a la venta un nuevo álbum suyo, tenía un efecto multiplicador en las cotidianas vivencias de millones de jóvenes que crecimos al ritmo de sus canciones, diariamente escuchadas en las emisoras locales chilenas, argentinas o ecuatorianas.
Si bien las giras de la célebre banda británica no incluían los países de Latinoamérica, -sea por lo que haya sido-, costos de contratación, insuficiente seguridad en los gigantescos escenarios o eventual censura previa a los temas de las piedras rodantes, sus canciones fueron himnos de amor y paz para nuestra generación beat.
La música de los Rolling Stones era una forma de catarsis existencial, el rasgueo vibrante de sus guitarras, la persistente percusión en temas como Satisfactión o Let’s spend the night together o los acordes de las cadenciosas melodías Angie o As tears go by, provocaban un efecto de sublime intensidad emocional. Las kermeses o fiestas vespertinas juveniles, serían un craso aburrimiento sin la música de los Rolling Stones. A ella acudíamos con la troupe virginal de amigas o pololas, y embriagados de alegría, sensualidad y bebidas de bajo contenido alcohólico, bailábamos hasta entrada la noche.
Al pasar más de cinco décadas, enterarnos de que The Rolling Stones lanza un nuevo álbum, y que los originales Brian Jones, Mick Jagger, Keith Richards, Bill Wyman, Ian Stewart y Chalie Watts, perduran unidos en la nostalgia que identifica a nuestra generación, es una nueva promesa puesta al borde del corazón. Hoy la mítica banda prepara un nuevo tema, luego del estreno mundial en diciembre de Blue and Lonesome. El anuncio lo hizo Keith Richards, y señaló que el grupo realiza trabajos de estudio en la creación de su nuevo disco: si, de hecho, trabajamos en ello, dijo ante las consultas en su canal de YouTube, luego de una década de giras internacional, sin nuevas producciones de estudio. Esta vez, la gira europea de los Rolling Stones, programadas para septiembre y octubre contará con novedades en el repertorio.
Otra de las novedades es que el grupo muy posiblemente incluya a Skepa -fotografiados con el líder de los Rolling Stones, Mick Jagger-, lo que generó especulaciones sobre una posible colaboración para el futuro disco. La crónica de prensa señala que “durante sus más de cinco décadas de historia, los Rolling Stones han trabajado con las personalidades más importantes del blues y del soul, pero tienen menos experiencia con el hip-hop”. Richards indicó que el próximo trabajo podría contener también clásicos de blues, evocando el disfrute de la banda cuando grabaron Blue and Lonesome.
Lo mejor de la buena noticia es que la leyenda viva de los Rolling Stones, continúa brindando emociones a una generación que pervive en la orfandad musical, añorando los insuperables días de una época considerada retro. A falta de otro nombre que denomine a la década de los años sesenta, la de mayor expresión de creatividad musical de todos los tiempos, sin la cual la vida sería un tonto error.